Dos multioficios

DICEN los carniceros que del cerdo se aprovecha todo. Que lo que no entra en salazón, se mete en embutido y con los restos se hacen platos con enjundia como esas manitas, las vísceras y el no va más: la cabeza. Así le ocurre también a Buenafuente, que no sólo hace un programa si no que además se va de turné con el Terrat llenando teatros y polideportivos con sus monólogos, hace un vídeo de su estancia en la ciudad y luego vuelve al plató para grabar su programa diario. Un crack sin duda. Ahora riza el rizo y no conforme con todo ello publica un libro en el que habla de los personajes que han acudido a su programa. Se titula Buenafuente en el aire, lo curioso es que además las fotografías también las ha hecho él. Por lo que debería haberle añadido por mar y tierra. Es que no deja nada para los demás el tío. Ya lo estoy viendo: en nada las críticas de sus programas también las hará él.

Pero quien sí ha aprovechado su momento de fama ha sido Raquel, de Granjero busca esposa de Cuatro, que ocupa de arriba a abajo la última portada de Interviú. A esta nueva granjera que abandonó Valencia para instalarse en la granja alavesa de Gujuli propiedad de Tito Martínez. Está claro que en estos tiempos en los que la ganadería pierde fuelle, como se vio en la protesta de los vaqueros regalando cajas de leche en las calles de Donostia, la alternativa de hacerse un nombre en televisión puede sacarlos de algún apuro. Pero claro, entre los presentadores multioficios tipo Buenafuente y los concursantes como Raquel que lo mismo posan desnudas que limpian las cuadras, ya me dirán qué nos dejan al resto. No sólo se conforman con que los veamos todas las noches por televisión, acabarán vendiéndonosla. Ya ven: esta pareja hace bueno el dicho, de que la televisión, como del cerdo, desde la cabeza hasta el rabo todo es bueno.

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