Happy New Year, Urte Berri On eta Feliz Año Nuevo

Jóvenes disfrazados durante la celebración de la Nochevieja. IÑAKI PORTO

Ha pasado una semana desde el 1 de enero y solo en Pamplona puedes combinar la juerga más grande de Navidades -Nochevieja- con la primera fiesta del año: la escalera inicial del día 1 de Año Nuevo.

Justo cuando nosotros los guiris -por supuesto hubo algún extranjero sanferminero en Iruña por Nochevieja- deseamos un poquito de buen descanso después de la Nochevieja pamplonesa, esta ciudad sin igual arroja el guante otra vez y nos reta a marcar el 1 de enero y el primer Día de la Escalera. Guante recogido felizmente y reto aceptado con entusiasmo. Como invitados en vuestro maravilloso, mágico y mítico pueblo, sería grosero no hacerlo…

Como guiri con 34 años consecutivos viniendo a Sanfermines -y muchos otros viajes por razones como bodas, cumpleaños, juergas y demás- créeme cuando te digo que yo amo, amo, AMO todo sobre Pamplona y Navarra;su gente, la música, la comida, las bebidas y obviamente las fiestas. Especialmente La Fiesta. San Fermín. Y no soy el único, por supuesto.

Debe de haber algo en el agua que hace de esta ciudad algo tan especial para muchos de nosotros. Quizás… o probablemente sea cosa exclusiva del patxaran. Pero de todos los lugares en los que he estado alrededor del globo no hay nada, nada, NADA como San Fermín. Es como si durante nueve días el planeta se desencajara de su eje y Pamplona misma se convirtiera en otro mundo donde cosas extrañas y maravillosas ocurren.

Yo juro que durante San Fermín los fantasmas de fiestas pasadas salen a jugar, que los corredores de antaño vuelven a correr sus encierros espirituales, y que San Fermín regresa a las calles para jugar, bailar y cantar una vez más en su pueblo natal. ¿No me crees? Pues confía en mí, porque un año, pasada la medianoche y en mitad de la fiesta, yo mismo vi al santo, con sus amigos los gigantes y el resto de la comparsa, bailando en la vieja Pamplona, en una colina cercana al lugar donde él nació, junto a la iglesia de San Fermín de Aldapa.

Esta es una historia para otro día pero, ay si los muros pudieran hablar… Ellos no pueden pero yo sí puedo escribirlo, y algún día la historia será contada.

Así que, con el Año Nuevo en marcha y la primera escalera completada y sobrevivida, mucha gente, no solamente nosotros los guiris, estaremos recuperándonos de la fiesta. Y hablo como un hombre que no solamente ama la fiesta, sino la historia del lugar. Camino a menudo por las calles, miro a los edificios e imagino lo que habrán visto y oído a través de los siglos y poco a poco, a lo largo de las décadas, he aprendido mucho. Actualmente tengo una palabra especial, inspirada por San Fermín y por Pamplona en fiestas, que alienta las resacas: Iruñasaca. Y esas son las mejores resacas. Impecables iruñasacas Así que todo lo que podemos hacer es esperar a que venga el segundo peldaño de la escalera. La cuenta atrás ha empezado oficialmente y todo lo que puedo decir a todo el mundo es: Urte berri on, Feliz Año Nuevo eta Happy New Year. ¡Ya falta menos! Gora San Fermín! ¡Viva!

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