Pocas luces

Es martes y…

A finales de diciembre, Gobierno y PsoE, firmaron un acuerdo contra «la pobreza energética» que entrará en vigor una vez pasado el invierno. Es decir, que lucharán por evitar que ningún hogar se quede sin calefacción, pero una vez que pase el frío. No vaya a ser que se enfaden los que tienen que activar las giratorias.

Ahora, esos mismos, están situando el precio de la electricidad en cifras récord. Más que nada por si nos habíamos creído lo del pacto y su buena voluntad. Pues bien, en pleno chaparrón, sale el Ministro de Energía y nos dice que como hace mucho frío, se consume más y es más caro producir electricidad. Y claro, por eso, nuestra factura subirá 100 euros este año. Pero que no nos preocupemos, que en Europa hace más frío y están peor. Olé.

Mientras tanto, más de cuarenta políticos brindando a nuestra salud. Después de privatizar y poner la alfombra roja, qué menos que una silla en el Consejo de Administración. Para eso están los amigos.

Acebes en Iberdrola, Felipe en Gas Natural. El próximo ya hace cola, terrorismo estructural. Aznar en su amada Endesa, Palacio en Enagás. Y muchas familias presas, porque no la pueden pagar.

Será que nuestra mirada está fuera de cobertura. Será que no queremos ver, agachados como avestruces. Será que quienes les votan pagan poca factura. Será lo bueno de ser linterna de pocas luces.

Viaje al paraíso

Es martes y…

El jefe del Estado, votado por nadie, Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, ha estado paseando barba de tres semanas por Arabia Saudí, blanqueando y riendo las gracias a un régimen criminal. Y por si fuera poco, besando suelo pisado, ha sido acompañado por una delegación gubernamental de primer orden, Ministros incluidos.

Resulta que ser recibido con todos los honores, aceptar distinciones privilegiadas y ser agasajado con un banquete de a más de 10€/kg es una de las funciones que la sacrosanta Constitución tiene reservada al monarca. Todo ello, sin importar quién sea el agasajador ni las barbaridades que cargue a sus espaldas. Por la patria y sus negocios lo que haga falta, por supuesto.

El paseo de Don Felipe, es viaje de protocolo. Es por huir de la gripe y no dejar al país solo. Los amigos del turbante, tampoco son tan malvados. Condecoran con brillantes y cuidan de sus esclavos. Son culturas diferentes, no se puede comparar. En el fondo son buena gente, luego está lo de matar.

Vendemos sangre en bandeja, al sepulturero mayor. Pero paga a tocateja, es una cuestión de amor. Las pedradas y la soga, son para documentales. La mujer y la homofobia, son temas circunstanciales. No obstante, se les advierte, que no se les vaya la mano. Que disimulen un poco eso de los Derechos Humanos.

Sea porque la corona tira al monte o por la connivencia de esta sociedad. Pero hemos diluido el horizonte entre la bruma de la mezquindad.

Sin respuesta

Es martes y…

Me pregunto yo a mí mismo, intentando hallar respuesta. Sin que suene a egocentrismo, ni a endiosada testa.

Me pregunto cómo harán sus majestades para sortear tanto balazo, cómo esquivarán adversidades, alambradas y arañazos. Dónde tallarán esa patera para que no se hunda en la miseria, para no teñir la arena del color febril de sus arterias. Cómo encontrarán la travesía desde Oriente hasta este mundo, un mundo de hipocresía que agoniza moribundo.

Me pregunto cómo harán los responsables para conciliar su triste sueño, cómo ocultan su calambre al ver tantas almas sin dueño. Dónde lograrán la dosis diaria de anestesia emocional, y esa cara extraordinaria para sacudirse el bien y el mal. Cómo vivirán en la Embajada, alejados de su amada patria, una patria avergonzada, pasto de Prozac y de psiquiatra.

Me pregunto cómo hará esa pobre gente para abrir los ojos cada día, cómo, en el umbral de lo indecente, no guarda alcoba la cobardía. Dónde buscarán el calor, con el sol a veinte bajo cero, en un laberinto sin color, en este planeta basurero. Cómo mantendrán la dignidad, cómo esculpen la entereza, cómo, ante una sociedad que escupe por encima de sus cabezas.

Me pregunto yo.

La cabalgata

Es martes y…

Yo, casi nunca, pido nada a los reyes. Si cae algo, bienvenido sea.

Y vaya si ha caído. Después de correr la San Silvestre, a algunos se les va a hacer insufrible la cuesta de enero. Y la de febrero, y la de marzo,…

Bendito Gobierno protector, ¡qué alboroto! ¡qué alegría! Que nos ha subido las pensiones la mitad de la mitad de un cuarto de lo que debía. No seamos tan llorones que, al fin y al cabo, es una subida. No vaya a ser que luego, le acusen de no cumplir con lo que prometía. Lo de la pérdida de poder adquisitivo ya tal.

Y de regalo en regalo. El mismo Gobierno de antes, ha indultado a un promotor. Será el espíritu navideño que a todos inunda de amor. Las familias estafadas son leves daños colaterales. Una obra de caridad sin consecuencias electorales. Para eso están los amigos.

Y de postre, lo de siempre. Mujeres asesinadas que, según lees los titulares, les da a todas por fallecer. Las espadas del machismo han comenzado por todo lo alto y tendremos que hacerlas caer. «Contraeducar ¿o castración? Todo me da rabia».

La próxima vez que me pregunten, pediré a los reyes una cosa.

Que se vayan.

Año hervido

Es martes y…

Para este año de lija, unos versos de terciopelo, una tormenta de niebla besando, en la boca, al suelo.

Empezamos el curso en funciones y lo acabamos en gran coalición. Cómo se arriman los fieles para guardar el cofre del ladrón. Pasamos de un no rotundo, a una rotunda traición. ¡Uníos obreros del mundo!, ¡uníos! proclama el patrón. Fue por el bien de todos, de todos sus bienes se entiende. En ‘Bobalia’, al mayor de los bobos, lo elegimos para presidente.

Para líos con la mudanza, los del museo de cera. Ya han perdido la fianza algunos de sus emblemas. De la alcoba principal se ha fugado un figurín. Pegado a su majestad ya no se ve a Urdangarín. Y a nuestro querido Juancar, le han quitado la muleta. Y en su puesto ha aparecido el nieto con una escopeta.

Siempre se nos van los buenos, y de vez en cuando los mejores. Muchas notas sin padrino, muchos puños de colores. Ahora, huérfanos, recorren un paraíso sin jardín. Huérfanos de voz de Cohen, y de corazón de Muhammad Ali. Mientras, se oye el canto de una isla, que aprendió a llorar cantando. Dando lecciones de vida, con Fidel desde otro mando.

Y al que llega que derribe muros y construya puentes. Y si no es mucho pedir que haga del mundo un lugar decente.

Los muertos de siempre

Es martes y…

Ha bastado con otro loco matando en nombre de su dios para que la enfangadora reaccionaria se haya vuelto a poner en marcha. La ira no conoce límites ni hace prisioneros, la demagogia tampoco.

El centro de Berlín ha visto como su iluminación navideña se ha quebrado, tornándose en cortocircuito y dolor. Un desalmado cualquiera ha decidido violentar la rutina de la capital alemana a golpe de volantazo inmisericorde, ejecutando sin juicio, asesinando por placer.

Un criminal y varios inocentes. Sin embargo, y antes incluso de detener al culpable, ya se ha puesto la etiqueta que muchos esperan agazapados para vomitar su verborrea xenófoba y su sentencia racial. Andrea Levy, vicesecretaria de estudios y programas del PP, no ha esperado ni un segundo, al ver un micrófono abierto, para hablar de «choque de civilizaciones», de lo buenos que somos aquí y de lo malos que son allá. Quizás sea una manera de autojustificar el papelón del Gobierno español en la acogida de refugiados, o quizás, simplemente, sea racismo puro.

Resulta curioso escuchar a estos mismos lumbreras llamar terroristas en Occidente a quienes llaman rebeldes en Siria. Será cuestión de quién pone los muertos y de quién vende las balas.

Los muertos de Alepo, los muertos de Berlín, los muertos de estraperlo. No los ponen las creencias, ni los ponen los reyes, siempre los ha puesto el pueblo.

Aló Presidente

Es martes y…

Ya han hablado. Donald Trump, flamante fichaje de la Casa Blanca, ha llamado a Rajoy, renovado recientemente por Zarzuela, para agradecer su misiva de felicitación por la reciente victoria en las elecciones estadounidenses.

Han sido veinte minutos en los que han repasado la actualidad, han debatido sobre metodología y han aportado soluciones varias.

Supongo que habrán dialogado sobre terrorismo internacional y las guerras que asolan el planeta. Supongo que habrán coincidido en erradicar el mal, vendiendo armas sin etiqueta.

Supongo que habrán conversado sobre la paz mundial y la fraternidad entre pueblos. Supongo que habrán coincidido en el tono cordial, al hablar de muros hasta el cielo.

Supongo que habrán hablado del problema del paro y la deriva de la economía global. Supongo que habrán coincidido en no pasar por el aro de subir el salario mínimo interprofesional.

Supongo que habrán departido sobre campos de refugiados y los muertos que llenan el mar. Supongo que habrán coincidido en acoger sin reparos, de lo pactado, la mitad de la mitad.

Una charla sin complejos, imagino, en un tono campechano. ¡Qué importante es, en este mundo, saber idiomas!, ¿verdad Mariano?

Desluciendo el oficio

Es martes y…

» – No estás escribiendo.
– Estoy jugando con mi tren, ¿te gusta? Lo acabo de comprar.
-¿Y desde cuándo no escribes nada?
– Desde que estuve de viaje.
– Quizá ya no tengas nada que decir. Mira, aquí te marqué varios trabajos posibles.
– No necesito que me busques trabajo, estoy bien así, soy poeta.
– ¿Qué oficio es ser poeta? Dónde pone aquí: «se busca poeta, buena remuneración»».
El lado oscuro del corazón

Si me toca describir lo increíble, seré cronista de la imaginación. Un proselitista de invisibles, un artificiero de la abnegación. Un recolector de plumas sin motor, un tintero entero en cabestrillo. Un vocal del verso del dolor, una gota réquiem de su azucarillo.

Si me toca interpretar su desafío, seré pianista a las afueras de Varsovia. Un abrazo en el invierno más frío, una nota que agota miedos y fobias. Un creador de suspiros en la niebla, un silencio en el ojo del huracán. Un compositor que huye de las tinieblas, un metrónomo en la boca del caimán.

Si me toca reinventar colores, seré retratista de una casa irreal. Un inventor de sonrisas de auditores, un lunático en la aurora boreal. Un acuarelista de murallas que no existen, un vaciador del agua roja del mar. Un ingeniero de pueblos que se miren, un sellador de fusiles de los de matar.

Soy poeta porque no podría no serlo, no me perdonaría quedarme callado. Soy poeta, porque si no lo fuera, estaría preso en mi propio acorazado.

Y en eso llegó Fidel

Es martes y…

«Aquí pensaban seguir, tragando y tragando tierra, sin sospechar que en la sierra se alumbraba el porvenir. Y seguir de modo cruel la costumbre del delito, hacer de Cuba un garito y en eso llegó Fidel. Se acabó la diversión, llegó el comandante y mando a parar».

Se nos va porque algún día se tenía que ir, pero se va a su manera. Cientos de veces intentaron acabar con él y jamás lo consiguieron. Era peligroso, muy peligroso, tener a un hombre convencido a unas pocas millas del imperio todopoderoso. Ahora, unas décadas después tienen a un pueblo convencido y eso, no es que sea peligroso, es irreversible.

Muchas veces basta con dar un paseo por las amistades con la que se cuenta para descubrir la altura moral de cada uno. Sin embargo, lo que realmente define a un gobernante son sus enemigos. Hoy, afloran todos aquellos demócratas que dejan que su gente muera de hambre por no poder pagar la luz, para vanagloriarse en Twitter y afirmar que acaba una etapa. Torpes, no se dan cuenta de que Fidel es una idea, la locura más maravillosa, y como idea no puede morir.

Volverán a intentar matarlo mil veces más, pero allí estará su pueblo. Digno, valiente, firme, entero. Como siempre. Es lo que tiene gobernar con ellos y no contra ellos.

Queda la victoria ante la tiranía siniestra. Queda el Movimiento con armadura de acero. Queda tu aliento perpetuo en la Sierra Maestra. Queda el abordaje a oscuras en la playa de Niquero. Queda tu Camilo, tu Raúl y tu Ramiro. Queda tu Birán, tu Santiago y tu Malecón. Queda tu Puebla, tu Silvio y tu guajiro. Queda tu Guevara, tu conquista y tu revolución.

Al final del todo, lo que queda es tu lucha por hacer del mundo un lugar mejor. Y ahí, Fidel, puede irse tranquilo.

Hasta la victoria siempre, Comandante.

Prometido

Es martes y…

Prometo, por mis hermanos de mil colores, cumplir fielmente las obligaciones del cargo de habitante del mundo, con lealtad a mis principios, y guardar y hacer guardar cada poema de revolución.

Prometo tallar cada arruga que el tiempo tatúe en mi piel, lijar los nudillos que arrastran los golpes de cada caída. Prometo pulir los tropiezos que amagan vestirse de hiel, y unirme al susurro discreto que algún día será estampida.

Prometo limpiar el camino por si alguien decide seguirme, llenarlo de luz invisible, de flexos y versos de Lorca. Prometo llegar al final con quien pueda llorar y reírme, y me ayude a llenar lo que falta y vaciar lo que sobra.

Sobra cordura de la que ata, falta locura de la que gana conquistas. Sobran aceros de los que matan, falta lectura en el ojo racista. Sobran testigos mi señoría, falta justicia de la que sea justa. Sobran versiones, una por día, falta respeto, éste me asusta.

Por promesa, la tinta es sangre y la pluma es huella. Por promesa, constante sin parpadeos de estrella.

Prometido.