Rajoy y Merkel en Santiago para bendecir el largo camino de la austeridad

La maestra y su mejor alumno o la directora de orquesta y su mejor intérprete. Llámenlos como quieran, pero lo que nadie puede ya poner en duda es para laAlemania cartesiana regida por la nueva dama de hierro del continente, España se ha convertido en el mejor campo de pruebas de sus políticas de ajuste y austeridad. En menos de tres años, los españoles por arte de magia de las reformas y recortes llevadas a cabo por el gobierno de Mariano Rajoy, de ser esos europeos del Sur derrochadores y vagos, hemos pasado a ser el mejor rostro milagroso de la recuperación impulsada por las políticas dictadas por ÁngelaMerkel. Si como dijera Enrique de Navarra, “París bien vale una misa”, al aceptar el catolicismo y con ello el trono de Francia, algo así debió pensar la canciller germana al ser invitada por el presidente español a recorrer parte del Camino de Santiago y abrazar al apóstol en la tierra natal del dirigente español. En el fondo, todos están necesitados de fotos y la cercanía celestial a ninguno le viene mal, si tenemos en cuenta que la economía alemana se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre de este año y que en España sigue habiendo oficialmente cerca de cuatro millones y medio de parados. Otra cosa es que los dos mandatarios en clara armonía quisieran ver, en su cena en la rúa del Villar compostelana, la botella de albariño más medio llena que medio vacía.

Pero más allá de la propaganda o de las imágenes veraniegas de los líderes reconfortados por su autocomplacencia, parece sensato analizar dónde podemos situar la salida efectiva de la crisis y en qué lugar del paisaje después de la batalla nos deja a los ciudadanos las políticas llevadas a cabo por la Unión Europea en estos años. Si queremos leer adecuadamente las cifras macroeconómicas parece evidente que austeridad es sinónimo de desigualdad. Poner a cero nuestro déficit y abaratar el endeudamiento ha provocado una contracción severa de la actividad y esa falta de crecimiento se ha enseñado en las rentas más bajas, no solo en forma de menores ingresos, sino también en la reducción de los servicios públicos de los que venían disfrutando antaño. Europa, les guste o no a la pareja de hecho en que se han convertido Merkel y Rajoy, está estancada, con un crecimiento ridículo, con altísimas cuotas de desempleo, especialmente juvenil y agravando cada día los problemas sociales de las clases más necesitadas de su sociedad. Ni somos capaces de mejorar la competitividad de nuestras empresas en una economía global, ni el Estado del Bienestar es sostenible con este modelo productivo obsoleto. Seguimos regidos por viejas recetas dogmáticas y ortodoxas incapaces de interpretar la nueva realidad de los mercados y de dar respuesta a los retos que un mundo que vive bajo la oleada de una tercera revolución tecnológica nos impone.

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Tan determinista es la política impuesta desde Berlín vía Bruselas, que el mismo día que Merkel y Rajoy cantaban las bondades de sus medidas en Santiago,Hollande obligaba a dimitir a todo le Gobierno Valls, para darle una vuelta de tuerca en lealtad incondicional a sus ministros para poder emprender un nuevo trecho del camino de los recortes presupuestarios en Francia. El presidente socialista galo abandona ya toda veleidad innovadora y como ya le sucediera aRodríguez Zapatero pone rumbo hacia la austeridad sin dudas. Un proceso reformista que a buen seguro encontrará una fuerte oposición sindical expresada en la calle y en conflicto laboral. En teoría, al socialismo europeo tras esta definitiva traición francesa solo le queda la gran esperanza blanca que debería suponer el primer ministro italiano Matteo Renzi. Pero su realidad es aún más bien pobre, con una exigua mayoría parlamentaria y una economía italiana en recesión, los mercados le ofrecen escasa tregua para poner en práctica políticas sociales. El camino de la austeridad, por tanto, parece gozar de buena salud y de amplio recorrido, por mucho que los resultados de tanto sacrificio sean tan minúsculos como inestables. Pero la realidad es que los mercados solo premian a los que hacen lo que a sus rendimientos especulativos más conviene, sobre todo, mientras el Banco Central Europeo ha convertido la financiación de la deuda pública en un suculento negocio seguro para la banca privada y fondos de inversión.

Así las cosas el coste político de la crisis con quien se está cebando es con las opciones de izquierdas, incapaces de articular una alternativa coherente que pueda establecer nuevas reglas del juego en la economía europea. Ello propicia la división en los grandes partidos socialdemocrátas o la fuga masiva de voto en torno a ellos. Y al albur de este proceso surgen nuevas formaciones radicalizadas en su discurso antisistema que, sin embargo, más allá de ruptura de lo existente, aún no han pasado de hacer oír sus voces populistas sin definir un programa de cambio concreto. Así surgió en Italia el Movimiento 5 estrellas de Beppe Grillo o en España lo ha hecho Podemos con su líder mediático, Pablo Iglesias. Todos ellos inmersos en una especie de centrifugadora que se come lo que entra en ella, primero las formaciones filocomunistas o Verdes, pero que amenaza con hacer lo mismo con todo aquel que por falta de novedad haga perder la esperanza o fe en un “verdadero” cambio. Una realidad que lo único que constata es la falta de unidad desde opciones progresistas para alcanzar el cambio de modelo. Bronca por la izquierda que beneficia a mayorías de derechas o la conformación de grandes coaliciones bipartidistas al estilo de la que gobierna en Alemania.

Al fin y al cabo todas estas batallitas políticas tendrían escasa trascendencia si la sociedad de los países europeos fuera capaz de cambiar de rutinas y procedimientos. Pero lo cierto es que el envejecimiento intelectual de nuestro continente está impregnado en el adn de la mayoría de los ciudadanos, acomodados en una vida sin metas ni objetivos, acostumbrados a ver pasar los días complacientemente con la mayoría de las necesidades básicas cubiertas y la seguridad razonable garantizada. No en vano seguimos siendo el espacio del mundo que sigue gozando de mayores cuotas de bienestar se mida como se mida. Tras más de cinco décadas de paz y prosperidad, el principal temor es que se nos olvide que también se pasa hambre y que la violencia también puede formar parte de nuestro paisaje. Si no afrontamos las revoluciones pendientes es porque no tienen incentivo suficiente, seguir sobreviviendo pese a que todo se deteriore a nuestro alrededor es mejor propuesta que un cambio que por desconocido puede ser peor. De eso se valen las fórmulas conservadoras que con un ligero retoque de imagen y de mensajes, defiende lo de siempre mientras lo de siempre siga funcionando aunque sea mínimamente y cada vez para menos personas.

Supongo que todo esto lo sabe bien el presidente español Mariano Rajoy, un socrático por excelencia, que sabe que nada sabe y que maneja el tancredismo relativista con primor. No se meta usted en líos y déjese llevar, arrimándose al gran árbol que da cobijo. A la vera de Merkel coloca sus piezas. De Guindos alEurogrupo aunque no se sepa ni en qué plazo, ni con qué contenido real. Cañeteserá comisario… o no, pero España estará representado en la Comisión. Su particular juego de tronos le funciona y en pocos meses ha pasado de ser el miembro mudo del Consejo Europeo, a el gregario de lujo de la todopoderosa canciller. Hace tiempo que estos movimientos políticos tienen poco efecto entre nosotros los comunes mortales, pero se supone que en los medios de comunicación, esa prensa que cada día tiene menos credibilidad, esto de ejercer el poder entre los poderosos sigue ocupando titulares. El único problema que pueden tener estos gobernantes cortados por el viejo patrón sería que sus gobernados hubieran tomado de conciencia de que nadie les va a solucionar sus problemas y se pusieran por libre a la faena. Seguramente entonces lo real superaría a lo oficial como un día en Versalles los cortesanos se sorprendieron una mañana comiendo sus cruasanes cuando la turba del populacho les cortó sus perfumados cuellos. Todo depende de hasta donde nos lleve el camino…

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Crónica del IV Reich: la democracia derrota a Merkel en las urnas de Italia

La democracia, esa tozuda herramienta de libertad que nos donaron los griegos clásicos, impone tarde o temprano su ley cuando se permite hablar a los ciudadanos. Y como siempre conduce los caminos de los pueblos hacia destinos inéditos porque la voluntad de las gentes no suele ser diseñable y programable. Cuando el Presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, encomendó a Mario Monti la formación de un gobierno el 13 de diciembre de 2011, tras la dimisión de Silvio Berlusconi, se abría un periodo de gobierno tecnócrata impuesto desde Bruselas vía Berlín, que instauraba una fórmula política de baja calidad democrática. Tras un año de ajustes y recortes presupuestarios calificados de programa reformista, siguiendo al dictado las políticas de austeridad que la canciller Merkel impone a Europa, los italianos han sido llamados a las urnas para decidir su futuro. El resultado ha sido calificado de ingobernable por las mismas autoridades de la ortodoxia económica que impusieron la solución Monti y que claman por ampliar la excepcionalidad para que nada ponga en riesgo sus planes de control del déficit. El dictado expresado en forma de voto por los italianos es el fruto de ese esperpéntico experimento de 12 meses de ejecutivo gris ajeno a la realidad de la calle. El nuevo mapa político de Italia rezuma la rabia de unos ciudadanos confundidos y atónitos ante el desmantelamientos de muchos de sus derechos, sin que tales medidas se hayan producido de la mano de un gobierno elegido por ellos. Se han revelado contra la política o mejor dicho, contra los que no permiten que se haga POLÍTICA.

Probablemente lo más ridículo de esta trama es el hecho de que el primer ministro en funciones asumiera el reto de presentarse a las elecciones tal vez pensando que los italianos valorarían su espíritu de servicio público y seriedad en la gestión y que ha cosechado un triste 10% de los votos que a punto ha estado de colocar a los democristianos como fuerza extraparlamentaria. Monti se ha encontrado con la horma de su zapato. Como es lógico, un pueblo sumido en la crisis económica, vapuleado por la pérdida de renta per cápita y con el encarecimiento feroz de la deuda, no ha sido capaz de entender este camino a ninguna parte, por mucho que el rictus del mandatario pío, sea adusto y compuesto. Su discurso tenía demasiado tufo a sumisión a las órdenes de Ángela Merkel como para ser creíbles. Su juego oportunista de enfrentamiento alcabaliere demasiado obvio para tener tirón, sobre todo, cuando de por medio había auténticos actores profesionales de la comedia, como el propio Berlusconi y su corte de bellinas o el mensaje populista y facilón de Beppe Grillo. Competía con monstruos de la escena y encima el guión era una adaptación de las obras wagnerianas que nos interpreta la jefa de gobierno alemana con su coro de Walkirias.

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Monti es sin duda el gran derrotado, pero por supuesto, no el único. El pírrico ganador de los comicios, el socialdemócrata Pier Luigi Bersani no ha sido capaz de armar una alternativa sólida frente a opciones aparentemente tan endebles como un Berlusconi en las últimas y un movimiento improvisado. Este filósofo de la Universidad de Bolonia, que realizó su tesis doctoral sobre la historia del cristianismo, centrado en la figura del Papa Gregorio el Grande, huele a lejanía y desprende un aroma de élite envarada que no conecta con las preocupaciones mundanas del pópolo. Es evidente que Italia es demasiado compleja y críptica como para permitir que la composición de la Cámara y del Senado se simplifique en algo que se aproxime al bipartidismo. La República nacida de la caída del fascismo y de la posguerra mundial ha vivido instalada en la plácidez endémica de las crisis políticas y las mociones de censura. Gobernar en Italia es más arte que otra cosa y, por ello, se precisa la magia de un artista como en su día le pareció a los italianos ser Berlusconi y que nunca les inspirará Bersani. La izquierda enrolada en el Partido Democrático tiene la difícil de tratar de gobernar en solitario, pues, la coalición con Monti no suma suficiente y el endemoniado ofrecimiento de Berlusconi de gobierno de concentración nacional solo les llevaría al descrédito entre sus votantes.

Lo de Berlusconi también es una derrota si lo medimos en términos del personaje que lo ha sido todo en Italia, que sigue dominando los medios de comunicación, pero que se arrastra patético buscando sorpazo y se queda a las puertas. Su final es tragicómico como lo ha sido su vida política. Pero como siempre algo gana en este postrero acto de su particular obra teatral. Sigue jugando al escondite con la Justicia evitando una sentencia condenatorio en el rosario de procesos que tiene en curso y por los cuales en cualquier país democrático nórdico estaría ya entre rejas. ¿De él qué podemos esperar en las negociaciones para la formación de Gobierno? Declaraciones grandilocuentes de su amor a la patria, mientras por debajo de la mesa sus hábiles correlegionarios tratan de mantenerle el estatus de inmunidad. Tiene secuestrada a la derecha italiana y mientras maneje cámaras, periódicos y columnistas, su necesaria sucesión al frente del Pueblo de la Libertad o como quieran llamar al enésimo proyecto derechista es inviable. Su discurso antieuropeísta, dando la espalda a esa Europa que le forzó a abandonar el gobierno que legítimamente alcanzó en la urnas ha calado en una población que solo percibe noticias negativas de las decisiones de Bruselas, pero no ha sido suficiente para dale de nuevo la opción de ponerse al frente de Italia.

El que no hay duda es el gran ganador de estas elecciones es Beppe Grillo y suMovimiento 5 Estrellas. Cómico que trabaja en el cine, la televisión y el teatro, es también blogger y su blog cuenta con el mayor número de visitas entre los blog de lengua italiana, siendo una de las páginas web italianas más visitadas con más de 160.000 accesos diarios. Sus muy documentadas críticas a la corrupción de la clase política italiana le han valido una gran popularidad y el temor generalizado de ésta, tanto de la derecha como de la izquierda del espectro político, por su demoledor efecto mediático, lo que le valió ser censurado y silenciado en todas las televisiones italianas. Sin embargo, su relato de los hechos ha llevado a Grillo incluso a hablar en el Parlamento Europeo, sin ser miembro del mismo. El 14 de junio de 2007 Beppe Grillo lanzó la idea del V-Day o Vaffanculo Day, una jornada de movilización pública para la recogida de las firmas necesarias para presentar una ley de iniciativa popular para introducir las preferencias en la actual ley electoral e impedir la oportunidad de presentar candidaturas al Parlamento a los destinatarios de condenas penales o a aquellos que ya han completado dos mandatos. Su capacidad de aportar innovación en la política es indudable. El V-Day, que continuó la iniciativa promovida por Beppe Grillo Parlamento Pulito(Parlamento limpio) desde 2006, se llevó a cabo en muchas ciudades italianas el siguiente 8 de septiembre, la fecha elegida para evocar el estado de confusión que vive el estado, como en la misma fecha de 1943, cuando tuvo lugar la Proclamación de Badoglio. Se reunieron 336.000 firmas, muy por encima de las 50.000 necesarias para la presentación de la ley de iniciativa popular. Para la ocasión, Michele Serra acuñó el término «grillismo». Tras el éxito obtenido, el 25 de abril de 2008 se organizó la V2-Day, un segundo día de movilización encaminado a la recogida de firmas para tres referendos. El 29 y 30 de septiembre de 2007 en Lucca varios miembros del meetup Amigos de Beppe Grillo y de listas cívicas locales, impulsados por un debate abierto en la red y en la estela de la anterior reunión de Perugia, definieron las líneas políticas para la constitución de listas cívicas. El 10 de octubre, Grillo dio indicaciones sobre cómo crear las listas cívicas.

El MoVimiento 5 Estrellas (MoVimento 5 Stelle, M5S en italiano) es un partido político italiano que se autodefine como una «libre asociación de ciudadanos». Tiene su origen en el Movimiento de Liberación Nacional (Movimento di Liberazione Nazionale). El M5S se da a conocer como un partido populista, ecologista, anti-euro y parcialmente euroescéptico, al menos de los planteamientos que dirigen hoy la UE. Aboga por la democracia directa, el libre acceso a Internet y condena abiertamente la corrupción. Las cinco estrellas del nombre designan las políticas fundamentales del partido: agua pública, transporte, desarrollo, conectividad y medio ambiente. Su irrupción en elecciones generales ha supuesto la ruptura del mapa de la política tradicional italiana y se ha convertido en el eje sobre el que seguro girará el futuro de Italia. Supongo que Grillo es el personaje que encarna todo lo que más puede incomodar a la gran derrotada de los comicios: la canciller Merkel. En el fondo el cómico con su sátira mordaz de la situación ha puesto de manifiesto lo injusto de unas políticas que solo benefician a unos pocos bien por ser ricos o por ser de países ricos y que está destruyendo el tejido social europeo. No es un héroe, no es un ejemplo para sentar a la mesa del domingo con la familia y los niños, pero es el personaje de esperpento que probablemente necesitemos en Europa para darnos cuenta del desastre al que estamos encaminando un proyecto tan bello como el de la construcción europea. Grillo gana, Merkel pierde, tal vez estemos ante la primera gran batalla perdida por el IV Reich.

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