Vaya racha

ESTE jueves estrenaron la serie El internado, un producto novedoso en apariencia pero que a los diez minutos ha perdido casi todas las razones que despiertan el interés del espectador para volver a verlo a la semana siguiente. La idea de ese mundo aislado con unas reglas propias y una autoridad clara que lo hacen un pequeño universo es buena. Despierta inquietud y un clima perfecto para plantear todo tipo de situaciones dramáticas con un puntito de terror. Pero pasado el primer capítulo el mayor temor que uno padece es a quedarse dormido en el sofá y despertarse a las tantas con algún programa de teletienda. El trabajo de Luis Merlo consiste, sobre todo, en contener aquella pluma irrefrenable que tanto éxito le dio en Aquí no hay quien viva, algo que ni tan siquiera se molesta Amparo Baró que sigue con sus característicos gestos, da lo mismo que El internado no sea precisamente una comedia: ella sigue como si fuera la Sole de 7 vidas. Está claro que no corren buenos tiempos para las series autóctonas. No hace mucho hablamos, mal por cierto, de la que a TVE le ha hecho Valerio Lazarov, aquel realizador yeyé que se hizo famoso por marear al personal con sus salvajes zoom, cuyo protagonista por partida doble es Arturo Fernández; para el segundo capítulo ya andan moviéndolo de sitio buscando un hueco en la parrilla que sea el mal menor para la serie. Y es que si durante unos años los espectadores abrieron su corazón a series de aquí, el proceso se está invirtiendo rápidamente. Se mantienen las ya conocidas, Los Serrano, Cuéntame y Aída que ya tienen a todo el mundo presentado y a lo sumo van matando poco a poco a sus personajes, pero está claro que a la hora de innovar o presentar productos nuevos estamos a años luz de los enganches que tienen la mayor parte de las series americanas. Vaya racha.

Un comentario en «Vaya racha»

  1. HOLA, HOLA. TE SIGO POR INTERNET Y VEO QUE YA EL ARTÍCULO DE AYER NO ESTÁ ¿CÓMO ES POSIBLE?

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