¿Pobre de quién?


Si el Chupinazo arrancaba con la energía a raudales de miles de personas empeñadas en la fiesta, el Pobre de mí es el homenaje festivo de la ausencia. Tanto TVE como Cuatro no le han visto interés al tema del cierre sanferminero quizás porque no ven que una despedida pudiera pelear en horario de prime time . Ellos se lo perdieron. Junto con las cadenas locales, nuevamente ETB 1 se erigió en único testigo de este acto tan entrañable que atrapa incluso a quien no ha pisado nunca los adoquines de la plaza Consistorial de la vieja Iruña. Y es que la nostalgia no se estila en la televisión y eso que siempre que se acude a ella arrasa. Eso le ocurrió el pasado domingo a la reposición de Volver . La película en la que Almodóvar vuelve a contar con Carmen Maura y del que se hizo una buena presentación antes de la emisión. Una especie de documental en el que se recogía de manera algo exagerada el distanciamiento entre la actriz y el director manchego. Y es que se equivocan quienes creen que el público sólo quiere frivolidades tipo Sabes (menos) más que un chico de primaria con el que A3 amenaza de nuevo como apuesta de verano. Pero resulta que Aída, por poner el ejemplo de la serie de más éxito de la última temporada, no sería lo mismo sin el contrapunto de personajes perdedores, ni Mi querido Klikowsky llegaría al corazón sin esos remates en voz en off con acento argentino con los que se despedía cada capítulo. </p><p>La emoción televisiva no se hace sólo con carcajadas o lágrimas. Existe un equilibrio que aspira tanto a la risa como a explorar el desasosiego. Quizás por eso la ceremonia de los Sanfermines no tiene sentido pleno si no se tiene en cuenta el final. El éxito del Chupinazo comienza en el Pobre de mí. Y algunos se fueron sin contarlo como se merece.

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