Humo en alta velocidad

UPN Y PP URGEN AL GOBIERNO DE NAVARRA LA CONSTRUCCIÓN DEL TAV Y DEL CANAL, DOS OBRAS PARALIZADAS DESDE 2013 Y QUE SIGUEN DEPENDIENDO DE LA FINANCIACIÓN ESTATAL

Superados los ecos de la manifestación por la bandera, Navarra continúa donde estaba. Sin invasiones bárbaras ni ikurriñas que arrancar de las instituciones. Así que a otra cosa mariposa, que cualquier argumento es bueno para seguir vendiendo el Apocalipsis. “Navarra crece menos que el Estado, las empresas huyen y las listas de espera suben un 60%”, proclamaba esta semana a los cuatro vientos Ana Beltrán. Socorro, le faltó gritar para dar un tono más dramático al alarmismo habitual del discurso de oposición. Vale que en el último año la economía en Navarra ha crecido más que en el Estado (3,1% frente al 3,0%), que hay un 1,5% más de empresas, y que quedan 10.000 personas menos esperando una primera consulta. Pero si Navarra se va al garete, se dice y punto.

Más que de datos, el Apocalipsis es una cuestión de fe. Pasa como con el Canal y el TAV. Dos obras aparcadas desde hace varios años por falta de financiación y voluntad política del Gobierno de Rajoy que, cosas de la vida, de repente parece más interesado que nunca en sacarlas adelante. “Montoro me ha dicho que está dispuesto a descontar las obras del TAV del Convenio Económico”, garantiza ahora Javier Esparza. “Y a mí, la ministra de Agricultura, que está preocupada por la falta de compromiso del Gobierno de Navarra con el Canal”, sube la apuesta Beltrán.

Será por la afinidad política del PP con el Gobierno cuatripartito, al que quiere ayudar pagando la millonada que hasta ahora no quería pagar, por lo que el Ejecutivo de Rajoy ha duplicado sus portavoces en la Comunidad Foral. Porque, qué mejor que voces ajenas para trasladar con total credibilidad a la sociedad navarra que sí, que por supuesto que Moncloa quiere a soltar la pasta que haga falta. “Hoy, gracias a UPN, la presidenta del Gobierno tiene encima de la mesa 3.000 millones de euros de inversión del Estado en el corredor Zaragoza-Castejón-Pamplona-Y vasca en alta velocidad para mercancías y pasajeros con ancho internacional y doble vía”, anunciaba Luis Zarraluqui, que como consejero de UPN planteó un tercer hilo pero que ahora garantiza que pasta hay la que haga falta.

El pack completo de norte a sur con un chasquido de dedos gracias a su buen hacer. Lo que no deja de ser sorprendente porque los presupuestos recién aprobados en Madrid no incluyen inversiones ni para el TAV ni para el Canal, y siguen pendientes de cobro los 45 millones que debe el Estado por las obras adelantadas. Pero nada, si Zarraluqui dice que en la mesa de Barkos hay 3.000 millones los hay, y si no se gastan es porque la presidenta no quiere.

Si uno fuera mal pensado, podría intuir que tal vez, y solo tal vez, lo que alguno busca es colgar el mochuelo al Gobierno foral de la falta de avances en dos infraestructuras que dependen de la financiación del Estado, y que más de 20 años después de anuncios, convenios y promesas incumplidas son poco más que un dibujo en un papel. Enredar un poco la maraña para revolver al Gobierno y de paso evitar un posible acuerdo que aclare la situación antes de 2019. Que a Rajoy tampoco le vendrá mal ahorrarse el dinerillo. Pero eso, claro, es algo que ni Esparza ni Beltrán serían capaces de hacer.

Ya se sabe que UPN y PP siempre piensan en lo mejor para los ciudadanos y no tanto en sus aspiraciones políticas. El mejor ejemplo lo daba el concejal de UPN en Pamplona, Juan José Echeverría, también conocido como Chim Pon Chi. Tras alertar del riesgo de convertir Pamplona en Corea del Norte con tanto carril bici, esta semana cargaba contra la decisión de usar vasos de plástico reutilizables en San Fermín. Que qué manía con cambiarlo todo con lo bien que estamos así, venía a decir. “¿Por qué no ponen también una ordenanza que diga que hay que llevar una cantimplora para mear y no manchar la calle?”, proponía con su habitual cordialidad Echeverría. Seguro que Rajoy también está dispuesto a pagar eso. Todo sea por el bien de Navarra.

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