POPCORN


Las palomitas de maíz o mejor dicho el maíz de las palomitas, pues más bien es esto segundo porque este nombre se le da al alimento de dicha ave, vamos, paralelismo de lo que son las pipas para los loros, o el maíz ya tostado, que al abrirse toma esa forma peculiar: como una paloma blanca con las alas extendidas. Tras el descubrimiento de América o más bien después del decubrimiento oficial en 1492 la llegada de este cereal a Europa se popularizó a nivel mundial.

Su consumo viene desde hace 5000 años pero podemos decir que la mediatización del producto surge a partir de 1621, cuando se comieron palomitas (maíz explosionado) en la primera comida de Thanksgiving que se celebró en Estados Unidos. El archifamoso Día de Acción de Gracias que para muchos de nosotros no sabemos muy bien qué es. Una celebración tradicional norteamericana que se celebra el cuarto jueves de Noviembre festejando la colonización inglesa del Nuevo Mundo, aunque originalmente se hacía el último jueves. En el pías vecino Canadá, se celebra el segundo lunes de octubre. Constituye regularmente un gran festejo familiar, en el cual las personas se reúnen con sus parientes en torno a la mesa, realizando celebraciones tradicionales.

No todas las variedades de este cereal son aptas para la fabricación de las palomitas, ya que es necesario que los granos contengan al menos un 12 por ciento de agua.
Se cree que los nativos americanos desarrollaron tres métodos para su obtención. El primero consistía en tostar los granos en una estaca colocada sobre el fuego. El segundo procedimiento era arrojar los granos, después de haberlos despojado de su cáscara, directamente sobre las brasas, de manera que se comían aquellos que al explotar saltaban fuera del fuego. El tercer sistema era mucho más sofisticado: calentaban arena en una cazuela plana de arcilla y, cuando alcanzaba la suficiente temperatura, enterraban los granos de maíz, de tal forma que al reventar saltaban a la superficie.

En 1948, se hallaron palomitas de maíz en cuevas de murciélagos de Nuevo México (EE.UU.), que fueron datadas del 3600 a.C. se cree que dicho cereal era arrojado al fuego para ser degustado después por los nativos de la zona, sin duda una apetitosa y crujiente golosina. En Perú culturas preincaicas ya elaboraban palomitas de maíz bastante antes de la llegada de los españoles, al haberse encontrado restos de ellas en tumbas.
En México en la ciudades precolombinas se vendían a granel como leguminosas y se llamaban momochtli del nahuatl eran preparadas en el momento introduciendo el maíz en ollas muy calientes de barro, o poniendo granos sobre ceniza ardiente o brasas.

Pero su éxito comercial comenzó en 1912, fecha en la que un invento surgido en 1885 arrasaba junto a los cines estadounidenses, hablamos de la máquina de hacer palomitas.
Una moda que ha perdurado hasta nuestros días, en cierta parte gracias a Charles Cretors, el palomitero de Chicago que patentó el artilugio.
Podemos decir que las palomitas tuvieron su época dorada a partir de 1940 que fue cuando se asentó definitivamente esta costumbre, siendo una década grandiosa para ella que acompañaría por siempre al espectador.

Actualmente tiene sus detractores e incluso el consumo de la palomita va ligado a la calidad del filme o a la ”intelectualidad” del espectador, suscita amor y odio pero no pasa desapercibida. Cuantas veces hemos oído “esa película es palomitera”, refiriéndose a una peli de acción o entretenimiento sin mayores pretensiones en un tono un tanto despectivo. Para muchos símbolo de consumismo absurdo o simple capitalismo yankee (fijaos hasta donde ha llegado este gracioso tipo de maíz) Efectivamente el popcorn es un amigo ocioso, un colega distraído que se funde en el crujir concentrado de cada fotograma, atentos al desarrollo de la acción, es una especie de estímulo de esa atmósfera inconsciente que nosotros mismos creamos.

La masa esponjosa muy blanca y sabrosa puede ir acompañada de azucar, colorante (hay palomitas de colores), mantequilla… este último ingrediente muy apreciado en EEUU, también caramelo, chocolate, en fin, realmente podemos añadir lo que nos dé la gana.
Las propiedades de esta variedad de maíz, han sido estudiadas, desarrollando un buen producto a nivel industrial, permitiendo todo tipo de variedad en su preparación, que se acomoda a las necesidades de cada país y al tipo de consumo, ya sea a nivel masivo, con máquinas especializadas o dirigido a los hogares, brindando la posibilidad de prepararlo en una olla común, o de una manera más práctica en un horno microondas. Creo que las peores son las que venden en el propio cine.

En lo que se refiere a los diferentes nombres que adquiere este producto, podemos decir muchos en función de dónde nos encontremos:
“Palomitas” en España, “Popcorn” en USA, “Pochoclo” en Argentina, en Rosario las llaman “Pororó”, “Pichoncitos salados” en algunas partes de México, aunque en general también dicen palomitas. En Guatemala “Poporopos”, en algunos barrios hispanos de EEUU o en México las llaman “Chivitas” en lo que podemos decir idioma “Spanglish”. En República Checa pražená kukuřice o Poppu koon en Japón.

Bueno, esto ha sido un pequeño gran homenaje a esas compañeras tan ricas y tan injustamente tratadas. Creo que hoy se ha dignificado su figura.
Un crujiente saludo y disfruten del cine con ellas.

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