El Blog Solidario de Luzblanca

«LA CONTAMINACIÓN QUÍMICA»

Aunque no los veamos ni los percibamos, una extensa gama de contaminantes están en nuestra casa, en la oficina o en las calles, en nuestros alimentos y en las prendas de vestir. Algunos de ellos afectan a nuestro organismo de forma lenta, poco visible pero con graves consecuencias a medio y largo plazo. La ciudadanía tiene derecho a saber qué tipo de contaminantes hay o puede haber en el agua que bebe, los alimentos que ingiere o el aire que respira.

Se sabe que las sustancias químicas están fuera de control. Todas las personas llevamos en nuestro cuerpo hasta 300 sustancias químicas que nuestros bisabuelos no llevaban en los suyos. Muchas de estas sustancias no provienen de las chimeneas de las fábricas, sino que entran en nuestras casas a través de productos de consumo diario, como detergentes, aparatos eléctricos, perfumes, muebles, champú, maquillaje, juguetes o pinturas, e incluso en la ropa. A través de estos medios, los contaminantes acaban finalmente en el polvo de nuestras casas.

Según el informe Consumiendo Química , en el que también aparecen los datos de muestras recogidas en otros cuatro países, se calculó en cada gramo de polvo un alto nivel de contaminación en nuestros hogares. Estos datos nos da idea de la naturaleza invasiva de estas sustancias químicas peligrosas y, lo que es más alarmante, nos ofrece una visión bastante clara del ambiente químico de nuestros casas, al que nos exponemos a diario.

También existe una grave contaminación química en los alimentos. Estas sustancias se incluyen como impurezas o aditivos. Las impurezas más problemáticas son los metales, plaguicidas y fertilizantes. Los metales más importantes desde el punto de vista toxicológico son: plomo, mercurio, cadmio, cobalto, estaño y manganeso. Éstos se encuentran comúnmente en cereales y peces provenientes de áreas cercanas a centros industriales.

En cuanto a los aditivos, éstos son utilizados en la industria alimenticia para dar sabor a ciertos productos. Se los agrupa como acidulantes, antioxidantes, aromatizantes, colorantes, conservante, edulcorantes, emulsionantes, espesantes y saborizantes.

Lamentablemente el abuso de estos compuestos químicos pueden traer consecuencias negativas para la salud humana. Entre otras afecciones se encuentran las reacciones alérgicas, intoxicaciones o potenciar estados cancerígenos, como se ha demostrado en el caso del ciclamato.

Estudios experimentales en animales evidencian que determinado tipo de aditivos (ciclamato, aspartamo, sacarina, conservantes y colorantes) se vincula al desarrollo de cáncer, lo cual no ha podido evidenciarse aún con estudios epidemiológicos en humanos.

La contaminación es una de las causas fundamentales del incremento preocupante del cáncer y otras enfermedades degenerativas que nos afectan. La industria química no tiene derecho a someter a la población a la exposición involuntaria a sustancias químicas, cuyos efectos a menudo se desconocen.
Los gobiernos tienen el deber de proteger a su ciudadanía de dicha exposición.