06
Jul 18

El árbol de San Fermín

Mientras los seis primeros Peldaños de la Escalera son sin ninguna duda nuestros, este último, hoy día 7 de julio, indudablemente pertenece al hombre cuya historia define su ciudad quizás más que ningún otro en el mundo. Puede que no esté presente en cuerpo –o puede que sí, ¿quién sabe?–, pero su presencia se siente perfectamente por toda la ciudad y su Fiesta está llena de su espíritu.

A lo ancho de Pamplona hoy se organizarán comidas y cenas especiales en su honor; yo, por mi parte, haré algo muy especial. Pero para aquellos (la mayoría novatos) que no conozcan el significado de este día, o que quizás todavía estén perdidos por las calles disfrutando el ambiente único y sin igual que envuelve la ciudad durante San Fermín, bueno… siempre pueden dejarse llevar y alcanzar un tramo de la Procesión de San Fermín.

Para cualquiera que visite por vez primera las Fiestas (yo recuerdo especialmente mi primera vez en el 84), lo más espectacular y esencial de vuestras fiestas es el hecho de que cualquiera, realmente cualquiera, puede no solo presenciarlas, verlas, disfrutarlas… sino convertirse en una pieza clave, potente y danzante de éstas.

En el mundo existen muchas cosas estupendas que se pueden visitar, ver, presenciar y ante las que fascinarse… ya sea un concierto, un partido de fútbol, una boda, hasta el Carnaval de Río… pero aquí durante las Fiestas de San Fermín, como plasmaba el memorable título del cartel de fiestas ganador en 2011 de Kike Balenzategui y Javier Ayerra, nos sumergimos en la fiesta. Nos envuelve una ola de júbilo en la que podemos participar y convertirnos en parte activa.

Una vez leí que antes, hace unos 400 años, en medio de la calle Navarrería había un árbol, y lo incluí en un relato sobre la figura de San Fermín. Pues bien, creo que la Fiesta es como un árbol. Existiese San Fermín o no –y me gusta creer que sí– la primera semilla de las fiestas se plantó con su nacimiento en el siglo III. Pero los primeros brotes no surgieron de la tierra hasta 1186, cuando la ciudad recibió desde Amiens unos fragmentos de su calavera. Esa exigua reliquia fue la bellota que con el paso de los siglos se transformaría en el inmenso roble que es hoy día esta Fiesta.

Y hoy, 7 de julio, es San Fermín, y ese árbol, su fiesta, ha crecido sobremanera, se ha ramificado en 9 días completos, y de él se derivan inmensidad de cosas igual que de un gran roble derivan cientos de ramas… y las miles y miles de hojas que bailan con la brisa… somos nosotros, disfrutando los sones de la Fiesta.