40 razones por las que repetiría (y repetiré) ‘El Desafío’

Diario de Miguel (lunes, 6 de junio)

Se acabó ‘El Desafío’. Y lo hizo por todo lo alto, con el ‘Memorial Day’, que es el día de recuerdo a los soldados estadounidenses caídos en la guerra y que, además de las clásicas reuniones y parrilladas familiares en el país de las barras y estrellas, ha derivado también en un reto deportivo en el mundo del crossfit. Así, los deportistas honran a sus soldados fallecidos realizando exigentes WOD (work of the day). Nosotros nos quedamos con la rutina ‘Murphy’, que fue un teniente muerto en Afganistán, aunque bien podría haber sido el que dio nombre a la famosa ley.

La cuestión es que Murphy nos trajo una sesión final durísima. Nos dividimos en equipos de dos e iniciamos una competición de 40 minutos con cuatro ejercicios, 10 minutos por ejercicio: pull up (dominadas), push up (flexiones), air squat (sentadillas) y medias vueltas al polígono industrial corriendo. Se trataba de hacer en diez minutos el número máximo de repeticiones de un ejercicio, con el único requisito de no poder estar participando los dos miembros de cada pareja a la vez; es decir, mientras uno lo daba todo el otro descansaba. Y así después lo mismo en otros diez minutos con el siguiente ejercicio, hasta completar los cuatro. Paliza tremenda. Litros de sudor. Esfuerzo al límite. Gran final de la aventura.

Y con el final es momento de hacer balance de ‘El Desafío’. ¿Ha merecido la pena? Lo tengo muy claro. Ahí van mis 40 razones para decir que sí. Las 40 principales; hay muchas más. Repetiría el reto, y lo repetiré, apuntándome de nuevo a la segunda edición, prevista para septiembre, donde podremos quemar los inevitables excesos de un verano en el que voy a seguir haciendo deporte a diario.

1. El nombre. ‘El Desafío’. Si el propio nombre te está retando, ¿cómo te vas a resistir?

2. Deporte. Es eminentemente un reto deportivo, un reto de deporte global, de muchos deportes y disciplinas. Y no hace falta que a estas alturas expliquemos los beneficios físicos y mentales de practicarlo.

3. Salud. A nada que uno se implique mínimamente en el Desafío, la mejoría  del estado físico y de sus variables internas (grasa, masa muscular, metabolismo basal…) se siente, se ve y se comprueba con datos.

4. Estética. No nos vamos a engañar, ¿a quién no le gusta mejorar su aspecto físico? Somos imagen. Kilos de más y mal distribuidos, músculos de menos… Y llega el verano. El bañador sin tripa seguro que queda mejor.

5. Control. Uno no debe ponerse a hacer deporte como un loco (hoy en día se ven locuras salvajes) sin un objetivo y una supervisión a cargo de profesionales que te asesoren y vigilen una correcta ejecución y postura para evitar lesiones y sin una carga de trabajo adecuada a su nivel. Cada persona es un mundo y no se puede plantear la misma exigencia a todos. Eso en Zentrum lo tienen muy claro: no pasa nada si un desafiante levanta 70 kilos y otro 10. En cinco segundos se cambian las pesas y listo. O si uno necesita gomas para poder hacer dominadas. Y no por eso es menos que nadie.

6. Máquina de impulsos eléctricos. El primer día, el último y cada dos semanas sentimos los ‘nervios’ de subirnos a esa plataforma que en solo unos segundos revelará por escrito cómo va evolucionando nuestro cuerpo y se chivará por tanto de si somos estrictos o no con la dieta. Suele dar buenas noticias, te reafirma en que tu esfuerzo tiene recompensa. Y te orienta, junto con los entrenadores, para realizar cambios en tu alimentación a lo largo del Desafío si es necesario.

7. Entrenadores. Tener a tu disposición a campeones del mundo y profesionales del deporte (Aritz Altadill, Rubén Ayarra y sus ayudantes), con amplia formación y experiencia en la preparación deportiva, es un lujo que hay que aprovechar. Y si además es con buen ambiente, mejor aún.

8. Aprender a entrenar. Se aprende mucho a lo largo de las 40 sesiones, y muchas cosas las puedes aplicar después a tus entrenamientos personales. Y te das cuenta de todas las cosas que antes hacías mal creyendo que las hacías bien…

9. Compañeros. El día 1 somos un grupo de desconocidos y mucho antes del día 40 somos una familia. Y eso ayuda mucho a acudir a diario con ganas y motivación. Gracias a Itxaso, Javi, Leyre. Edu, Ángel, Sara, Felipe, Jorge, Juanpe y Manu, que han sido mi gran grupo de las 14.30, y a todos los demás con los que hemos ido coincidiendo en los entrenamientos sorpresa y en los puntuales cambios de grupo. Ha sido un placer.

10. Superación. Dar pasos, llegar más allá de lo que llegabas antes, levantar más kilos que la semana pasada, quitar la goma en las dominadas, subir por aquella cuerda que parecía imposible, correr más rápido o más tiempo, ver que tu corazón se recupera antes, conseguir hacer ese ejercicio que se te resistía, sentir que incluso ya podrías hacer una ronda más… Superarse es mejorar, es sentirse vivo, ver que no tienes límites. Y da una enorme satisfacción.

11. Superación del otro. El buen rollo que se genera multiplica la empatía y provoca que hagas tuyos los éxitos de tus compañeros. Nos ayudamos y nos alegramos de ver cómo los demás mejoran. Un equipo de individuales.

12. Competitividad. Te picas. Porque te picas. Y cuando hay un cronómetro de por medio lo das todo por ti, por el grupo o por ambos. Vamos a pasarlo bien, pero no a pasar el rato. Como decían en el ‘Un, dos, tres’, hemos venido a jugar. Y, si se puede, a ganar. Lo importante no es ganar, pero tampoco participar, sino entregarte.

13. Indoor y outdoor. La mezcla de actividades en el interior del centro con otras al aire libre enriquece la experiencia. Y genera situaciones curiosas, como el día en el que cruzamos la terraza de un bar a la hora de comer corriendo con una cinta adhesiva que nos tapaba la boca. Se trataba de aprender a respirar por la nariz, pero a saber qué habrían pensado de nosotros.

14. Siempre es distinto. No hay sesión repetida, es imposible caer en la rutina y el aburrimiento. Algo muy importante para mantener la motivación a tope.

15. Sorpresa, sorpresa. Los viernes siempre llega un entrenamiento sorpresa que hace que acabes la semana deportiva con el mejor de los alicientes: rugby, camas elásticas, muay thai, yincana en el parque, cardio box, ciclo indoor…

16. Calentar y estirar. Te hacen entender y comprobar la importancia del calentamiento y de los estiramientos antes y después de la actividad deportiva. Y todos los días se reserva un tiempo para ellos. Y con todo el material necesario, incluso pudiendo probar el rodillo mágico que vibra.

17. Tema de conversación. No veáis lo que da de sí el Desafío para hablar con amigos, familia o compañeros de trabajo. Que si el deporte, que si la dieta, que si pasas hambre, desmentir que sea una ‘operación bikini’… Ya no hay necesidad de recurrir al «pues está haciendo una buena primavera, eh, aunque se puede poner a llover en cualquier momento…».

18. La ducha de después. Con las sudadas que se pega uno, la ducha de después y un buen vaso de agua fresca son una bendición.

19. Las cervezas del último día. Terminar la sesión 40 y ‘estrenar’ el bar de al lado con unas cervezas al sol en grupo, entrenadores incluidos, no tiene precio.

20. Disciplina. Dos meses trabajando duro y comiendo sano a diario te permiten adquirir una disciplina y una rutina que no acaban en el día 40. No es un final y una vuelta a la vida anterior. Así, muchos de nosotros nos vamos a quedar durante el mes de junio a trabajar en Zentrum dos días por semana, y otro más iremos a correr en grupo por nuestra cuenta. Hemos visto los beneficios y no queremos perderlos de un día para otro.

21. De un reto sale otro. Acaba el Desafío y muchos de nosotros nos hemos apuntado a la Farinato, una carrera de obstáculos a la que hace tres meses jamás me habría apuntado. Tener un reto en el horizonte siempre te hace disfrutar más del camino.

22. Estado de ánimo. Lo de que el deporte te cambia el estado de animo yo ya lo tenía comprobado, pero aquí aún más. Acabas jodido pero contento, aunque aún te queden ocho largas horas de trabajo. Somos la actitud que tengamos. Mejor ser optimismo.

23. Podemos. Esto no va de política, eh. Soy el primero que he dicho muchas veces «yo esto no lo puedo hacer». ¿Que no? Claro que sí. Igual no a la primera, pero estamos para eso, para aprender. A la tercera irá la vencida. O no hay quinto malo. Y sabe aún mejor. Pero sí, sí se puede. Todo es (pro)ponerse e insistir.

24. La dieta. Que no todo es deporte. La alimentación es taaaaaaan importante… La dietista-nutricionista Anunciación Panedas, muy accesible, nos planteó una dieta específica para este reto, muy variada y con cantidades más que de sobra para no pasar hambre. Los resultados le avalan. Solo con cambiar la alimentación, porque yo ya hacía mucho deporte, he perdido más de diez kilos, de los cuales seis son de grasa. Vaya peso me he quitado de encima.

25. Aprender a comer. La dieta nos ha servido a algunos para aprender a comer y cocinar mejor y más sano, para aplicar pautas a nuestra alimentación diaria (qué tipo de alimentos son más adecuados según la hora del día…), aunque fuera del Desafío no sea tan estricta. De hecho, hoy me he encontrado insconscientemente desayunando plátano con canela…

26. Plancha, 7-Sartén, 0. Pues eso, que la sartén ha vivido dos meses de retiro espiritual después de una intensísima vida acogiendo aceite hirviendo. Eso sí, que no se me echen encima los productores de aceite, que ha ido directo a las ensaladas. Lo uno por lo otro.

27. El valor de las cosas. Cuánta razón hay en eso de «solo valoras algo cuando lo pierdes». No os imagináis lo que se disfruta ahora de unas croquetas, un helado o un bote de leche condensada tras varios meses de ‘abstinencia’, de almorzar almendras y una mandarina mientras tus compañeros de inglés se pedían un pincho de chistorra…

28. Deporte en grupo. En grupo todo es más divertido. Y un grupo reducido te permite más comunicación. Ves a los demás y aprendes de sus errores y de sus aciertos…

29. Cenas (pero sin dieta). Si cualquier actividad termina en una cena (o más) grupal es que ha merecido la pena. En breve va a caer la segunda. Y promete. Y hay mil planes de todo tipo en perspectiva…

30. Moreno. No es necesario ir al solárium o escaparse a Benidorm para coger color. Probad a hacer deporte al aire libre en primavera. Todos los miércoles, día en el que salíamos a correr, y los viernes en los que la sorpresa ha sido al aire libre ha hecho sol y calor. Así que tenemos un color saludable. Lo único malo es que en junio la gente no quiere ponerse contigo en las fotos porque a tu lado parecen Iniesta.

31. Colección de fotos. Nos vamos a llevar de recuerdo un buen archivo de fotos y vídeos de la experiencia. Entre nuestros móviles, los de los entrenadores y la cámara del fotógrafo que se pasaba a nuestros entrenamientos sorpresa se va a formar una buena colección. Las fotos y vídeos de las cenas también tienen su aquel. Eso de acabar a las 4 de la mañana en el bar haciendo ejercicios intentando no derramar el cubata…

32. Desconexión. Todos tenemos nuestra ajetreada vida laboral, personal, problemas, estrés, prisas, preocupaciones…, y todo ello desaparece durante esa hora de desconexión, de liberar la mente y centrarte en tu cuerpo, de pensar solo en lo que estás haciendo para hacerlo bien. Esa evasión momentánea viene muy bien. Es más, es necesaria. Si la mente nos domina, dominémosla a ella aunque sea un rato y disfrutemos de ese oasis.

33. El tamaño importa. La pérdida de grasa y kilos hace que la ropa que me compré el año pasado se me caiga. No pasa nada, ahora me entra la que me venía bien hace años, y como dicen que se lleva lo ‘vintage’…

34. Camiseta. Como pudisteis ver en el post anterior, nos han encargado unas camisetas para presumir de desafiantes mientras hacemos deporte. Sin duda que las usaremos.

35. Grupos de WhatsApp. Tantos días compartidos han desembocado en grupos de WhatsApp que tienen pinta que van a pervivir más allá del Desafío, aunque al acabarlo quizá en ellos se habla más de juergas y comilonas que de deporte, que también.

36. ‘Solo’ una hora. Ha sido un reto intenso y concentrado en ocho semanas, pero llevadero en cuanto a horarios. Una hora al día de deporte y lo que te cueste cocinar los platos de la dieta. Y con todas las facilidades por parte de Zentrum para ir al grupo de otro horario en caso de no poder ir al tuyo.

37. Está muy currado. Preparar 40 clases diferentes, con actividades también fuera de Zentrum, lleva un trabajo de organización y logística importante y es de agradecer. No ha sobrado nada, no quitaría ni una sola de las sesiones. Y he ido a las 40.

38.  Orgullo. Porque cuando no quedan fuerzas siempre queda el orgullo para ir un poco más allá, para hacer el último esprint, la última dominada y la última tanda de sentadillas. Porque el orgullo también mueve montañas, porque no tiene por qué ser malo.

39. Siempre seremos la primera edición. Habrá más, muchas más, pero esto es como ‘Gran Hermano’ u ‘Operación Triunfo’. El «quién me pone la pierna encima» y el «a tu lado me siento seguro» solo surgieron en las primeras ediciones. Pero es mejor vivir la segunda que no vivir ninguna, claro. Deberíais probarlo. Estáis a tiempo.

40. Continuará. Esta última casilla la dejo para el segundo Desafío. También puedes escribirla tú…

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Más información en http://eldesafiozentrum.com (640 353 228)

 

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