Gettysburg

Lo más a parecido a Dios en la tierra es un General en el campo de batalla. Coronel Joshua L. Chamberlain

A todos los aficionados a los wargames o juegos de guerra siempre nos ha apasionado librar batallas que hayan pasado en la historia.  Aquae Sixtiae, Waterloo o Stalingrado son un ejemplo de estas mismas donde en esa confrontación se dirimió el destino de todo un imperio.

La batalla de Gettysburg durante la Guerra de Secesión Americana (1861-1865) librada en los primeros días de Julio de 1863 es sin duda una de ellas, ya que fue la contienda donde la Confederación perdió la iniciativa de la guerra, e inevitablemente le llevó a perderla. El carismático general confederado Robert E. Lee había invadido Pensilvania con la idea de llegar a Washington y acabar con la guerra, pero pronto se encontraría con resistencia tras cruzar el río Potomac. El destino quiso que una pequeña columna sureña que iba a por un suministro de botas a Gettysburg se tropezara con la caballería unionista, lo que desemboco en una concentración de tropas que a la postre se enfrentaron en la batalla más sangrienta librada en territorio americano hasta la fecha. Están calculadas unas 55.000 bajas (unas 20.000 del Norte, y 30.000 el Sur) respecto a un conjunto de 150.000 hombres, siendo el bando norteño ligeramente superior en número.

Fueron tres días de intensa batalla, y en cada uno de ellos ocurrieron hechos notables destacando sobre ellos dos. La desesperada defensa de la colina Little Round Top, o la heroica carga de Pickett. En el primero una pequeña brigada al mando del Coronel Chamberlain, que guardaba el flanco izquierdo, aguantó todo un día de sucesivas cargas sureñas, hasta quedarse sin munición. Ceder esa posición hubiese supuesto el flanqueo del ejército de Meade, y su muy segura destrucción. Por eso ordenó calar bayonetas y cargar colina abajo contra sus enemigos. Esto descolocó a los confederados que viéndose superados por la situación se rindieron o huyeron.

Tras dos días clavados en sus posiciones, Lee ordenó un ataque sobre el centro de las posiciones unionistas con la esperanza de que rompiendo por la mitad la línea derrotaría y pondría en fuga a los norteños. Para ello su infantería debería pasar por una milla (1,609 km) bajo un intenso fuego de artillería que los acosaría desde su izquierda y su derecha, diversos obstáculos que dificultarían su avance, y una infantería bien pertrechada y defendida en la colina objetivo. La carga, conocida como carga de Pickett, fue un fracaso, y fueron repelidos con un número de bajas considerable.  Tras esto último, el General Confederado muy tocado moralmente, ordenó la retirada desvaneciéndose el sueño de acercarse a Washington.

El cine norteamericano, muy prolífico en cuanto a su historia bélica, tiene muchos títulos sobre esta temática, pero me gustaría destacar Gettysburg del dueño de la CCN, Ted Turner, sobre todos ellos. Basada en una novela de Micheal Shaara galardonada con el Pullitzer, tiene casi cuatro horas de duración, siendo un éxito de taquilla, y televisión. Fue rodada en las mismas localizaciones de la batalla y se usó a toda la población del pueblo como extras, y a unos 13.000 aficionados a las recreaciones históricas (como los wargames pero a tamaño natural). También se cuidó la elección de un variado elenco de actores famosos del que destaco a Martin Sheen, y Tom Berenger. El resultado es una magnífica obra adaptada, muy fiel a lo que ocurrió, lo cual es de agradecer ante las barrabasadas que suelen hacer, y que recomiendo a cualquier aficionado al cine en general, y bélico en particular.

Y, como he dicho, toda gran batalla tiene su reflejo en la moqueta verde sobre la que nos batimos generales aficionados amantes de la estrategia. Uno de los más famosos es Johnny Reb III de John Hill en el que con unas reglas sencillas (tratándose de esta temática) puedes llegar a recrear esta contienda, y otras similares de la Guerra Civil Amerciana, simulando ser Lee, Meade, Hancook, o Ulises Grant, y como decía Pérez Reverte, hacerle trampas a la historia.

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