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Pensando en las Generales

domingo, 30 de diciembre de 2007 Dejar un comentario Ir a comentarios

El 9 de marzo de las Elecciones Generales ya está a la vuelta de la esquina. Ayer sábado 29 de diciembre, el PSN aprobó sus candidaturas a estas próximas elecciones.

Francamente, las personas que el PSN ponga no van a afectar a mi decisión de voto. Reconozco que Juan Moscoso es una persona bastante capacitada para el puesto, aunque lo conozco poco personalmente. El resto de los integrantes me son harto conocidos, y supongo que eso es algo inevitable.

Carlos Chivite repite de nuevo como candidato al Senado, por lo que es seguro que obtendrá su escaño, ya que el sistema mayoritario suele producir el resultado de que la lista más votada tiene 3 senadores y la siguiente más votada 1, todo ello debido a que la grandísima mayoría de votantes marca las 3 cruces en los candidatos del mismo partido. De 1996 a 2000, Carlos Chivite fue diputado, y desde 2000 a 2008, viene siendo senador, lo que previsiblemente será alargado hasta 2012. Chivite disponía de una patente de corso que le garantizaba su presencia una vez más, después del escarnio social (y también interno) al que se vio sometido por la negativa de Ferraz a aceptar un pacto con NaBai.

Lo curioso es que meses después de aquel fallido intento de gobierno alternativo, el comportamiento de cada grupo en el Parlamento de Navarra es bastante clarificador (y supongo que con lo que voy a decir es más difícil que me pongan en la portada de la edición digital de «Diario de Noticias», ya que no es un secreto que parece el boletín oficial de NaBai).

UPN basó su actuación de la legislatura pasada (y parte de la anterior) en denostar a aquellos afiliados que abogaban por el sempiterno entendimiento con el PSN como motor de estabilidad y progreso de Navarra. En este sentido, podemos decir que UPN sufrió un proceso de «pepización». Los resultados electorales vinieron a colocar a cada cual en su sitio, y a UPN no le ha quedado más remedio que intentar el entendimiento con un PSN que sigue electoralmente debilitado.

Por otro lado, el PSN sembró con indecisión, y pagó las consecuencias de un cambio de escenario en relación con lo que parecía ser un proceso de paz. La gestión del nuevo escenario, con NaBai superando en votos al PSN pero con el alto el fuego de ETA abortado, hacía difícil para Ferraz apoyar el pacto.

Por otro lado, teníamos una NaBai que se presentó a las elecciones forales menos nacionalista vasca y más navarrista que nunca (y la cuestión es si más progresista que nunca o no). Sin embargo, en los meses subsiguientes NaBai ha vuelto al discurso tradicional del nacionalismo vasco navarro, y a muchos nos hace preguntarnos qué hubiera deparado un gobierno de NaBai con el PSN e IU. Sin embargo, nunca sabremos si precisamente la participación de NaBai en el gobierno hubiera moderado sus ansias nacionalistas, o por el contrario, ese gobierno de progreso se hubiera convertido en una continua tensión entre PSN y NaBai.

Lo más curioso es que a fecha de hoy, lo acontecido con el PSN y su negativa a intentar un gobierno de progreso ya simplemente me parece una chinita más. El PSOE se ha comprometido a no modificar por el momento la ley del aborto, a no seguir modificando las leyes educativas (¡por favor! ¿es que ya están contentos?), a apoyar el canon digital de la SGAE, ha acordado con la iglesia católica un sistema de financiación que es mucho más beneficioso para la iglesia de lo que racionalmente es aceptable, y sus propuestas económicas y fiscales no se diferencian mucho del PP, además de que en materia de vivienda no se ha logrado mejorar nada.

Por tanto, votar al PSOE no es ahora una de mis prioridades, y yo ansío un cambio de sistema electoral que no se va a producir porque no conviene a PSOE y PP, y que pudiera permitir un Congreso de los Diputados con varios partidos teniendo entre 30 y 50 escaños cada uno, y acordando gobiernos de coalición postelectoral. Así cada cual podría votar al partido cuyas propuestas representan mejor la idea de cada cual, obligando después a la concertación democrática de las propuestas más parecidas. Esta es mi carta a los reyes magos, que se acabe lo del «voto útil», y que tengamos múltiples izquierdas, múltiples centros y múltiples derechas. Sin embargo, siempre me traen carbón.

Creo que me conformaré con votar a IU, que representa mejor mis ideas y hasta la fecha no ha tenido la ocasión de defraudarme, debido a que nunca gobierna.

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