Nana de quebranto

Es martes y…

«Ahora que la vida nos arranca nuestra manta, y nos susurra al oído el final de su canción. Ahora que la noche es un rumor de risa ajena, que se aleja por la calle y nos congela el corazón».

Ahora, que los dedos tiemblan como un grillo herido, y que tras los cristales amanece en Si menor. Ahora que oscurece más oscuro en nuestro nido, y se escuchan los recuerdos en un saxo tenor.

Ahora, que supuran las astillas del invierno, que un escalofrío trepa este silencio fugaz. Ahora que la tinta emborrona este cuaderno, y repite las palabras que ya no quieren jugar.

Ahora, que los ojos se derriten como mares, y naufragan en su intento de querer disimular. Ahora, que hay un nuevo sol alumbrando en los altares, y deslumbra cada sombra con su mágico arrullar.

Ahora, traes la fuerza que se intuye entre las nubes, y el eco de tu garganta resuena en este momento. Ahora, que entre las estrellas brilla el rumor de que subes, la dulzura de una nana retumba en el firmamento.

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