Con la calidad

El otro día lo escuché cuando vendían la serie Homicidios. Tres planos de las piernas de tres prostitutas haciendo la calle y luego el eslogan Telecinco con la calidad. Pensé que era cachondeo del que suelen gastar con Jorge Javier y sus ediciones de Sálvame. Pero resulta que luego se trataba de una promoción y la misma frase la podías escuchar hablando de Tierra de Lobos y otras series. El concepto de calidad es una servilleta de usar y tirar. La calidad se mide ahora con el éxito de audiencia pero eso antes se llamaba popularidad o difusión. Telecinco, desde luego, está en su derecho de usar la palabra con la que quiere que se le relacione, pero tampoco estaría mal que pusiera un poco más de su parte. Precisamente series como Homicidios no le van a dar calidad, pero sí normalidad; que hablando de esta cadena que se pasa la vida entre reality y reality, pues ya es mucho decir.

Los que sí dicen mucho, y claro, son los de Consumidores de ETB 2, que ayer comenzaron nueva temporada dando una repaso a las telefonías móviles. Esas grandes cuevas de Alí Babá de la sociedad actual. El programa conducido por Carlos Sobera y Adela González es una de las pocas cosas que resiste de la parrilla de esta cadena de la que el público sigue huyendo de manera progresiva. Las televisiones autonómicas han sido las grandes paganas desde la aparición de la oferta audiovisual TDT. Tenían nichos de público que luego se han desparramado entre los oferta audiovisual. También habrá que pensar que el peor enemigo de una televisión pública es el servilismo a quien la controla políticamente. TVE ha demostrado que puede hacerse de otra manera y estaría bien que el resto vaya acoplándose a esta iniciativa. Además de buscar la calidad y la pluralidad por pura razón de subsistencia.

Marta no está

El juicio contra los acusados del asesinato en Sevilla de Marta del Castillo se ha convertido en el espectáculo televisivo de la semana. Tiene todos los ingredientes de una película de éxito. Ahora, cada cadena le va añadiendo sus propios ingredientes y entre los más destacados no está la necesidad de impartir justicia. La información del asesinato de esta niña hizo que ayer hubiera más de 150 periodistas ocupando las aceras que dan la Audiencia Provincial de Sevilla. Horas de televisión que se adueñaron de los espacios mañaneros de Mariló Montero, Ana Rosa Quintana y Susanna Griso. Un seguimiento mediático, judicial y policial que contrasta con la ausencia reveladora del cuerpo de la niña. Las nueve versiones que ha dado el principal acusado son la evidencia de cómo alguien puede tomar el pelo a todo el mundo sin que la abrumadora maquinaria que trabaja en el caso pueda hacer algo.

Curiosamente, ayer se publicaba en el Reino Unido la biografía del pintor más famoso del mundo: Vincent Van Gogh. En ella afirman que el artista holandés no se suicidó. Un dato que acompañó siempre su biografía y que sirvió de espaldarazo a su obra. A partir de su muerte creció su fama hasta convertir sus obras en las mejor pagadas del mundo. Según dicen los autores, Van gogh murió por el disparo que accidentalmente le realizó un adolescente en 1890 que ya en aquella época jugaba a los vaqueros. El pintor herido se fue a su casa donde lo encontraron a punto de morir sin delatar al autor del disparo. Ya ven, la verdad no tiene fecha de caducidad y la información no debería caducar nunca.

África express

Hay una costumbre en Televisión que hace que los programas no cambien de nombre por mucho que evolucione su contenido. Da igual que se titule El hombre y la Tierra, No te rías que es peor que Pekín express. La razón de este nombre le viene de la primera edición que sucedió mayormente en China.

Ahora para lo bueno y lo malo, los escenarios son africanos. Lo bueno es que uno está ahí, en África mientras ve la tele y al mismo tiempo nota el cachondeo de los 22 jugadores (11 parejas). La sorpresa de esta edición fue la eliminación de una de las parejas antes de empezar. El talento de Jesús Vázquez es tan fuerte que tampoco hubo mayores problemas incluso para comunicárselo por radio: «no se si os habéis dado cuenta pero sois 11 parejas y sólo puede haber 10. Esto significa que no sois aventureros y tenéis que ganar la plaza hoy mismo».

Menuda presión. Así que tras un día de carrera Mari Carmen y José tuvieron que regresar. «mi sueño no ha sido realizado y ya está», dijo muy digno Pedro y Mª Carmen se echó a llorar como una Magdalena. Y es que Pekín express lo tiene todo incluso concursantes racistas que tienen que sobrevivir en el corazón de Tanzania. Ese fue uno de los momentos álgidos cuando la pareja de pijos Mónica y Ezequiel hicieron el comentario que bien pudiera firmar Hergé en una de las viñetas de Tintin. Dijo Mónica «esto es surrealista, dos blancos lavándole el coche a un negro».

Si quitamos los japoneses pocos concursos hay con mayor dureza en la televisión. Desde el comienzo en el que los concursantes tuvieron que encontrar sus mochilas con los mapas y salir pitando para ir desde del Rift a Kabarnet. Dice Elena Urabayen que como El París-Dakar, Pekín Express debería llamarse de otra manera. Tiene razón. Tampoco se entiende que entre los concursantes abunden mayoritariamente los frikis.

Azul y Bono

A ver quién no recuerda la frase «Chanquete ha muerto, Chanquete ha muerto» que gritaba Pancho, un adolescente desesperado tras conocer la muerte del viejo lobo de mar que vivía aparcado del mundo en un viejo cascarón aparcado en la playa de Nerja. Aquello era Verano azul una serie que ha cumplido 30 anos y que para celebrarlo TVE la ha colgado en su web. Chanquete fue interpretado por Antonio Ferrandis el mismo que participara por entonces el Oscar a Volver a empezar de Garci. Filme al que erróneamente se le concede la gracia de ser el primer Oscar para el cine español olvidándose que ese galardón lo consiguiera diez años antes el exilado Luis Buñuel por El discreto encanto de la burguesía.

Con todo Verano azul representó un paso adelante en la modernización de la televisión. Además de Curro Jiménez, demostró que era posible realizar series que atrajeran al público. Porque si algo tenía en común esta serie de Mercero fue que su tirón traspasaba el público infantil y llegaba al resto de las diferentes edades.

A los que no parece agradarles que llegue a todo el mundo son a los responsables de censurar el anuncio del cantante Bono, una campaña contra el hambre en África que ha contado con la presencia de destacadas personalidades como George Clooney (al que por cierto algún día tendrá que explicar sus coincidencias en las juergas del mismísimo Berlusconi). Dicen que el anuncio no cumple las normas de publicidad inglesas. Un puritanismo social por el que legislan que los spot de televisión no pueden tener intencionalidad política. Nadie se interpone sin embargo en prohibir que 750.000 personas mueran al año de puro hambre. Esta mentalidad británica sigue siendo puramente colonial y muy hipócrita.

Pastor y la Milá

Ayer se conocía en Twitter que un político del PP bromeaba con Ana Pastor sobre su inminente exilio a Canal Sur. Algunos del PP son como las erupciones de la isla de El Hierro: uno no sabe si esconden un formidable espectáculo geológico o son el preludio de una tragedia. Las señales de prepotencia ante una inminente victoria suenan a que van a barrer el panorama a los que no consideren de los suyos. Y es una pena porque tal actitud recuerda en parte a la del régimen iraní, que ha metido en la cárcel a Marzi Vafamehrha. Una actriz cuyo delito ha sido interpretar el papel de una joven artista que intenta salvar todos los obstáculos para viajar a Australia. Le ha caído un año de prisión con la propina de 90 latigazos por atreverse a interpretar en una película que ha circulado en el mercado negro de Irán, algo que ella no podía controlar. Un país donde la burocracia y la prepotencia de sus políticos acaban con las esperanzas de libertad de sus ciudadanos.

No estamos en Irán y no dudo de que las amenazas de quienes ganen las elecciones se ajusten a derecho. Pero conviene guardar las formas en un planeta en el que conviven, tan mezclados, el derecho a la información con la censura. Si hasta EEUU ha obligado a Google a que les dé información sobre los integrantes de la red Wikileaks (la mosca cojonera de todos los gobiernos del mundo), salta a la vista que el control de las informaciones mundiales sigue en estado de alerta permanente como en los mejores tiempos de la Guerra Fría.

Y hablando de viejos tiempos: ayer comenzó la nueva temporada del programa de Mercedes Milá Diario de… En una entrevista de promoción Mercedes dijo la frase de la semana: «Las cárceles deben vaciarse para meter a los banqueros» Ojo que creo que no estaba hablando de Irán. La Milá viene cañera.

Telefracasos

Hablaba Vasile en una entrevista de que en Telecinco había un despacho donde guardaban los proyectos que nunca llegaron a buen puerto. No dijo el número aunque este es un dato irrelevante. No es lo mismo no estrenar Titanic y meterla en un baúl que hacer lo mismo con un corto hecho con la cámara de vídeo del teléfono móvil. Buena parte de los éxitos del futuro se están estrenando en Internet antes de que los gurús les echen las redes.

Aquí en la habitación de los proyectos fracasados meterán el Cheers de Resines y compañía. Esa copia que alguien sacó del armario fuera de lugar. Lejos de entrar en la polémica más que nada por miedo a lo que me diga Resines, conviene pensar que parte de la obra ya la habían estrenado con Los Serrano, además de otras en las que él mismo hacía de mudo poniendo tapas. De Resines se ha dicho de todo. Tengo una hermana que cada vez que lo ve dice que se imita a sí mismo y conozco otra gente que tiene verdadera pasión por él.

Lo cierto es que alejado del cine los papeles en los que ha intervenido Resines son siempre similares y es parecido el rol que aporta a sus personajes. Vamos, que pienso más como mi hermana que como esos que aseguran que el mismísimo Charlot se quedó prendado de su vis cómica cuando visionó algún filme de la década de los 80. Muchos de los programas que descansan en el despacho del que hablaba Vasile habrán sido apartados de manera injusta. Los senderos de la televisión son insondables. Hace poco decía Imanol Arias, el mismo que lleva una vida de interino en Cuéntame y Un país para comérselo, que el PSOE había dado el dinero de TVE pública a sus amigos. Luego aparece el Willy Toledo con un libro en el que asegura que Imanol Arias más que un actor es todo un empresario de la televisión con pocos escrúpulos. Ya ven no hay comentarios inocentes.

De palmeros

De todos los detalles deplorables de la tercera boda de la duquesa de Alba: el multitudinario tratamiento mediático, la aparición de toreros y modistos en la boda, los cientos o miles de cotillas habituales de estas ceremonias capaces de soportar el calor y los apretones hasta el desmayo, lo que más me impresionó ayer fue el grupo de palmeros que le acompañó hasta el coche tras la ceremonia. El baile de la duquesa con aquel coro de palmas y guitarras al viento pasará a la historia de la televisión directamente a la categoría de incunables. El capítulo visto entero es verdaderamente estremecedor. Entronca con los golpes de humor del más rancio abolengo de Paco Martínez Soria y supera con creces, en surrealismo y atrevimiento al mismísimo Luis Buñuel.

Lástima que la serie sobre la duquesa ya esté hecha, porque este colofón haría del guión una genialidad. O bien pensado una locura.

Y debe ser por la falta de sentido del humor o por el escaso bagaje de los actores que lo interpretan o que no aciertan en el intento de copiar a los ingleses de Downton Abbey, el caso es que algo le falta a Gran Hotel que no acaba de convencer. Pero dejemos margen de confianza a esta gente que ha sido capaz de asentar una serie tan atípica para nuestra televisión como Hispania y, sobre todo, hacer triunfar Gran Reserva. Mientras, nos quitamos de la retina las imágenes de la duquesa marcándose unos movimientos imposibles de flamenco y a sus entusiastas palmeros. Me atrevería a apostar: yo creo que los de las palmas y guitarras son los mismos que salían en las películas de Joselito y Marisol cuando eran niños. Al final la boda del año se convirtió en el acontecimiento del milenio para esta televisión de pacotilla.