Masoquismo en tv

No vi Hormigas blancas, el programa más anunciado de la tv, en el que iban a destripar el pasado de Isabel Pantoja. Espero además que fuera el mayor fracaso de la temporada. Seguramente no lo será, porque Telecinco lleva muchas horas autopromocionándolo y eso al final cuaja. Pero salta a la vista que nada de la información que proponen es nueva. Ha sido publicada en más de una ocasión. Este nuevo género consistente en revisar los viejos números de las revistas del corazón supone un insulto a la inteligencia del espectador. Lógicamente espero que los insultados no colaboren y les den el corte de mangas que se merece un producto de segunda mano vendido como si fuera un espacio informativo. Pero es fácil que, con la tarea que llevan haciendo en televisión, lo que nos guste es que nos insulten y nos den leña. Es posible que después de tantos años con la telebasura seamos espectadores masoquistas cuyo mayor placer sea el de que nos azoten personajes como Mercedes Milá, que en una entrevista con el Gran Wyoming le decía aullando «que la tienes así de pequeña». En fin, que nos va la marcha, y que siempre hay presentadores sin ningún tipo de escrúpulos para sacarles partido a nuestros vicios televisivos. No hay más que ver, si no, el forzado documental Sadorexia, la dieta del dolor, que emitió el otro lunes Telecinco en su angelical y de buen rollo 12 meses, 12 causas. Según parece, la única causa que defendía este documental era la de estar hecho por la productora Cuarzo, perteneciente a, sorpresa, sorpresa: Ana Rosa Quintana. Ahora sabemos que tras la aparente preocupación social de Telecinco puede que no haya otra cosa que negocio y compensaciones monetarias injustificables. Acabadas las vísceras de la Pantoja, que tiemblen las ONG y los pobres de mundo, que estos tíos van a por ellos.

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