» Acción contra el VIH/Sida » Maika
EL Sida, desde su aparición a principios de los 80, ha sido la causa de más de 25 millones de muertes, y cada día se cobra la vida de unas 5.700 personas en el mundo. El número estimado de afectados que vivían con VIH/Sida en 2007 alcanzó los 33,2 millones.Varias ONG han denunciado durante la Semana Internacional de Acción contra el VIH/Sida la situación de marginación y rechazo que lamentablemente sufren los afectados en el Estado español. En los últimos años se ha adelantado mucho en tratamientos y medicación en cuanto al VIH/Sida, pero no tanto en ética y sensibilización ciudadana. Las personas seropositivas tienen que enfrentarse diariamente a una discriminación social o laboral. Les cuesta encontrar trabajo, no tienen igualdad de oportunidades en el plano laboral. Frecuentemente sufren conductas de rechazo o acoso por parte de sus compañeros o jefes, lo que les obliga a coger bajas o abandonar sus puestos de trabajo debido a la presión que tienen o al miedo a que la enfermedad se haga pública. La no contratación de trabajadores con VIH/Sida, los despidos o los mecanismos de presión psicológica o mobbing siguen siendo el pan de cada día para muchas personas afectadas en un buen número de empresas españolas. Se están vulnerando continuamente los derechos humanos de los afectados por el VIH/Sida. Las personas con VIH no pueden ejercer el derecho de revelar su situación personal de seropositividad.
La presión que ejerce sobre estas personas el estigma social les impide normalizar sus vidas y les exige un duro esfuerzo al intentarlo, viviendo en un continuo estrés psicológico que en nada favorece su proceso físico, con temor a que la verdad sea descubierta. Esta ocultación, ejercida como autoprotección y no como un legítimo derecho a la intimidad, provoca sentimientos de culpa y miedo a ser rechazado. El miedo al rechazo es causa de la imagen que se ha dado sobre esta enfermedad, lo que impide la reivindicación de sus derechos y la denuncia de discriminaciones laborales y sociales. Debemos hacer un llamamiento a la sociedad y a los líderes políticos para que esta falta de humanidad y respeto contra los afectados por el VIH no se vuelva a repetir. Es necesario que se denuncien todas las situaciones de acoso para acabar con estas injusticias. Desde las ONG también se ha reivindicado que en ninguna unidad de trasplante del Estado se le niegue el derecho a un trasplante a una persona por el mero hecho de ser seropositiva.
Actualmente la principal vía de transmisión es la heterosexual. Es fundamental hacerse la prueba del Sida si se ha practicado sexo no seguro (sin protección). Hoy ya no existen grupos de riesgo, todos somos iguales ante el VIH. Para fomentar esta actitud positiva es necesario animar a la gente a que se haga las pruebas, y es importante acabar con la discriminación, ya que mucha gente no quiere hacerse los análisis por temor al rechazo de su entorno.
Muchas personas opinan: «¿Para qué hacerme la prueba? Mejor no saberlo». Casi una cuarta parte de la población que tiene el VIH no lo sabe. Después de saber que eres seropositivo, ¿quién puede revelar que lo es? Cuanto antes lo sepas, antes tendrás oportunidad de informarte, pensar y decidir. Saber que eres VIH positivo puede también añadir vida a tus años. No es lo mismo ser seropositivo que haber desarrollado la enfermedad del sida. Un seropositivo con tratamiento antirretroviral puede tardar muchos años en desarrollar el sida. Por eso es muy importante el diagnóstico precoz, el sistema inmune se dañará menos. Debemos perder el miedo a estas palabras: ‘soy seropositivo’ o ‘tengo sida’.
Cada día conocemos personas de nuestro entorno, amigos, familia, compañeros de trabajo que viven con ello, a todos ellos, afectados y familiares mi cariño con estas palabras. Basta ya de rechazo y de discriminación.
P.D. Agradezco la publicación de este escrito en papel el día 28 de Mayo al Diario Noticias de Navarra en la sección de Colaboración. El mismo agradecimiento al Diario Noticias de Álava en la sección de Tribuna Abierta el día 4 de Junio.
Maika Etxarri Yábar