«LA VERDADERA FELICIDAD» Maika
CADA instante de vida es demasiado hermoso como para malgastarlo siendo infeliz. La vida se hizo para vivirla, por eso cada día debe ser una alegría, no una lucha contra una interminable tormenta. Durante siglos el hombre ha intentado buscar el secreto de la eterna felicidad.
Para cada persona es diferente el concepto, y las metas para conseguirla. Unos piensan que los bienes materiales son la panacea para ser feliz. Si el dinero diera la felicidad, la gente rica y famosa, los millonarios, serían las personas más felices del mundo, sin embargo, los ricos sufren la infelicidad y la depresión igual que los pobres, convirtiéndose así en alcohólicos y en adictos a drogas. El dinero sólo puede comprar posesiones materiales (pisos, coches, joyas, etc…) pero eso no son más que bienes temporales, que no te pueden dar la felicidad verdadera.Se creen que por tener una posición social elevada y un trabajo diferente pueden cambiar el rumbo de sus vidas, pero al mismo tiempo si lo logran despiertan envidias y van acumulando enemigos.
Del mismo modo, hay personas que disponen de menos riquezas, con una vida más modesta, y tienen una existencia más feliz y conformista, porque enfocan su mente en lo que tienen.
«Sonrisa de un pobre»
Muchas personas consumen su vida entera buscando la felicidad sin encontrarla, porque no miran en el lugar adecuado. No depende de lo que cambies en tu vida sino que te cambies a ti mismo. Uno es todo lo feliz que previamente se ha propuesto serlo. ¿Alguna vez hemos pensando como es la felicidad para las personas inválidas, invidentes, o sordomudas? ¿Existe la felicidad en una persona enferma de cáncer, sida, o de esclerosis múltiple? ¿Cómo puede ser alguien feliz en estas situaciones?.Son momentos muy delicados de la vida, en las que se existe un proceso de adaptación de la enfermedad, y en el que una vez aceptada y asumida esta, la persona llevará una vida normal.Los enfermos demuestran que en su interior están en paz y se conforman con sus propias vidas, incluso a veces la enfermedad les ayuda a ser mejores personas.
«Alegría de un niño paralítico»
Debemos pensar que la verdadera felicidad está en el interior de uno mismo. En definitiva para ser felices no necesitamos más dinero, ni una casa más grande (unifamiliar o chalet), ni un trabajo mejor, ni un coche deportivo, lo que tenemos que hacer es cambiar de actitud. Se nos dan miles de oportunidades para ser felices: el amor de nuestra vida (que a veces dejamos escapar), la persona que nos puede comprender, el amigo que nos puede ayudar, la acción generosa que puede dar sentido a nuestra existencia. También la felicidad constituye una tarea, algo a lo que hemos de dar una respuesta adecuada. Hay que saber reconocerla y apreciarla cuando pase a nuestro lado. Y también hay que encontrar el modo adecuado de alcanzarla y de conservarla.
Dentro de cada uno, existe el poder y la capacidad para crear la propia felicidad.
«Sonrisas de Gambia»
Maika Etxarri