Principio de incertidumbre

Es martes y…

Pasan los años, los siglos, la vida. Cientos de mentes lúcidas nos regalan su ingenio para elevar nuestra existencia a un significado diferente y mejorado. Podríamos decir que hemos alcanzado, como colectivo, cotas de excelencia inabarcables tiempo atrás.

Sin embargo, ella, nunca ha abandonado su trono en el ático de la realidad. Según ha ido creciendo el muro del conocimiento, más alargada ha sido su sombra proyectada. Indestructible, agigantada, colosal, siempre presente. La duda.

Quizá seamos un capricho del creador, o quizá una casualidad evolutiva. Quizá algún día alcancemos el esplendor y la lucidez del punto de partida. Quizá estemos de sobra en esta esfera, quizá solo aportemos destrucción. Quizá nuestro deber en esta guerra, sea acariciarnos el corazón.

Quizá esté ya de camino el nuevo mesías, quizá sea modernamente apaleado. Con pelo largo y barba de veinte días. Quizá vuelva la historia del pasado. Quizá el futuro sea nuestra cura, quizá debamos despertarnos del letargo. Quizá el final de la leyenda oscura, sea un triunfo demasiado largo.

Quizá, tal vez, en algún momento, acaso, puede que la duda finja su fracaso.

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