08
Jun 12

La más perenne catedral de Francia, no es de piedra

Alguien me dijo que con los días el camino iría cobrando más presencia. Y menos importancia lo demás. Ni siquiera ya la pastilla. El paisaje sigue aportando pocas pistas. Sin embargo es potente la impresión cuando pasas de un estado de soledad a desenvolverte entre un puñado de gente nueva. Pensé en África gracias a Annouk y en lo difícil que es vivir para alguien que le tiene alergia a la vida. Pensé en que una gran catedral es la que se construye en una antigua bodeguita de apenas 15 metros cuadrado y que sirve como orartorio como el de las hermanitas benedictinas de Saint Thierry. Pensé como para algunas personas es difícil vivir, cuando tienes fibromialgia y sin embargo decides ir a pie desde tu casa en Francia hasta Jerusalén y ya, de paso, seguir por el Magreb hasta tu casa. Y pensé que nadie quiere ser vagabundo y sin embargo lo somos. No sólo cuando decides ir a pie hasta Irán, como Julia y Wilfrid, sino cuando te reflejas en el holandés errante de las calles de Châlons en Champagne. Y eso que mi cabeza lloraba por el dolor producido por los insecticidas que del mildiu protegen a los millares de viñedos de la Champagne francesa.

Dormir en Verzy en el suelo puede resultar duro. O aguantar toda una tormenta por los antiguamente conocidos como románticos canales franceses. Pero no lo es en absoluto darte cuenta de que el camino ya forma parte de ti casi sin querer y que éste forma parte de tu rutina. Que el no saber donde vas a dormir en medio de la Europa occidental, forma parte de una liturgia de prejuicios y de miedos que sin saber cómo, caen derrotados a media tarde cuando te diriges, ya con paso lento hacia tu nueva cama. Y que sin saber cómo, duermes con el estómago lleno no sólo de nuevas y diferente comidas, sino de nuevas almas que se han cruzado en el camino.

La francígena son mis pies

La francígena son mis pies


29
May 12

Que paisaje mas bonito en la Picardie. Y me da igual…

La oficina de turismo de Laon se encuentra al lado de la imponente Catedral de la ciudad y en un antiguo refugio de peregrinos. Pero eso no importa nada cuando lo que tienes en la cabeza son decenas de senales (de nuevo el teclado frances) que a lo largo del camino te van dejando las personas dentro de una region asediada tambien por el paro y la depresion.

No esperaba la llamada imprevista de Stephane, el bombero frances que gracias al couchsurfing conoci esa misma manana. Tampoco sabia que de alguna manera el iba a ser el comienzo de una cadena de acontecimientos que todavia no han terminado.

La otra senal me la metio en la mochila Herve, el cura frances que fue expulsado de Chiapas y que me recordo que el Cristianismo mas verdadero es el de base, el mismo que he ido comprobando  a lo largo del camino. No importa demasiado hablar de las maravillas del paisaje fresco de la Picardie francesa, del rio la Somme, del bosque de Saint Godin, de sus antiguas abadias monacales, de su queso…

Tampoco le importa demasiado a Christe (Phillippe), el vagabundo que con sus tatuajes en los brazos y dos experiencias de muerte en su propia alma viaja por toda Francia con un solo libro: El cura de Ars. El mismo vagabundo que golpeo mi conciencia cuando me dijo porque yo le estaba juzgando. Efectivamente, en la casa parroquial de Peronne, acogidos los dos por un cura joven cuya sonrisa enmascara la omnipresente garra del cancer, es donde Christe me hizo comprender que el miedo a ciertas condiciones nos lleva a juzgar a las personas hasta el punto de alejarnos de ellas y como consecuencia alejarnos de nosotros mismos.

Christe aseguro ver los angeles el dia que el murio por segunda vez. Y eso me preocupo cuando lo volvi a ver por casualidad a la entrada de Vermand, camino del pequeno y austero monasterio de las hermanas clarisas. Las mismas monjitas, quienes conocian a Christe, empezaron a preguntarse sobre su verdadera identidad y es que acaso no me disteis de comer cuando estaba hambriento?

Las clarisas con alarde franciscano si me dieron dos veces de comer en medio de una fiesta de compromiso laico de dos de sus seguidoras en Vermand antes de proseguir el camino hacia Tugny et Pont donde Jean Marc Nobblesse y Marie Antoinette en medio de un paisaje idilico me hablaron del lugar que han construido en el cruce del CAMINO DE SANTIAGO y de la VIA FRANCIGENA, justo despues de ser atacado por un cisne celoso del cuidado de su hembra y de sus crias.

Y la cadena sigue en Saint Gobain, donde otro padre de familia, comprometido con el espiritu franciscano me ensena que las senales estan para algo y ellas me llevaran a encontrar a quien estoy buscando al final del camino.

Todo esto y mas pienso delante de tres simpaticas senoritas de la oficina de turismo de Laon antes de descansar y de partir direccion Reims.

(El texto sera revisado para arreglar las faltas de ortografia en cuanto disponga de un teclado qwerty con acentos…)


24
May 12

200kms por la médula espinal de Europa.

La Historia y la niebla son hasta el momento las acompañantes en la VIA FRANCIGENA. Y el fútbol. Europa no se construye con euros. Se construye con recuerdos imborrables en el subconsciente colectivo de todos los muertos en batallas de las grandes guerras. Así lo recuerdan los monumentos que tanto en Inglaterra como Francia ocupan calles y carreteras de pueblos grandes y ciudades pequeñas.

Al igual que el eje central de la VIA FRANCIGENA, la Chaussée Brunehaut, la actual carretera francesa, D341, en recta natural de más de 100kms que aprovechó en su origen la columna vertebral trazada por los romanos en tiempo de Julio César hasta llegar más allá de la Galia. Incluso más allá de las aldeas no conquistadas.

Una semana de niebla intensa, de campos de colza, lino, avena, trigo y remolacha dan para pensar en que lo que importa es el momento presente. Una semana de contacto con la gente y de hospitalidad, dan para pensar que Europa no la hacen los políticos ni las monedas. La hace la buena voluntad. Y punto. Europa existe si existen personas que te dan de dormir y de comer gratis tras acogerte en tu camino. Y esa Europa existe. Pero hay que rascar muy dentro. En la médula espinal. En los paisanos que te invitan a una copa de Calvados, en las monjas que te dan de cenar como si fuera la última vez, en el bigote del señor que se mueve al compás de los labios mientras te señala la dirección correcta.

Hemos olvidado ser hospitalarios porque tenemos miedo. Tenemos miedo porque hemos olvidado ser nosotros mismos.


15
May 12

15-M o cómo la revolución bien entendida empieza en uno mismo

40 años son buenos para una revolución

40 años son buenos para una revolución

Ir a cambiar Euros por Libras Esterlinas ha sido todo un poema hoy. El otrora repleto hall de la oficina principal de la caja de ahorros, hoy era pasto de arbustos rodantes como en cualquier mal desierto. Los billetes han resultado toda una sorpresa. No me cabía en mi cartera el rediseñado papel moneda británico, y no porque hubiera cambiado muchos sino, porque el afán vanidoso se demuestra diseñando billetes cada vez más grandes. Y me ha hecho pensar, como colofón a un vergonzante aniversario del 15-M que si tan evidente es que toda revolución social tiene los días contados en cualquier época de la Historia, y más si se le acompaña de fútbol y fórmula 1, habrá que coger la mochila de 70 litros (que no de 70 kilos) y salir en marcha hasta donde podamos llegar. En el camino, la idea es desarrollar la máxima de que “la revolución bien entendida, empieza en uno mismo”.

Y así pretende ser la cosa el mismo día en que, tras un año esperando a que cambien los colores de la bandera sin éxito, cojo un avión que me llevará al inicio de ese proceso en el que el único corralito que vea en el horizonte, sea el de unos animalitos de grácil sonido y pésimo aroma que me devuelvan a la tierra. La única que no nos abandona y a la que hace tiempo que abandonamos. Mientras los medios farfullan y nos adelantan pésimas noticias con rumores, el esfuerzo que me lleva a la Vía Francígena no será el de las etapas de media de 22 kilómetros con la mochila acuestas, sino el de empezar a pensar en cómo vivir consecuentemente en la segunda parte tras el ecuador de mi vida. Ahora toca vivir desde más adentro, como dice el maestro. Ahora toca vivir en el movimiento. Ahora toca andar por el camino personal para conseguir el itinerario colectivo. Ahora toca empezar la Vía Francígena.


05
May 12

De cómo en ocasiones hace falta un GPS para perderse

El camino nos conduce a la libertad

El camino nos conduce a la libertad

El pensar en recesión siempre me ha traído a la mente un estado de relax y confort. Equivale a estar en receso. Como ir al recreo en un día soleado después del gris plomizo de una clase de matemáticas. Precisamente es lo que yo como viajero pretendo con los más de 3 meses que se tarda en llegar a Roma andando desde Inglaterra en la denominada Vía Francígena. Caminar durante ese tiempo abandonando los telediarios y los noticieros, es caer en recesión de propagandas e intereses partidistas. Equivale a hacer un receso en la crisis durante meses. Porque buscar Roma entre los caminos pequeños de Europa es de alguna manera buscarse a uno mismo sin el envoltorio de la depresión informativa diaria. Y lo más curioso es comprobar cómo todo aquél a quien comento mi periplo, se pone verde de envidia mientras me hace saber con tono elevado la suerte que tengo y lo mucho que le gustaría hacer un viaje similar. Como si de alguna manera estuviese manifestando la liberación que le supondría ir a la deriva y sin saber dónde dormir durante tres meses, pero eso sí, lejos de recortes presupuestarios, primas de riesgo y cifras del paro.

Y vista la cosa, la mejor manera es completar la ruta sin el fabuloso uso de la tecnología de un GPS, sólo con los mapas y las orientaciones de los paisanos que por el camino me pueda encontrar. Porque además un GPS puede no llegar a cumplir las expectativas del caminante. Se espera demasiadas cosas de él que a veces no nos ofrece. Caminos que no existen, rutas no actualizadas… Y si encuentras un camino difícil con un mapa, te sentirás ufano y orgulloso de ti mismo. ¿Hablo de economía y empleo o de rutas y senderos?


25
Abr 12

Mochila, saco de dormir, mapas y tarjeta sanitarias para emigrantes por Europa

Lo principal del equipaje para el camino. ¿Falta algo?

Lo principal del equipaje para el camino. ¿Falta algo?

Todo camino comienza con los preparativos. El principal es el tomar conciencia de que tus pies van a ser tus amigos durante dos mil kilómetros y que esos pies te pertenecen tanto o más que tu ilusión que hará de carburante durante todo el recorrido. El resto es simple. Comprar una mochila, un saco de dormir, una esterilla, unas botas y descubrir que no tienes derecho a la sanidad pública cuando vas a sacar la tarjeta sanitaria europea.

Gracias a las «buenas formas» de algún funcionario de la Seguridad Social, no tiene precio el descubrir que lo mucho o poco que has cotizado durante varios años no sirve de nada si estás de nuevo en desempleo y sin cobrar ningún tipo de subsidio. O sí. El precio es el golpe en la autoestima cuando a tus casi 40 años recurres a la cortesía de un familiar quien te acoge en su tarjeta sanitaria como beneficiario de la misma. Eso mientras no entre en vigor la reforma de la Sanidad Pública aprobada el 24 de abril de 2012. Es decir, ya mismo.

Esto hace que el viaje sea más emocionante si cabe. El andar en el filo de la navaja de tu buena salud acelera el pulso cardíaco y hace acumular serotonina. ¿Cómo podría comportarse la Sanidad pública inglesa, francesa, suiza e italiana con un caminante de pasaporte español y tarjeta sanitaria de segunda? ¿Tendré el mismo derecho que los emigrantes que en el Estado español duermen a día de hoy? ¿Entenderán los paisanos franceses que han votado a la extrema derecha que yo soy igual que ellos y con los mismos derechos por pertenecer a la Unión Europea? Por si acaso, llenaré mis reservas vitales con la comida de mi madre antes de emprender la marcha, en unas muy pocas semanas a partir de hoy. Con el estómago lleno, se calmarán mis reflexiones y nervios previos al viaje.


19
Abr 12

En tiempos difíciles, todos los caminos todavía llevan a Roma.

Mapa de la Vía Francígena

Mapa de la Vía Francígena

Aquí empieza el primer paso del viaje. Salir al encuentro de pueblos, de caminos, de hospitalidad, de paisajes, de personas y de sobriedad que contribuyan al desarrollo social, cultural y económico de los territorios que se crucen en el camino. Y el cambio personal fruto de una revolución en su sentido original. La difusión será una lenta travesía de tres meses, no como una actividad de ocio sino como un verdadero estilo de vida. El objetivo en este camino es la columna vertebral de una gran identidad en crisis en esta segunda década del siglo XXI. Europa y uno de sus caminos principales olvidados: LA VÍA FRANCÍGENA. Una Europa que todavía destila formas medievales de gobiernos. Y unos pueblos que suspiran liberarse de las cadenas de tiranías del pasado.

Voy a hacerlo simple. A la antigua. Sin grandes necesidades. Con dudas e improvisación. Pero con las personas como eje principal, creando una red “real” y no sólo virtual de personas que transmitan esa nueva forma de vida. Dejo atrás la suma de kilómetros o la vanidad de presumir de los grandes viajes como quien acumula objetos que pierden su sentido. Vuelvo a lo básico, siendo los pies y el contacto real lo necesario y básico. Dejo atrás la amargura y la náusea que produce seguir desayunando con índices macroeconómicos y «macrocorruptos» que impiden el óptimo tránsito intestinal.

La VÍA FRANCÍGENA representa el viaje iniciático que en su día (año 990), un chaval de 40 años hizo hasta Roma a pie desde Canterbury, cruzando toda Francia, Suiza e Italia. Ida y vuelta. Casi 4000 kilómetros en su totalidad. En Roma se le había perdido el palio que debía recibir para ser obispo de Canterbury. Se armó de humildad y sin antibióticos ni GPS se atrevió a calzarse unas sandalias, supongo que no de última moda, para recibir el nombramiento para su nueva labor.

No era sólo fe. Era aventura. Era compromiso. Se trataba del encuentro de personas que con lenguas diferentes sentían lo mismo. Con mi mochila, mis botas y mi libreta de papel reciclado, comprobaré lo dificultoso que resultará que en el camino alguien me ofrezca un pastel recién hecho o una cama. Todo mientras la prima de riesgo sigue su juerga loca con cócteles de petróleo argentino tras una cacería de un elefante jubilado al que no le llega ni para la receta del laxante. Todo mientras Francia y Alemania piensan seriamente en cerrar las fronteras abiertas tras el espacio Schengen. Que Dios nos pille confesados y con el pasaporte renovado.