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Al cine, lo que es del cine…

viernes, 27 de junio de 2008 Dejar un comentario Ir a comentarios

Dirección y guión: Michael Patrick King. Intérpretes: Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon, Chris Noth, Candice Bergen y Jennifer Hudson. Nacionalidad: EEUU . 2008. Duración: 148 minutos.

Cuando se habla del creciente interés de las actuales series generadas para emitirse a través del cable o por los últimos estertores de la vía analógica; cuando se apunta que lejos de Hollywood, en los pasillos de las cadenas de televisión, libres de presiones, un puñado de nuevos realizadores alumbra el mejor cine del presente, no se piensa en Sexo en Nueva York . Entre otras cosas porque Sexo en Nueva York es puro folletín sentimental resuelto con dinero y eficacia. Seis temporadas llenas de éxito y una década cultivando millones de adictos de todo el mundo legitiman esta colección de tópicos típicos, puro kitsch neoyorquino, cuya mayor contribución a la historia ha sido su labor divulgadora en favor del Cosmopolitan . Un cocktail de un color hortera, pegada suave y muy de moda.

Como señala su título, el perfume de esta serie desprende aromas de sexo. Sexo pulcro y atildado cuya procacidad nunca resulta incorrecta. Sexo de alto diseño e ideas escasas. Ese sexo está rodeado por un puñado de mujeres cuarentonas, resultonas, sanas y bien alimentadas. Son hembras cultivadas en gimnasios, profesionales que se autoabastecen de dinero, de hombres y de poder. Este sexo comparte con Bridget Jones un toque académico de fémina doctorada por la Universidad de Elle y Vogue . Vamos, pura elocuencia irónica que afirma sin rubor que el día más feliz de la vida de alguien puede ser el día en el que le regalan un bolso de marca y rayas. La nostalgia del recuerdo de sus años televisivos impulsó la idea de hacer esta película: la madre de todos los capítulos, un capitulón de dos horas y media. No hay palabras. Recordar cómo una de sus protagonistas, desnuda en la mesa, con sushis salpicando sus zonas erógenas, espera a que su novio celebre en el mantel de su piel el día de San Valentín, hace que uno desee que sea King Kong quien aparezca y se la coma entera. Pero Kong es macho y ya no va a Nueva York, en esta Nueva York televisiva no hay sexo, ni cine, ni mujeres que huelan a verdad. Sólo hay publicidad ¿subliminal? y estampas turísticas. Pero millones de fans afirman ver ternura, romanticismo, humor y frescura. ¿Atribuyen a la serie lo que está en su mirada? Quizás.

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