Asterix era sólo Asterix

 

Asterix era sólo Asterix

 

Se diría que como los personajes de Pirandello que buscan autor, algunos fármacos, están en busca de aplicación y la encuentran en causas que tiene más que ver con el simple hecho de vivir que con auténticas enfermedades. Si usted sufre con o sin motivo (aparente), si no es feliz, si se siente frustrado, culpable, malquerido, vulnerable, débil, mal tratado, triste, ansioso, traicionado, estresado, pesimista, alicaido físicamente, con poco vigor sexual…. Entonces es que está usted enfermo y precisa cura. Pero no tema: existe esa píldora que alivia todo síntoma de insania. Un sencillo ajusta bioquímico y, voila el milagro.  Vivimos en un mundo de enfermos imaginarios. En una sociedad hiperdopada que busca resolver con una pastilla el desajuste entre la realidad, las expectativas y las exigencias. ( La vanguardia 3/1/20013; Susana Cuadrado)

 

La búsqueda de bienestar ha acompañado al género humana desde el inicio de los tiempos. Cada cultura tiene su “historia” o su mito que lo ilustra. En la nuestra Noe ilustraba  el origen del alcohol y su uso como consuelo a los trabajos de la vida. Pero también ilustra como el exceso lo deja desnudo y con la dignidad perdida.  Reírse del goce del padre tiene aquí el efecto de quedar maldito – estamos a distancia de Homer Simpson –  el goce  debería haber sido velado; cubrir al padre. Es decir, cada cosa en su momento, hay momentos para el alivio de los pesares humanos pero las más de las veces hay que afrontarlos.

 

Medicalizar la vida cotidiana conlleva la idea de fondo de que es posible una vida sin sufrimientos, sin discordancias,  de triunfo constante. Es cierto que las industrias farmacológicas hacen buen negocio con ello, pero el río donde pescan lo formamos todos.

 

Al margen de los síndromes serios hay felices hallazgos de “síndromes” que dan mucho juego par etiquetar a vastas multitudes dentro de una supuesta patología. Está el síndrome posvacacional, el del hijo único, el del nido vacío, el de los cuarenta, el de la alienación parental…… Les invito a completar esa lista con el primer síndrome que se les ocurra porque seguro que algún laboratorio recogerá el guante. La mercantilización de los estados de ánimo resulta rentable.(La vanguardia….)

 

El cientifismo es una epidemia, y  surgen en todas parte “estudios científicos” sobre cualquier clase de cosa; que si el deporte permite gestionar mejor las emociones, que si arreglarse eleva la autoestima, que si reirse cura la depresión….todo  “científicamente demostrado” y como correlato surgen; la risoterapia, la shoppingterapia….  Y  si usted no consigue con ello estar estupendísimamente, habrá un fármaco que le promete – sólo promete – librarle de las miserias humanas.

 

No es lo mismo establecer momentos de fiesta en los que aliviar lo trabajoso de la vida  que pretender hacer de la vida una fiesta.

 

Asterix sólo se tomaba la pócima de Panoramix cuando tenía que luchar contra los romanos Cuando no, Asterix era sólo Asterix( La vanguardia….)

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