La voz dormida, que no muerta

Incomprensiblemente, la Academia de Cine ha escogido este año a Pa Negre para representar a España en los Oscar; una película de trasfondo similar a La Voz Dormida, pero inferior en calidad y emoción a la cinta de Benito Zambrano.

Lejos de ser una película perfecta, La Voz Dormida es un testimonio necesario para recomponer una parte del pasado de España. Aunque con un guión irregular y una dirección discreta, la fuerza de la historia de Hortensia y Pepa traspasa la pantalla y toca el corazón del espectador más distante. Muchos han criticado, por poco original, una nueva incursión en las consecuencias y el horror de la Guerra Civil. Pero el valor casi documental de la película de Benito está por encima de la necesidad de ser rompedora.

En estos tiempos de crisis en los que todos nos quejamos por las circunstancias, La Voz Dormida es toda una lección de humildad e historia. Hay a quien no le gusta remover en los traumas del pasado, pero el recuerdo o el homenaje no tiene por qué ser necesariamente un reproche. La voz de Hortensia y Pepa puede dormir durante un tiempo, pero nunca debería apagarse.

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