De los nervios

Adelantan la elección del candidato al Eurovisión porque los prolegómenos no han levantado mayores expectativas. Vamos, que como ya vaticinábamos, Alaska no ha levantado el tema por más que prometiera que iba a quitar la caspa. La caspa del festival de Eurovisión está estratificada, pura roca de granito que solo la erosión y el tiempo podrán con ella. Si alguien estuvo a la altura de las circunstancias ése fue Buenafuente creando y colando en el concurso la figura dantesca de Chiquilicuatre y sus bailarinas. Nada explica mejor la realidad de ese certamen de vampiros que se alimenta de la sangre de las nuevas esperanzas nacionales de una victoria. Ya está bien de personajes televisivos como José Luis Uribarri, que viven retirados en sus transilvanias y que sólo aparecen y cobran vida en estas noches de luna casposa que se inventan en televisión. Y hablando de caspa: ayer se consumaron los 1.000 programas de Ana Rosa. Una celebración que contó con 500 pasteles. Ya ven: le toca a medio pastel por programa y sigue con ese tipazo capitaneando las mañanas.
Seguimos con semana futbolística. En torno al fútbol se ha recuperado para los domingos el clásico Estudio estadio y se han creado otros nuevos esta temporada que lo tratan con cierto rigor. Bueno no todos: La sexta/deportes lo presenta Patxi Alonso, imprime tal griterío y crispación a sus comentarios que una acaba de los nervios y ni Sara Carbonero lo arregla. Una cosa es que a los espectadores nos guste el fútbol y otra es que nos suba el ritmo cardiaco si por cualquier razón no andamos listos con el mando a distancia. Dios mío, que alguien tranquilice a Alonso o que lo manden con Lobato a retransmitir las carreras de Fórmula 1, que lleva a todas horas revolucionado el motor cuando, lo que pide el cuerpo a esas horas, es quietud y reflexión.

Un comentario en «De los nervios»

  1. El pasado sábado, de esos sábados que uno se queda en casa, pude ver un momento el concurso para elegir el cantante a eurovisión, que plantearon en dos fases en una, semifinal y final de eurovisión y la verdad que lo de Alaska y sus acompañantes me pareció patético, en lugar de quitarle, han conseguido añadir doble capa de caspa al asunto, Alaska lenta, aburrida y con una monotonía impracticable, hubiera preferido estar toda la noche escuchando a quien le importa lo que yo haga.

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