Infieles profesionales y concursantes que pagan

DE los creadores del spot de televisión La vida es corta, ten una aventura, y ¿Qué tienen estas tres realezas en común?, vuelve a la carga el portal de contactos Ashley Madison. Ahora lanzan una campaña con la mismísima reina Sofía abrazada a un joven, y con esta frase: «Ya no tienes porqué pasar la noche sola». La coña viene además de oportuna como certificada después de que apareciera el libro La soledad de la Reina, de la tertuliana televisiva Pilar Eyre, donde escribió las penas y malos rollos que acompañan desde hace décadas el matrimonio de los monarcas y que no voy a reproducir en estas líneas.

Pero el humor en manos despiadadas puede ser mucho más doloroso que la mentira y la campaña ser un ejemplo de injusticia evidente. Y es que lo que se lleva en la subida de empresas emergentes de nuevo cuño es ir a la cabeza de los que manejan el negocio de la imagen aunque sea para cortársela, como hacían en Francia después de la Revolución. Y es que la fama gratuita que otorgan los medios a los mandatarios y a los concursantes de una u otra manera acaba teniendo un precio. Y hay gente dispuesto a pagarlo. El lunes se conocía que hay un concursante de Gran Hermano dispuesto a pagar casi 70.000 euros por participar en el concurso, o lo que quiera que sea ese programa. Y seguramente esa cantidad es ridícula si la valoramos en términos de notoriedad e imagen. En un país con 5 millones de parados, ser protagonista de la televisión es como que te toque la lotería, eso sí, te mandan a que recojas el boleto en bolas dentro una ducha con paredes trasparentes. Lo mires por donde lo mires, te miren por donde te miren, estos boletos que venden en la publicidad y en la televisión tienen trampa.