Seis mujeres

La celebración del Día del libro no pasó desapercibida para ninguna cadena. No hubo informativo que no llevara el tema como la noticias curiosa del día. Como una de esas rarezas con las que intentan levantarnos el ánimo después de su habitual carga sangrienta. Pero nada hay más lejos de la lectura que el hábito de las cuatro horas de televisión por barba. Nada más extraño y ajeno a la literatura que la actual programación. Y prueba de que las nuevas cadenas tampoco están por la labor de grandes cambios es, o eso parece, el estreno de la nueva serie de Cuatro llamada La casa de cristal, un nuevo espacio diario presentado por ese portento televisivo que se llama Ana García Lozano, presentadora capaz de otorgar interés a la conversación más insulsa del personaje más insulso. Aquí, siguiendo el ejemplo de Supernanny, esa intrusa impertinente y castradora de los hábitos infantiles a la que, por cierto, todos los que recordamos que una vez fuimos niños despedimos esta semana con inmensa alegría. Ahora la novedad es el adiestramiento femenino. Seis mujeres, seis. Todas ellas diferentes, como si las hubieran elegido en un apartado taurino, en vez de eso que en inglés llaman casting. Seis mujeres, seis, con los habituales problemas de las sociedades modernas: estrés, falta de motivación, conflictos profesionales o personales, baja autoestima. El programa contará esta vez con todo un gran equipo de consejeros o coaching, que también es palabra inglesa. Éstos diseñarán una estrategia de ayuda para cada participante. Las concursantes abandonarán la casa cuando hayan superado los objetivos trazados por los presuntos expertos. A este paso, la única aportación que puede hacer la televisión a la cultura en general es la de ir encerrando a los espectadores por los platós hasta que alguno logre coger y leerse de comienzo a fin todo un libro.

4 comentarios en «Seis mujeres»

  1. A veces creo, sinceramente, que Guy Debord tenía razón al decir que: «El espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna encadenada, que no expresa en última instancia más que su deseo de dormir. El espectáculo vela ese sueño«.

    Así, amigo Javier, creo de recibo y siguiendo tus palabras recomendar un libro a los televidentes encerrados en un plató: «La sociedad del espectáculo«, de Guy Debord.

    Saludos.

  2. [quote=»Epicuro»]A veces creo, sinceramente, que Guy Debord tenía razón al decir que: «El espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna encadenada, que no expresa en última instancia más que su deseo de dormir. El espectáculo vela ese sueño«.

    Así, amigo Javier, creo de recibo y siguiendo tus palabras recomendar un libro a los televidentes encerrados en un plató: «La sociedad del espectáculo«, de Guy Debord.

    GRacias Epicuro por aportar esta biografía y animo a la gente a aforntarla. El problema es que yo no puedo con este libro. Mi paciencia se resquebraja a partir de la segunda página, seguramente porque no estoy acostumbrado a la literatura filosófica y este Guy tiene además un estilo como de profesor aburrido. No sé.

  3. Créeme si te digo que te comprendo. A mí me gusta, tal vez porque ando rodado con los filósofos marxistas. La verdad es que escribe desde el marxismo-situacionismo y puede llegar a ser pesadito. Lo reconozco. Ahora bien, se le puede aplicar de manera efectiva en este tema. Sin duda.

    Puede que el problema sea, amigo Javier, que el libro lo diseñó a base de máximas: no es un libro de ensayo con un principio, desarrollo y conclusión.

    Sea como fuere, recomendaré otro libro si te parece: «Elogio de la ociosidad«, de Bertrand Russell. Creo que será mucho más ameno y versa casi sobre el mismo tema.

    Saludos.

  4. [quote:a1f6526b06=»Epicuro»]Créeme si te digo que te comprendo. A mí me gusta, tal vez porque ando rodado con los filósofos marxistas. La verdad es que escribe desde el marxismo-situacionismo y puede llegar a ser pesadito. Lo reconozco. Ahora bien, se le puede aplicar de manera efectiva en este tema. Sin duda.

    Puede que el problema sea, amigo Javier, que el libro lo diseñó a base de máximas: no es un libro de ensayo con un principio, desarrollo y conclusión.

    Sea como fuere, recomendaré otro libro si te parece: «Elogio de la ociosidad«, de Bertrand Russell. Creo que será mucho más ameno y versa casi sobre el mismo tema.

    Saludos.[/quote]

    Siento el retraso Epicuro y que sepas que me tienes enganchado a tu blog. Gracias por el libro consejo de Bertrand Russel y tienes razón en el que me gsta más. Es un escritor con cierto toque anarquista y me cae bien aunque todo no termine de pillarle la parte de sus teorías van de coña o no. En fin. Un saludo.

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