Busco un lugar

Es martes y…

«Yo, aquí, sigo en mi trinchera, corazón, tirando piedras contra la última frontera, la que separa el mar del cielo del color de tus maneras».

Ando en busca y captura de una tierra donde las promesas se cumplan, donde las aduanas no reciban a balazos, y donde el océano no devore vidas en macabra rutina. Seguramente, esté pidiendo demasiado. Seguramente, esté muy lejos del lodazal donde el hombre lleva siglos embarrado.

Busco un lugar, lejos de tarjetas, de pitos y cornetas, y de tristes gaviotas que gobiernan contra todos. Busco un lugar, cerca de poetas, de rosas y violetas, y de cuentas secretas donde no se esconda oro. Busco un lugar, lejos del amago, de sobres y prepagos, y del silencio amargo del último día de guerra. Busco un lugar, pegado como un tango, de amigos y de tragos, y del mágico arrullar de una noche en luna llena.

Mientras conserve incorruptible el ánimo de caminar y la ingenuidad aplastante de ver ese quimérico hogar. Mientras tanto, gastaré la suela que empleo para volar, en la búsqueda definitiva, en busca de ese lugar.

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