El Blog Solidario de Luzblanca

Aung San Suu Kyi de 63 años, ganadora del Premio Nobel de la Paz y líder por la democracia en Birmania , ha sido encarcelada por el brutal régimen de ese país. Días antes de finalizar una injusta condena de 13 años de detención, le han encerrado nuevamente creando falsos cargos en su contra.Acusada de haber alojado a un huésped norteamericano,que nadó cruzando el Lago Inya y se negó a abandonar su casa.
Suu Kyi no ha cometido ningún crimen, ella es la víctima de un crimen y por ello ha sido hecha prisionera. Suu Kyi se enfrenta ahora a una pena máxima de siete años de cárcel.Esta cruel maniobra aparece días antes de que terminen sus trece años de cautiverio y la mantendrá encerrada hasta después de las elecciones de 2010. Suu Kyi se encuentra seriamente enferma, pero el Gobierno militar quiere que permanezca encerrada. De esa manera, no podrá poner en peligro la victoria de los militares en las elecciones del año que viene. Aung San Suu Kyi representa la mayor amenaza al férreo poder de la dictadura militar. Su liderazgo moral del movimiento pro democracia y su aplastante victoria en las elecciones de 1990 la convierten en la única figura capaz de vencer a la junta en las elecciones del año que viene. Ha sido detenida una y otra vez desde 1998, sujeta a arresto domiciliario y sin permiso para contactar con el mundo exterior. Pero esta nueva detención en la prisión Insein, y la privación de asistencia sanitaria, podrían suponer un mayor peligro para la líder pro-democracia, que se encuentra gravemente enferma.
Suu Kyi, miles de monjes y estudiantes han sido encarcelados por desafiar al brutal gobierno militar birmano, a través de sus demandas pacíficas por la democracia.
El régimen birmano es bien conocido por la implacable represión con la que responde a cualquier amenaza a su estricto control militar: miles están en cárceles, sometidos a condiciones infrahumanas y privados de asistencia médica; existen reiterados abusos a los derechos humanos; hay una violenta represión sobre grupos étnicos; y más de un millón de personas se han visto forzadas a refugiarse fuera del país. Asumiendo el riesgo de hablar en favor de sus compañeros encarcelados, activistas pro democracia birmanos están demandando al Secretario General de la ONU la puesta en libertad de Aung San Suu Kyi y de otros 2.100 prisioneros políticos , a la vez que solicitan un apoyo mundial. El régimen de Myanmar teme el impacto de un pedido masivo unificado a las Naciones Unidas. Más de 160 exiliados birmanos y grupos de derechos humanos en 24 países están participando en esta campaña. Debemos hacer un llamamiento a los líderes políticos mundiales,la Unión Europea, la ONU y EEUU que actúen para la liberación de estas personas que contribuyen pacíficamente por el futuro de su país.
Se debe conseguir la inmediata liberación de Aung San Suu Kyi, su vida corre peligro al estar encarcelada en condiciones inhumanas, sin asistencia médica y muy enferma. La luz de la esperanza birmana necesita ayuda. Reconocida como prisionera de conciencia por Amnistía Internacional, su propósito de que el drama birmano no cayera en el olvido fue recompensado el 14 de Octubre de 1991 con el Premio Nobel de la Paz. La puesta en libertad de Suu Kyi después de años de injusta detención, traería para Birmania un futuro de esperanza para la democracia.

Maika Etxarri