Diario de Miguel (lunes, 18 de abril)
No, no hablo del aparato ese que sirve para dejar la ropa sin arrugas (no la uso, la clave está en tender y doblar bien, pero eso es otro tema). En ‘El Desafío’ tratamos con dos planchas. Una, la deportiva, el ejercicio en el que te colocas en horizontal apoyando los antebrazos en el suelo y te sostienes sobre las puntas de los pies durante unos segundos con la cadera elevada y la espalda recta. Solemos usarla como calentamiento. La otra, la que yo no utilizaba hasta ahora, es ese electrodoméstico que te permite cocinar los alimentos sin emplear aceite, o empleando un poco, que, como dijo nuestra dietista, Anunciación Panedas, no hay que declararle la guerra al aceite, que en sí no es malo. Moderación y listo.
No sé en qué momento ni por qué hace ya muchos años me compré una plancha, pero recuerdo que solo la usé una vez y que la condené a lo más profundo de un armario al que no llego sin banqueta (mi 1.70 no hace milagros). De esas cosas que guardas por no tirar, aunque sabes que no las vas a utilizar más. Pues mira, ha tenido una segunda oportunidad y la está sabiendo aprovechar. Desde que empezó ‘El Desafío’, hace ya ocho días (qué lejos queda pero cuánto queda) no he usado una sartén, que era mi compañera fiel en el día a día. Ahora la sartén solo la veo cuando la saco del horno (el cajón oficial de toda sartén que se precie) para asar algo. El horno también ha salido beneficiado de esta dieta; hasta ahora se usaba para pizzas y poco más.
Pues eso, que casi todo se puede cocinar a la plancha, y de forma fácil y rápida. Y además es saludable. Y a la plancha no implica menos sabroso: me han sorprendido lo que ganan algunas verduras cocinadas con ella. Así que ahora no hay día en que no la use. Incluso el fin de semana, que me marché fuera, me la llevé en el coche.
Y bueno, que el reto deportivo sigue. Ayer comenzamos la semana con nuestra segunda sesión de fuerza. Itxaso causó baja por problemas en el cuello, esperemos que retorne lo antes posible. Una sesión en la que entramos en contacto con las pesas (algo nuevo para mí, siempre lo he visto como algo muy aburrido, y siempre he concebido el deporte como una diversión, aunque estoy dispuesto a cambiar el chip), dominadas, etcétera. Aquí tengo mucho que mejorar, o mucho margen de mejora, que es la versión optimista del mismo concepto. Y mañana vuelven la velocidad y la agilidad. Muchos coincidimos en que hasta ahora la del martes pasado ha sido la clase más dura. A ver con qué nos sorprenden mañana.
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