El milagro de los panes y los peces

Una persona mayor observa unas obras.

UPN, PSN Y PP EXIGEN AL GOBIERNO QUE BAJE IMPUESTOS Y AUMENTE EL GASTO MIENTRAS EL CONSEJO DE JUBILADOS PIDE MÁS OBRAS QUE PODER IR A VISITAR

No vamos a descubrir ahora que estar en la oposición es bastante más fácil que gobernar. Entre otras cosas porque puedes decir lo que te de la gana sin que tenga mayores consecuencias, que para marrones ya está el Gobierno. No hay más que darse una vuelta por el debate presupuestario que en las últimas semanas se viene dando en el Parlamento para darse cuenta de que algunos le han cogido el gusto a esto de multiplicar los panes y los peces sin explicar de dónde se saca el dinero.

Lo que no es muy diferente a lo que pasaba antes del cambio de Gobierno si no fuera porque ahora la oposición es de derechas, y además de plantear soltar la pasta gansa -casi toda para la Ribera, por cierto- también le ha dado por prometer bajadas de impuestos a tutiplén. Y así todos contentos. “Hemos presentado 200 enmiendas con vocación de atender a demandas que están en la calle”, avanzaba Esparza, que como estos debates suelen ser muy largos y aburridos optó por pasar de largo y no acudir a ninguna de las sesiones.

Nada desde luego como el triple salto mortal con tirabuzón en el que se ha metido el PSN para intentar aparentar un proyecto económico para la comunidad. Los socialistas, que en el Gobierno con UPN aprobaron el mayor recorte que se recuerda a las políticas sociales, no se les ha ocurrido otra cosa que proponer ahora una rebaja de impuestos tan izquierdista que haría las delicias de la Patronal y, al mismo tiempo, un aumento del gasto de un porrón de millones. Y claro, la mayoría que apoya al Gobierno le ha dicho que no, entre otras cosas, porque para vaciar la caja primero hay que llenarla y las matemáticas suelen ser bastante tozudas en cualquier negociación.

Es lo que pasa cuando compites con gente sin rigor ni sentido como Ana Beltrán, que al final, claro, todo sabe a poco. Porque no es fácil ganar a la presidenta del PP navarro, que lo ha reducido todo a que no hay dinero porque se destina todo al euskera. “Hay que parar el gasto en el vascuence o acabaremos como en Cataluña”, zanjaba la lider del PP. Desde luego, a ese nivel es difícil rebatir.

Es curioso porque después de casi un mes proclamando el fin del mundo a cuenta de las modificaciones impositivas, nadie se ha cortado para pedir más gasto. Al carro se ha subido hasta José Ignacio Palacios, exsenador y exconsejero del PP, que abroncaba a Manu Ayerdi, porque en los últimos diez años no se ha invertido en carreteras. “Prefiere destinar los fondos a asuntos de más calado ideológico o a la construcción de Euskal Herria”, lamentaba.

Si es que es normal. Después de tantos años de trabajo y dedicación al servicio público uno se jubila y le queda tiempo para sentarse a mirar las obras. Hasta han montado una asociación nueva un montón de viejas glorias. Algo así como un Osasuna de veteranos pero de la pasta pública para pedir al Gobierno de Barkos que haga ya el Canal de Navarra y el Tren de Alta Velocidad. Que una cosa es que no lo hicieran ellos cuando manejaban el cotarro y otra que ahora que tienen tanto tiempo libre no sepan donde poner el tiesto. Ahí están Ayesa, Taberna y Ancízar, con Sanz haciendo de míster. 92 años de cargos y recargos entre los cuatro. Futuro de Navarra le han llamado al consejo de jubilados. Dan ganas de abrazarlos.

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