Candidatos a presidir Europa: Junker, Schulz y Verhofstadt, tres hombres y un destino

Si nos atenemos a los sondeos, a lógica composición ideológica de los distintos países y la correlación de pactos entre las distintas fuerzas políticas, tres son los líderes que pueden ejercer el liderazgo de las principales instituciones europeas a raíz de las elecciones del próximo 25 de mayo: Jean- Claude Junker, MartinSchulz y Guy Verhofstadt. Los tres son los candidatos a presidente de la Comisión Europea por el Partido Popular Europeo (PPE), por laAlianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) y de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ALDE). Yo ya anticipo que creo que esta troika de veteranos y bregados políticos europeos de una u otra forma van a ocupar los principales cargos de la UE. Mi particular quiniela es la siguiente: dado que Verhofstadt ya ha declarado públicamente su apoyo a Schulz, veo a éste de presidente de la Comisión, a cambio de que aquél lo sea del Parlamento, por lo que a Junker le quedará la opción de presidir el Consejo en sustitución de Van Rompuy. No cabe duda que las consecuencias prácticas del Tratado de Lisboa van a afectarnos a partir del 26 de mayo, cuando los nuevos eurodiputados propongan al Consejo y éste lo ratifique al próximo presidente de la Comisión. Me atrevo a decir que estamos en los inicios de una nueva forma de hacer Europa. Es imposible que no afecte a su funcionamiento – yo creo que para bien – que el presidente no lo designen los jefes de Gobierno de los Estados miembros. Eso va a conferir un carácter y una nueva personalidad a la Comisión, como va a poner en valor la capacidad legislativa del Parlamento y, sobre todo, va a atemperar el poder del Consejo.

Siendo esto así y teniendo en cuenta, pues, la relevancia de estas elecciones, conviene acercarse a la biografía e ideas de los principales candidatos.

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Jean-Claude Junker: Uno de los principales muñidores de la integración europea desde el flanco intergubernamental en el último cuarto de siglo pertenece, paradójicamente, a uno de los países más pequeños y con menos peso específico en las instituciones de la UE: Jean-Claude Juncker, quien fuera durante casi 19 años, entre enero de 1995 y diciembre de 2013, primer ministro del Gran Ducado de Luxemburgo, amén de ministro de Finanzas de 1989 a 2009. El más duradero jefe de Gobierno europeo ganó tres elecciones generales consecutivas y encabezó cuatro gabinetes de coalición antes de verse obligado a dimitir en julio de 2013 como consecuencia de un escándalo con responsabilidades políticas, el caso del espionaje de los servicios de inteligencia del Estado. Su partido, el Popular Social Cristiano (CSV), volvió a ser el más votado en los comicios anticipados de octubre, pero esta vez ya no consiguió asociarse ni con los socialistas ni con los liberales, quienes se entendieron por su cuenta. Ecuánime y matizado, agudo y socarrón, sutilmente carismático, Juncker destacó con un estilo propio en el abigarrado concierto europeo, donde cimentó su prestigio como ingeniero de la Unión Económica y Monetaria y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, así como, durante ocho convulsos años, presidente del Eurogrupo, la reunión de ministros de Finanzas del euro. El experimentado gobernante fue además dos veces presidente de turno del Consejo Europeo, se sentó en un centenar de cumbres europeas y fue un hábil interlocutor y negociador en infinidad de procesos, entre ellos los que alumbraron cinco grandes tratados europeos. Durante el incendio que prendió en las deudas soberanas de la Eurozona, el dirigente luxemburgués prolongó su notoriedad como el encargado de organizar el rosario de rescates, con resultados harto discutibles, de los países asfixiados por la prima de riesgo y de diseñar los fondos financieros para estabilizar un euro en peligro mortal. Quien venía de entenderse con el jefe franco-alemán de Chirac y Schröder, y de coquetear con la corriente federalista, no terminó de sintonizar con la poderosa canciller Merkel, la cual rechazó sin contemplaciones su propuesta de los eurobonos (“una respuesta fuerte y sistémica a la crisis”, “un mensaje claro a los mercados”, dijo al presentarla en 2010), acogida en cambio con interés por una mayoría de líderes europeos. Aunque comprometido con la consolidación fiscal de la Eurozona, Juncker, habitualmente sin pelos en la lengua a la hora de criticar, guardó cierta distancia de las posturas más ortodoxas o rígidas dentro del llamado grupo de Frankfurt, se aproximó a los que pedían compaginar la austeridad y el estímulo del crecimiento, y alertó contra la brecha creciente entre el núcleo duro de la Europa del Norte y las economías intervenidas de la Europa del Sur. En 2009 se postuló sin éxito para presidente del Consejo Europeo y en 2014 ha aceptado ser el candidato del Partido Popular Europeo (PPE) al puesto de presidente de la Comisión Europea.

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Martin Schulz: El diputado socialdemócrata alemán Martin Schulz preside desde comienzos de 2012 el Parlamento Europeo. Entonces resultó elegido en el marco del pacto de legislatura adoptado en 2009 por su grupo, que lideró durante ocho años, la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D, segunda fuerza del hemiciclo y expresión del Partido de los Socialistas Europeos, PSE), y los conservadores del Partido Popular Europeo (PPE). Su mandato de dos años y medio expira tras las elecciones de mayo de 2014, a las que ahora se presenta como candidato del PSE a presidente de la Comisión Europea y con una prioridad máxima: la creación de empleo. Antiguo librero de profesión y sin formación universitaria, Schulz ha sido en la última década uno de los miembros más conocidos de la Eurocámara, donde se sienta desde 1994, por su verbo directo, su estilo vehemente y sus firmes convicciones. Ha procurado hacer valer la opinión del Parlamento, la única institución de la UE elegida directamente por los ciudadanos pero tradicionalmente marginada de las grandes discusiones políticas, en las decisiones emanadas de las cumbres del Consejo y el Eurogrupo, es decir, los gobernantes nacionales. Una pretensión que está en consonancia con la ampliación de poderes que el Tratado de Lisboa otorga al Parlamento. Acérrimo defensor del euro, Schulz ha advertido que la UE puede “fracasar” si no complementa su unión económica y monetaria con una unión política, y sostiene la necesidad de acompañar las recetas de austeridad para reducir el déficit con políticas específicas para el crecimiento y el empleo. Ha criticado los recortes sociales en los escenarios de recesión o estancamiento y defendió la emisión de eurobonos para combatir la crisis de las deudas soberanas de la Eurozona. Con todo, en 2012 respaldó el Pacto Fiscal diseñado por su paisana y cuestionada adversaria política, la canciller democristiana Angela Merkel. El auge de los populismos, las “fuerzas centrífugas” y las tendencias a la “renacionalización”, junto con la falta de un “pacto social” y el peso creciente del componente intergubernamental son, a su entender, los principales peligros que acechan a la UE.

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Guy Verhofstadt: El primer ministro de Bélgica entre 1999 y 2008 fue Guy Verhofstadt, líder en diversos períodos de uno de los principales partidos políticos de la Comunidad Flamenca, el liberaldemócrata Open-VLD, antes llamado VLD y PVV. En origen un joven neoliberal admirador del thatcherismo, Verhofstadt evolucionó a un liberalismo con acentos más sociales y progresistas, al tiempo que afianzó un doble compromiso con el federalismo: el que mantiene unido a su país, Bélgica, Estado que ensamblan con creciente dificultad los flamencos neerlandófonos al norte, los valones francófonos al sur y la isla bilingüe de Bruselas en medio; y el que podría pautar la construcción europea, hoy por hoy dominada por el poder intergubernamental. Como ganador por escaso margen de las elecciones generales de 1999 y 2003, Verhofstadt, primer jefe de Gobierno no cristianodemócrata o socialista desde antes de la Segunda Guerra Mundial, encabezó dos gabinetes nacionales de amplia coalición, con socialistas, liberales/reformistas y verdes de las dos comunidades, que agotaron sendas legislaturas. En 2009 Verhofstadt salió elegido miembro del Parlamento Europeo y se convirtió en el líder del Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ADLE). Consecuente con su europeísmo de signo federalista, durante la crisis de las deudas soberanas de la Eurozona defendió la emisión de eurobonos y criticó el conservadurismo financiero de la canciller alemana Angela Merkel. En 2014, con motivo de las elecciones Europeas y una década después de su primera candidatura, entonces frustrada por el veto anglo-italiano, es aspirante a presidir la Comisión Europea en nombre de la ADLE. Sus propuestas se centran en la creación de empleo, la reducción de la burocracia, y la eficiencia y la transparencia de las instituciones europeas, a la vez que pone en guardia contra el avance del euroescepticismo y se confiesa “obsesionado” con la pérdida de influencia de Europa en el mundo.

De ellos y de sus decisiones va a depender en gran medida el futuro cercano de la Unión Europea. Todos ellos conocen bien los intrincados caminos de la construcción de la UE, Junker muy cercano a los jefes de Gobierno y buen maniobrero con ellos, Schulz de notable perfil político-ideológico, capaz de dar un impulso a los principales proyectos europeos y Verhofstadt hábil parlamentario hacedor de mayoría a múltiples bandas a base de negociaciones interminables. No hay duda de que se lo saben. Queda por saber si son capaces de creerse Europa más allá de sus cargos y devolver al proyecto europeo el impulso que ha perdido en la última década.

Europa o el lucrativo negocio de los paraísos fiscales

La Unión Europea se atrevió finalmente a centrar su Consejo del mes de mayo casi con un único tema en el orden del día: el acuerdo para la eliminación de paraísos fiscales en su territorio y aledaños asociados. No era poco que por fin los mandatarios europeos se decidieran a dejar a un lado su hipocresía para poner sobre la mesa uno de los mayores escándalos sociales que afecta a la UE. La presión social y de algunas ong’s dedicadas durante años a la denuncia de las prácticas de fraude fiscal llevado a cabo en Estados de la Unión logró calar en diversos grupos del Parlamento Europeo cuyo debate forzó a una posición de combate por parte de la Comisión Europea y, finalmente, ha obligado a los líderes gubernamentales a tratar tan espinoso asunto. Unos políticos que escudados en la cínica excusa de los asuntos internos de cada país, habían obviado de manera más o menos descarada hasta ahora, la injusticia que supone que algunos se vayan de rositas sin pasar por  la hacienda pública mientras se aprovechan de un sistema de protección y bienestar social montado gracias a la contribución vía impuestos del resto de los paganos. Se ha logrado el primer aunque tímido objetivo, meter en la dilatada agenda de los mandamases europeos el fraude de los paraísos fiscales, pero como siempre era demasiado pedir que se pusieran de acuerdo para acabar en plazo digno con esta verdadera lacra social.

Para que nos hagamos una idea de la dimensión del problema baste decir lo siguiente: EUROPA PIERDE 1 BILLON DE EUROS AL AÑO Y ALBERGA OTROS 14 BILLONES EN PARAÍSOS FISCALES EN SU SENO Y ALEDAÑOS ASOCIADOS. Y lo escribo con mayúsculas porque mayúsculo es el tremendo daño que este delito organizado por Estados, nos cuesta al mundo. La propia UE estima según un informe encargado por la Eurocámara, que se pierden al año 864.282 millones de euros por prácticas evasivas. Una cifra superior a los presupuestos destinados a sanidad en cada país europeo. Pero lo más grave no es lo que dejamos de recaudar los ricos europeos por estas prácticas lucrativas para algunos Estados miembros, mucho peor resulta el roto que realizamos al resto del mundo. Los países pobres pierden cada año 124.000 millones de euros por los impuestos que no pagan las empresas con filiales en sus territorios. Con menos de la mitad, 51.000 millones de euros, se podría acabar con la pobreza extrema, segúnBrookings Institute de EEUU. Según estos datos hechos públicos la ongIntermón Oxfam dos terceras partes del dinero escondido por las mayores fortunas del mundo se ubican en paraísos fiscales europeos. En un momento donde los ciudadanos -procedentes de países ricos y pobres-, están sufriendo los efectos de la pobreza multiplicada por los recortes en los Estados desarrollados, Oxfam estima que al menos 14 billones de euros pertenecientes a fortunas individuales se esconden en paraísos fiscales repartidos por todo el mundo. Este dinero perdido representa el doble de lo necesario para que cada persona del mundo pueda vivir con más de 1,25 dólares al día, es decir, para acabar con la pobreza extrema.

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Ante tanto despropósito no queda otra que señalar a los responsables país por país y exigirles primero explicaciones y luego un cambio de normas para poner coto a estos desmanes. La lista o mapa de países paraíso fiscal o centros financieros offshore de Europa es amplia y compleja en sus modalidades y prácticas. La Tax Justice Network – Red de Justicia Fical – una organización surgida del Foro Social Mundial, aporta el siguiente listado y descripción de campos abonados para la evasión y el fraude fiscal en Europa:

Andorra: El mini estado independiente de los Pirineos, que no es parte de la Unión Europea, pero es miembro asociado, ofrece un lugar con secretismo para el dinero de los  que residen en países vecinos. Particularmente atractivo es el servicio personal ofrecido allí por los asesores bancarios. Resulta muy fácil  para los españoles y franceses llegar allí en coche para despositar dinero en efectivo. Después se puede llenar el depósito del coche y comprar cigarillos , por supuesto libre de impuestos.

Austria: Como país que comparte fronteras con Alemania, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Italia, Republica Checa y Suiza , Austria atrae el dinero prometiendo  secreto a los titulares de cuentas bancarias. Atrae especialmente a la población europea de habla alemana. Pero también ciudadanos de países latinoamericanos que, por ejemplo, combinan la inversión en bonos austríacos con las ventajas del secreto bancario. Precisamente debido a la falta de transparencia financiera y  a su ubicación geográfica, Austria también ha atraído durante décadas el patrimonio de dictadores del mundo

Islas del Canal: La islas británicas del Canal, Jersey, Guernsey y Sark son el hogar de cientos de instituciones financieras y compañías de seguros atraídas por sus bajos y sencillos impuestos. Mientras que  probablemente  esconde los negocios más sucios, Guernsey es la más innovadora. Con las denominadas empresas auto protegidas, un aparente empresa individual está organizada en células con muros legales protectores entre ellas. Y en Sark, de acuerdo al diario británico The Guardian, hay 24 empresas registradas por cada uno de los aproximadamente 600 habitantes.

Chipre: Chipre es el ejemplo perfecto de lo que puede salir mal cuando se depende tanto de un modelo tan dudoso. Está particularmente orientado hacia los países de la extinta Unión Soviética y actuaba como un centro de enlace entre ellos. Las transacciones entre empresas de fachada trajo dinero a Chipre, y después se retornaba a países como Rusia, evitando así a las autoridades tributarias. Pero desde la quiebra de Chipre, en parte por la Unión Europea, la isla mediterránea tendrá que  arreglárselas con un nuevo modelo de negocio.

Inglaterra: Londres, representa una de los más grandes centros de enlace para la evasión de impuestos y  de capitales. Es la madre de todos los paraísos fiscales desde el momento en que la Zona, que no responde a la Corona, ha desarrollado una red que continúa trayendo dinero al antiguo imperio. El dinero fluye desde allí  a las Islas británicas del Canal como  Guernsey, Jersey o la  Isla de Man, después a territorios de ultramar británicos en el Caribe como las Islas Caimán o la Islas Vírgenes, o en Europa a  Gibraltar. Londres es las sede de muchas empresas de fachada dudosas que solo existen en Internet.

Alemania: Alemania protege los datos de los inversores extranjeros , los cuales  no tienen que pagar impuestos sobre los intereses . Sólo los alemanes o extranjeros residentes en Alemania, tienen que pagar una tasa plana sobre los ingresos por intereses La información sobre estos depósitos raramente sale de Alemania, añadió : “los inversores extranjeros con cuentas alemanas están protegidos por un cierto grados de anonimato.Por eso es por lo que Alemania está en la novena posición de la clasificación mundial del secreto financiero para TJN.

Gibraltar: En el extremo sur de la Península Ibérica, Gibraltar se ha especializado  en permitir las empresas o sociedades pantalla llamadas “trusts.” La estructura de estos trusts significa que no hay propietario real de a empresa. Se utilizan con frecuencia para añadir capas de secreto a las sociedades fachada, lo que es particularmente bueno para el blanqueo de capitales. El final sucio del espectro para traer de vuelta el dinero a los mercados financieros. La presencia de muchos casino de juego también interviene  en el juego.

Irlanda: Se le lama el “doble irlandés” en el mundo financiero: una empresa funda dos subsidiarias en Irlanda con su tasa de impuestos del 12,5%. Entonces, una reclama  estar basada en un paraíso fiscal diferente  (el impuesto comparable en EEUU , por ejemplo está alrededor del 35%). Mientras que una empresa hace negocio en Europa realiza el pago a la otra de los derechos de patente. El beneficio se evapora ya que los costes y los ingreso se igualan en el balance. Esto es completamente ilegal en Irlanda, y por ello es una ubicación optima para empresas como  Google, Apple o Amazon. Aunque otros países como Holanda ofrecen modelos similares, la diferencia es que en  Irlanda la gente trabaja realmente lo que al menos crea algunos puestos de trabajo y un poco de crecimiento en el país.

Isla de  Man: Esta isla entre Escocia , Inglaterra e Irlanda no tiene impuestos para las herencias y las rentas de capital , mientras que el más alto nivel de impuestos es del 20%. El impuesto de sociedades no existe . Es un destino especialmente querido para los millonarios británicos.

Luxemburgo: Es el Segundo centro de enlace financiero más grande de Europa después de Londres.. Innumerables inversores y alrededor de 150  bancos disfrutan de un tasa impositiva de gracias en el centro europeo de acciones y bonos. El estatus de Luxemburgo como miembro de la UE le hace particularmente atractivo para las empresas europeas y el mercado internacional,  explicó. Si quieres evitar las leyes alemanas, por ejemplo, puedes hacerlo a través de Luxemburgo, será por ello que 40 bancos alemanes hacen negocio allí.

Malta: Con sus bajas tasas de impuestos, Malta como Chipre ha atrajo capital extranjero durante largo tiempo. Aunque  los impuestos sobre sociedades alcanzan  el 35%, las empresas puede conseguir la devolución de la mayoría de ellos. Es el destino favorito de las empresas alemanas la cuales consiguen un beneficio más alto si están basadas en Malta. Aunque es claramente un paraíso fiscal para las empresas, no está claro que lo sea para las personas físicas.

Mónaco: Sigue siendo el hogar de los ricos y famosos.  Los millonarios se establecen felizmente allí debido al hecho de que  no pagan impuestos por los ingresos  ni por las herencias. La ciudad estado no persigue los delitos financieros que se cometen en el extranjero.  No obstante, los negocios sí pagan impuestos en tasas de alrededor del 33 % .  Francia, aunque no juega un papel activo , presta una mano protectora.

Holanda: Lo que es  Luxemburgo para los inversores privados lo es Holanda para las grandes corporaciones. Los impuestos a la actividad económica son increiblemente bajos , con muchas ventajas tributarias para los ingresos por intereses y licencias. Con el “sandwich holandés,” una empresa matriz tiene una filial en Holanda y la usa como una base de impuestos bajos para desarrollar sus negocios europeos

Suiza: Aunque se supone que no existen ya cuentas bancarias completamente anónimas en Suiza ( y el vecino Liechtenstein), continua atrayendo grandes volúmenes de dinero debido a su secreto bancario. En consideración al volumen de dinero en Suiza, ésta ocupó el primer lugar en el Indice de Secreto Financiero de TJN.

Vergonzoso panorama en el territorio que consagra la libertades, la solidaridad, la cohesión social y la democracia como normas básicas de convivencia. Esta brutal hipocresía en forma de injusticia que mueve cantidades multimillonarias de dinero de forma opaca debe convertirse en una de las principales batallas políticas de la Unión Europea. Pero una vez más estamos ante un delito legal y moral que afecta a personas jurídicas y también físicas. Nadie está libre de la responsabilidad de cumplir con sus obligaciones como ciudadano, como de denunciar con pruebas los casos que a su alrededor se dan. La presión social es la única fórmula para que la clase política europea afronte de una vez el problema por muchos que sean los intereses creados y por poderosas que sean las fortunas protegidas por la evasión.

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La vergüenza chipriota o el corralito made in Europe

Después de la tragedia griega, vino el idus de Irlanda, el triste fado portugués y ahora no por menor ha sido más sonada la actuación de las instituciones europeas ante la vergüenza chipriota. El cuarto rescate de un Estado de la Unión o para ser más exactos la enésima intervención en un país para “sanear” las cuentas de sus bancos, se está convirtiendo en el más estrepitoso ridículo internacional desde que se inició la crisis del euro hace ya más de tres años. Europa cerró un acuerdo para rescatar a Chipre, pero a costa de imponer una tasa a los ahorradores que empujaba a las autoridades a decretar un corralito parcial. El acuerdo alcanzado en la madrugada del sábado incluía un impuesto que se parece como una gota de agua a una quita en los depósitos chipriotas. Todas las cuentas de la pequeña isla del Mediterráneo —tanto de residentes como de no residentes— quedarían sujetas a una tasa, que se pagaría solo una vez, del 9,99% para los que superen los 100.000 euros, y del 6,75% para los que no lleguen a esa cantidad. Ya tenemos, pues, nuestro particular corralito montado contra los más pequeños, que visto lo visto en la UE es sinónimo de débil. Los ciudadanos chipriotas tomados como conejillos de indias por los ministros de Finanzas europeos, el FMI y el BCE, esa macabra trouppe llamada “troika”que se pasea por Europa cual cobrador del frac, con un catálogo de recetas de ajustes y recortes, un argumentario de medias verdades y la insolidaridad como seña de identidad.

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Chipre representa una realidad tan exigua en el seno de la UE, que supongo que los líderes políticos pensaron que nunca algo tan diminuto levantaría tanta polvareda. Apenas 9.000 km cuadrado de una isla, con poco más de un millón de habitantes y menos de 20.000 millones de euros de PIB. La economía de Chipre está claramente afectada por la división de la isla en dos territorios. Tiene una economía altamente vulnerable, más estabilizada tras la entrada a la Unión Europea, con una fuerte dependencia del sector servicios, y también problemas de aislamiento con respecto a Europa. En los últimos veinticinco años, Chipre ha dejado de depender de la agricultura (donde sólo la producción de cítricos tiene relativa importancia comercial). Empezó a tener una estructura más acorde con el contexto de la Unión Europea, con una presencia importante del sector industrial, que sustenta la mayor parte de las exportaciones y emplea al 25% de la población. Para el año 2010, las principales exportaciones chipriotas eran los cítricos, patatas, medicamentos, cemento y prendas de vestir. Al mismo tiempo, los principales socios comerciales del país son GreciaAlemaniaReino Unido eItalia, con quienes intercambiaba más del 40% de sus productos. Cerca del 70% depende del sector servicios, y en concreto, del turismo. La ubicación geográfica cerca del Oriente Próximo, provoca grandes oscilaciones de año en año a la hora de convertirse en destino turístico. Con tan poco bagaje macroeconómico, Chipre entró en el euro el 1 de enero de 2008.

Cabe preguntarse por las razones de fondo para esta intervención. ¿Quién está más expuesto a la quita de los bancos chipriotas? Sirva un dato, la exposición de los bancos alemanes en bonos chipriotas asciende a los 6.000 millones de euros. Otro factor determinante son los fondos rusos de dudosa procedencia y dinero cuando menos alegal que se nos ha colado por las rendijas de nuestro burocrático sistema. Cerca del 46% de los depósitos de Chipre eran extranjeros. Si eso no es un paraíso fiscal es que Chipre no es una isla. Pero no es el único territorio en la UE que ha hecho de sus bancos refugio del blanqueo de capitales, los casos de LuxemburgoAndorraMalta o Gibraltar están bajo sospecha de constituir pseudo-Estados caribeños en pleno corazón europeo.

Hacer un corralito  a los blanqueadores de capital no solo es loable, sino imprescindible si queremos de verdad sanear nuestro sistema financiero. Nada que objetar, ni siquiera la nocturnidad de la medida. Pero hacerlo en el rostro de los inocentes ciudadanos chipriotas resulta insultante. Por pocos que sean tienen los mismos derechos que un vecino de Baviera o de la Ile de France. Saltarse a la torera las garantías de depósitos hasta 100.000 euros establecidos por la UE, no solo es ilegal sino que constituye un precedente que genera alarma en millones de personas en otros países acosados en estos años por precios abusivos en los mercados de deuda soberana. ¿Qué pueden pensar españoles o italianos después de cumplir con los requisitos impuestos por Bruselas para reducir su déficit y ver desmantelados buena parte de los derechos de su Estado del bienestar? ¿De qué habrán servido los cientos de miles de millones de euros públicos entregados incondicionalmente a la banca europea, si de la noche a la mañana nuestros ahorros pueden volatilizarse a manos de unos dirigentes que no son capaces de defender el interés general y los ahorros de la clase media europea?

Habría titulado este post como un episodio más de la crónica del IV Reich que gobierna Europa. Pero respeto tanto la sabiduría de mi maestro profesional y su consejo de no aludir un término que puede considerarse ofensivo y desproporcionado, que he preferido omitirlo. No provocar tensiones innecesarias en la opinión pública, sin embargo, no quiere decir que perdamos el espíritu crítico con lo que está sucediendo en la UE. Alemania tiene perfecto derecho a defender un modelo de política económica de austeridad ultraortodoxa., en defensa de sus intereses nacionales, si en el Consejo con sus votos y los de otros Estados que piensan como ellos, les concede la mayoría suficiente. Son las normas del juego instituidas por el Tratado de Lisboa. Se podrá estar o no de acuerdo, pero si se disiente solo queda la salida del club. Otra cosa bien distinta es marcar las cartas de la partida para hacernos trampa a todos. Algo a lo que las autoridades germanas haciendo uso de su poder económico y político se han acostumbrado con la inestimable complicidad del Banco Central Europeo. Lo hicieron con los test de estrés, una parodia hecha a medida de sus bancos. Lo hicieron cuando sus maltrechos bancos precisaron ayudas públicas y lo contabilizaron como deuda privada, cuando ahora pretenden que España lo asuma como déficit público. Lo repitieron en la intervención de rescate en Grecia, siendo sus bancos de nuevo los más expuestos a la quita, al aumentar los montos de ayudas que pagaremos entre todos. Y nos vuelven a engañar en Chipre, sin dar siquiera la cara al negar que ha sido su ministro de Finanzas, Wolfang Schäuble quien impuso en el Eurogrupo  al FMI y al BCE los intereses sobre depósitos de menos de 100.000 euros. La Comisión Europea en nota de prensa oficial ha dejado muy claro quiénes han sido los responsables de tal despropósito.

Tan indigno y vergonzante está resultando el episodio chipriota que todos los protagonistas desmienten su participación en el desaguisado. Lo negó la cancillerMerkel que culpó al gobierno chipriota, éste a su vez culpó a la troika y ésta al BCE, quien finalmente recurrió al malo oficial de la película, el FMI. Éste ni ha podido defenderse, dado que su directora está demasiado ocupada en su país al ser investigada por las autoridades galas. Algo ya tradicional en un organismo dirigido en sus tres últimos mandatos por imputados por delitos penales varios –RatoStrauss Kahn y Lagarde -. La vergüenza chipriota no ha dado a su fin, sigue el corralito, el parlamento chipriota ha votado en contra de las condiciones del rescate y la troika les ha amenazado con la quiebra, lo que podría significar su salida del euro. El mundo nos mira sin entendernos mientras vamos dando lecciones de civismo y urbanidad en el exterior y dentro dejamos a los pies de la miseria al pueblo chipriota. Europa muere a manos de políticos pigmeos sin perspectiva de cambio y entre los europeos la germano fobia y los populismos siguen ganando adeptos.

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Un premio Nobel para la paz europeista

Es evidente que con la concesión del Premio Nobel de la Paz a la Unión Europeala polémica está servida. Nos hemos acostumbrado a mirar los acontecimientos con cultura digital, de forma on line, sin perspectiva histórica y con miopía de futuro. Si lo que la academia Nobel premia es la situación puntual que viven las instituciones europeas podemos establecer un rico debate sobre la buena o mala salud de las mismas y sobre los problemas que sin duda afronta la Unión y los Estados que la forman. Y en ese caso deberíamos empezar por reconocer que la crisis que nos afecta es global y que no se trata de una dolencia endogámica o intrínsecamente europea. Pero el jurado del Nobel no se ha fijado en el punto concreto en que se encuentra el proyecto de construcción europea, sino en el propio proyecto en sí y en el valor como garante de paz que ha tenido en el continente durante más de cincuenta años. Seis décadas ininterrumpidas de cese de la violencia bélica en un territorio que históricamente ha protagonizado las más cruentas y numerosas guerras de la humanidad. De ahí que las primeras críticas recibidas por el Nobel europeo resulten profundamente injustas cuando se compraran con el concedido al presidente estadounidense Barak Obama, pues, se contrapone la labor colectiva de los europeos durante 50 años con el de una persona en tres años. De la misma forma que escuchar en boca del presidente checo, Václav Klaus, reputado euroescéptico o al también Nobel de la paz, LechWalesa, su decepción con el galardón, resulta paradójico dado que difícilmente la libertad en sus países alcanzada tras la caída del Muro de Berlín serían posible sin la contribución realizada por una Europa unida.

Para cualquier persona en su sano juicio debería ser motivo de satisfacción que los pueblos europeos que generaron tragedias tan terribles como las guerras imperiales del Renacimiento, las confrontaciones napoleónicas y las dos guerras mundiales, hayamos convertido la práctica totalidad del espacio continental en un área de comercio común, donde las personas, los capitales y las ideas fluyen en libertad y defendido por derechos comunitarios. Los europeos le guste a quien le guste y le pese a quien le pese, hemos borrado siglos de enfrentamiento por décadas de paz y prosperidad. Nada tiene que ver la forma en que estamos encarando la actual crisis económica en como lo hemos venido haciendo en nuestro tiempo pretérito. La cooperación, el diálogo y la negociación se han impuesto a la fuerza de las armas. El vértigo de la guerra, el miedo a la muerte extendiéndose una vez más por los viejos campos de batalla, unió a los padres fundadores de la Europa del Tratado de Roma. De ese vértigo fue naciendo la conciencia de que juntos somos más fuertes y unidos se defiende mejor nuestro modelo de sociedad, sean cuales sean las dificultades que nos proponga la globalización. Es ya muy fuerte el entramado de intereses y el tejido institucional creado paso a paso lentamente a base del famoso acerbo comunitario como para tirarlo por la borda y volver al abismo de las fronteras irreconciliables.

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Muchas han sido las personas que han participado en la construcción de las Comunidades Europeas, primero, y de la Unión Europea (UE), después, a partir de la llamada Declaración Schuman de 1950. Muchas de estas personas han jugado un papel destacado en la vida de sus propios países de origen, papel que incluso puede ser más significativo que el que han representado en el seno de la Unión. Muchos, pues, son merecedores personalmente del Nobel de la paz, aunque normalmente se conoce como “Padres de Europa” a AdenauerMonnet,Schuman y Gasperi, la Comisión Europea oficialmente considera como tales a Konrad Adenauer, Jean Monet, Winston Churchill, Robert Schuman, Alcide de Gasperi, Paul-Henri Spaak, Walter Hallstein y Altiero Spinelli. Una historia que se alumbra en Roma el 25 de marzo de 1957 con la firma de los Tratados de la Comunidad Económica Europea (CEE) y de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (CEEA o Euratom). Ambos tratados fueron firmados por la República Federal de AlemaniaBélgicaFranciaItaliaLuxemburgo, y los Países Bajos, los Estados fundadores. El tratado estableció, entre otras cosas la Unión Aduanera: la CEE fue conocida popularmente como el “Mercado Común”. Se acordó un periodo transitorio de 12 años, en el que deberían desaparecer totalmente las barreras arancelarias entre los Estados miembros. Y la Política Agrícola Común (PAC): esta medida estableció la libre circulación de los productos agrícolas dentro de la CEE, así como la adopción de políticas proteccionistas, que permitieron a los agricultores europeos evitar la competencia de productos procedentes de terceros países. Ello se consiguió mediante la subvención a los precios agrícolas. Desde entonces la PAC ha concentrado buena parte del presupuesto comunitario. Este tratado estableció la prohibición de monopolios, la concesión de algunos privilegios comerciales a las regiones ultraperiféricas, así como algunas políticas comunes en transportes.

La actual Unión Europea ha vivido seis ampliaciones consecutivas en su ya larga historia. La primera supuso la incorporación de IrlandaReino Unido y Dinamarca. La segunda de Grecia, la tercera de España y Portugal, la cuarta de Suecia,Austria y Finlandia y la quinta fue la más amplia de MaltaChipre y ocho países del Este, EstoniaLetoniaLituaniaPoloniaHungríaRepública Checa,Eslovaquia y Eslovenia. Y, por último, la sexta la de los vecinos Rumanía yBulgaria. En total 27 países miembros, que serán uno más el próximo mes de enero con la integración de Croacia. Desde el punto de vista jurídico, el proceso de unión europea ha vivido desde el Tratado de Roma cinco grandes reformas y otros tantos nuevos tratados que constituyen la ley de leyes para sus Estados miembros. En 1986 se aprueba el Acta Única Europea cuya finalidad fue reformar las instituciones para preparar la adhesión de España y Portugal, y agilizar la toma de decisiones para preparar la llegada del mercado único. Los principales cambios fueron la ampliación de la votación por mayoría cualificada en el Consejo (para hacer más difícil el veto de las propuestas legislativas por un único país) y creación de los procedimientos de cooperación y dictamen conforme, que dan más peso al Parlamento. En 1992 entra en vigor el Tratado de Maastricht, cuyo objetivo fue la implantación  la Unión Monetaria Europea e introducir elementos de unión política (ciudadanía, políticas comunes de asuntos exteriores y de interior). Significó el establecimiento de la Unión Europea e introducción del procedimiento de codecisión, dando más protagonismo al Parlamento en la toma de decisiones. Nuevas formas de cooperación entre los gobiernos de la UE, por ejemplo en materia de defensa y de justicia e interior. En 1997 se reforman los tratados por el acuerdo de Amsterdam en materias menores y en 2001 el Tratado de Niza viene a facilitar la toma de decisiones después de la incorporación de numerosos países y, finalmente, en 2007 el Tratado de Lisboa vigente en la actualidad pone el énfasis en hacer la UE más democrática, más eficiente y mejor capacitada para abordar, con una sola voz, los problemas mundiales, como el cambio climático y aumenta las competencias del Parlamento Europeo, establece el cambio de los procedimientos de voto en el Consejo, la iniciativa ciudadana, el carácter permanente del puesto de Presidente del Consejo Europeo, el nuevo puesto de Alto Representante para Asuntos Exteriores y el nuevo servicio diplomático de la UE.

Un camino proceloso repleto de tira y aflojas, de marchas adelante y parones que ha conformado una realidad interna y externa protagonista se quiera o no en el escenario mundial. Porque a las incorporaciones de Estados y poblaciones hasta sumar los 500 millones de personas actuales y un marco legal de compleja regulación y basada en la transferencia de soberanía, hay que añadir la existencia de una moneda única, el euro, vigente en 17 Estados miembros y la creación de un Banco Central Europeo que ya actúa como autoridad monetaria del eurogrupo y que avanza en su funcionamiento como reserva federal al estilo de la de losEstados Unidos. En 50 años la Europa que camina unida ha logrado establecer normas comunes comerciales, de movilidad laboral, de capitales, de moneda única y, recientemente, está poniendo en marcha la diplomacia más ambiciosa y voluminosa del mundo. Negar los problemas y dificultades que hoy acechan a la UE sería vivir al margen de la realidad. A cada paso que damos se producen nuevos retos y mayores inconvenientes. Mantener la riqueza de la diversidad en un espacio que cada vez ensancha más supone la obligación de reinventarnos desde el convencimiento de que juntos podemos seguir siendo un referente mundial.

La memoria humana es tan débil que por supervivencia pronto olvida el drama y la tragedia. Para poner en valor lo que los europeos hemos logrado en estas seis últimas décadas bien valdría reproducir machaconamente la desolación producida en Europa por las dictaduras fascistas y por los regímenes comunistas. La democracia y el Estados social de derecho desde una visión humanista basada en nuestra mejor historia, ha dado fruto en la época más próspera y pacífica que hemos conocido en nuestro continente. El premio que ahora todos recibidos es un acicate y un impulso para los que aún creemos en el proyecto europeista frente a las veleidades populistas y ultras de quienes quieren volver a la defensa de intereses particulares que fomentan el enfrentamiento egoísta. Hay que ser muy estúpido o muy malintencionado para defender que la Europa deHitlerMussolini y Stalin es mejor que la que vivimos hoy de la mano de nuestros gobernantes, por mucho que los actuales puedan errar. Sus errores que sin duda los tienen, son parte de nuestro derecho a equivocarnos juntos y con la enorme capacidad de reconvenirlo en las próximas elecciones. Tenemos problemas económicos, de falta de integración política, de credibilidad internacional, de respeto a minorías, de defensa de derechos humanos en el mundo…, pero seguimos siendo una isla modélica en la humanidad de libertades y calidad de vida. El Nobel de la paz no es más que una llamada de atención a no perder lo que hemos alcanzado, a no dejar de ser referente para el mundo. Nuestra obligación más que nunca es colaborar en la resolución de los problemas mundiales desde la vanguardia de la innovación y la investigación o convertirnos una vez más en el escenario del conflicto. Elegir entre Europa como dilema o como solución. El europeismo ahora premiado además de un bello anhelo es ya un repertorio de hechos incuestionables que nos garantizan vivir en paz.

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El euro y Europa son ahora más fuertes… o ¿no?

Con una frase tan rotunda como vacua, terminó su rueda de prensa tras la cumbre europea de verano el presidente Mariano Rajoy: “el euro y Europa son ahora más fuertes”. Después de dos días de intenso trabajo, los jefes de Gobierno de la Unión salían desubicados – en palabras del presidente del Consejo Van Rompuy– sin tener muy claro si era de día o de noche. Y todo ello debido al plante por sorpresa de España e Italia al plan de crecimiento de no tratarse y aprobarse antes los nuevos mecanismos de financiación a la banca, en especial la española. Una jugada que en la reunión de la pasada semana en Roma entreMerkelHollandeMonti y Rajoy ninguno descubrió y que puso patas arriba el plenario del Consejo Europeo y del Eurogrupo. Parece que el presidente español a base de aplicar su galleguidad a la política europea, está logrando sumir a todos sus colegas en el marasmo del ni si, ni no, sino todo lo contrario cuando se refiere a la parte contratante de la primera parte que será considerada como la parte contratante de la primera parte. Al más puro estilo marxista – evidentemente no ideológica, sino la ironía de los hermanos – la UE lleva enzarzada dos meses con el rescate – norescate español, sin ser capaz de formular una propuesta concreta.

Es cierto que gracias al vértigo con que se han acostumbrado a acudir los dirigentes europeos a sus cumbres, todos se asoman al precipicio en la madrugada del jueves a viernes a cogidos de la mano se disponen a bailar el ritual de la yenka, un pasito para adelante y dos pasitos para atrás. Después, a la mañana siguiente todos se esfuerzan en realizar su particulares visiones de los acuerdos, dejando muy claro que ninguno de ellos han cedido nada y que salimos reforzados como europeos. Y para concluir la representación, el lunes los mercados se encargan de poner a cada uno en su sitio, que últimamente no es otro que en el de la falta de credibilidad institucional europea. Pero no es menos cierto que a base de miedo, diría pánico, la Unión sigue caminando o al menos no se rompe. Además en esta cumbre ha quedado de manifiesto que Europa ya no avanza al paso monocorde que marcaban Merkel y Sarkozy, algo ha empezado a cambiar en estas 48 horas y en la previa llevada a cabo en la Ciudad Eterna. Los nuevos equilibrios políticos empiezan a mostrar señales, Francia ha trabajado de “tapado” de las posiciones defendidas por España e Italia y a Alemania le quedan como fieles escuderos, su cinturón de hierro, formado por  HolandaEslovaquia,LuxemburgoFinlandiaAustriaEslovenia y Estonia. El Mediterráneo se ha alzado ante la política calvinista de austeridad y ajustes. Al menos ahora el debate está abierto.

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Alemania aceptó a regañadientes en la reunión de Roma la puesta en marcha de un plan de crecimiento para la UE basado en su Estrategia 2020 de Economía Inteligente. La recesión que se extiende por el continente – Francia se ha frenado ya en el último trimestre – ha obligado a Merkel a asumir que se destinen 120.000 millones de euros a proyectos de innovación, investigación e infraestructuras. Su contraataque en la Cumbre de Bruselas no se hizo esperar. Sabedora de que a fecha de hoy por la situación que aún atraviesa la economía alemana tiene una posición de predominio, quiso aprovechar la ventaja para proponer avances en la unión política, fiscal y bancaria. Más Europa, aunque eso sí, a la alemana. Algo que causa problemas al novel presidente francés, François Hollande, dado lo sensible que es la opinión pública francesa a ceder soberanía – recordemos el no francés en el referéndum de la Constitución Europea -. Así las cosas, Merkel ha logrado que antes de detallar de dónde saldrán los fondos y cómo se gestionarán, la Comisión proponga medidas para avanzar en la homogeneidad fiscal, es decir, presupuestaria nacional.

Una vez más, aquellas economías y con ellas sus ciudadanos que sufren la caída de demanda en forma de desempleo y pérdida de poder adquisitivo de las familias, tendrán que esperar al menos otros seis meses para que se pongan en marcha medidas de reactivación. Seguimos moviéndonos muy lento, mucho más que el entorno que nos rodea, como un paquidermo enfermo al que lo único que le queda es la memoria con su recuerdo de lo peligroso que puede llegar a ser una Europa desunida. La prioridad, por desgracia, seguirán siendo los ajustes presupuestarios, la refinanciación de la banca y, después, con suerte, hablaremos de crecimiento. No nos engañemos porque no caerá del cielo el maná ansiado de un plan marshall europeo sin que antes los posibles receptores estén en las condiciones que el donante pretende, es decir, suficientemente diezmadas sus arcas públicas y privadas como para prestar la ayuda en forma de compraventa.

Al menos esa sigue siendo la intención de una Merkel que llegó a afirmar desafiante en las vísperas de la cumbre que ella no vería en vida el nacimiento de los eurobonos. Por tanto, resulta difícil seguir creyendo al presidente Rajoy cuando se empeña en decirnos que el plan de saneamiento de la banca española no incluye “ninguna condicionalidad macroeconómica”. Algo que el presidente delBanco Central Europeo Mario Draghi contradecía casi en comparecencia contigua en hora y lugar al señalar que ”todas estas cosas, para ser creíbles, deberían ir acompañadas de una condicionalidad estricta. Esto es esencial, en caso contrario no serán creíbles”. O en palabras aún más claras las pronunciadas por Van Rompuy, “nada es gratis”. Lo cuenten como lo cuentes, pues, la realidad es tozuda y Rajoy, de todas formas sale aparentemente vencedor de este round europeo y que vive al día, se enfrenta ahora a la necesidad de seguir tomando medidas que desde la Comisión, el BCE y el FMI le piden ya a gritos.

La subida del IVA de productos y servicios básicos – que podría pasar del 4% o el 8% hasta el 18% -; el copago del medicamento sacando mas 450 fármacos del catálogo de cobertura de la Seguridad Social; las subidas de la luz y del gas que ya conocemos, son solo el inicio de un nuevo rosario de recortes de los que difícilmente podrán librarse los sueldos de los funcionarios y los contratos de interinos de la Administración y la edad de jubilación o el pago a los pensionistas. En este particular via crucis que venimos sufriendo los ciudadanos y en la senda regresiva de caída en nuestras rentas y en nuestros derechos, nos quedan aún muchos pasos atrás. Si ya nos movemos en términos relativos en situaciones como las vividas a principios de los 90, todo hace pensar que llegaremos a parecernos a la España de inicios de los 80, pero nada nos asegura que no tengamos que vivir como en los años 50 y nos tengamos que conformar con el biscúter porque no podamos comprar un 600.

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¿Cómo acabar con el miedo al miedo? Las agencias de rating, el coco que asusta a los Estados

El pasado viernes 13 de febrero, muy a la americana, la agencia de ratingStandard and Poor’s, decidió sacar la motosierra y realizar su particular versión de la matanza en Texas en el escenario del mercado de la deuda de los Estados europeos. Estandar y de los pobres – la traducción al castellano del nombre y apellido de la agencia no tiene desperdicio – decidió rebajar la categoría a 9 de los 17 Estados de la eurozona, con ejemplos tan llamativos como el de Francia yAustria que dejaron por el camino su Triple A, pasando de AAA a  (AA+). Mientras que España, Italia y Portugal, le rebajaron dos escalones sus notas. Con lo que los títulos de deuda de Portugal y España quedan en la categoría especulativa. ”Las acciones de hoy son fruto de nuestra creencia de que las iniciativas políticas tomadas por los líderes europeos en las últimas semanas pueden ser insuficientes para atajar totalmente el estrés sistemático en la zona euro”, señaló como justificación a tal medida la agencia de calificación en el comunicado.

Con esta decisión S&P concluía el proceso de revisión para una posible rebaja iniciado el pasado mes de diciembre en torno a la solvencia de quince de los diecisiete países de la zona euro, y que finalmente ha mantenido la triple “A” aAlemania,  además de a FinlandiaLuxemburgoPaíses Bajos. Mientras que degradaba en dos escalones la deuda de España, Italia, Portugal y Chipre, y en un escalón la calificación de la de Francia, Austria, MaltaEslovaquia yEslovenia. Bonita escabechina de la zona euro, que curiosamente no fue ratificada por la hermana gemela en calificaciones, la agencia Moody´s que el lunes mantuvo la nota de Francia aunque dejando claro los graves riesgos de la deuda entorno al euro. Formalmente una vez más la batalla la ganado Angela Merkel y además de seguir haciendo pingues beneficios en la colocación de la deuda, vuelve a remarcar la necesidad de medidas de ajuste como única medicación para recuperar los equilibrios presupuestarios. O sea que si no querías aceite de ricino, dos cucharadas.

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Ante tal asalto a Europa en forma de malas notas en los mercados financieros, a uno le pide el cuerpo soltar cinco boutades, que espero tratan de ser ingeniosas y espero que lo consigan:

1.- El propio concepto de calificación resulta esencialmente perverso, pues, lo primero que deberíamos de preguntarnos es ¿quién es quién para calificarnos? y ¿con qué criterios nos califica?. Su propiedad e intereses son demasiado oscuros como para que legitimemos a las agencias de rating y les concedamos el valor y la carga de la prueba cuando lo que se está juzgando es la capacidad que tenemos cientos de millones de ciudadanos para hacer frente a nuestras deudas. ¿Pretenden hacernos creer que el mayor espacio de libertad y desarrollo del mundo civilizado es incapaz de pagar a sus acreedores? Eso seria como admitir que tenemos que echar el cierre del sistema y reinventarnos todos, empezando por ellos.

2.- Cabe hacerse una segunda pregunta más inocente aún pero relevante a efectos de inventario de la situación: ¿a quién afecta la calificación, es decir, quién gana y quién pierde en este juego? Tal vez si analizamos el resultado entenderíamos a favor de quién pitan estos árbitros que se han convertido en auténticos dictadores de la política europea.

3.- El mercado de la deuda de la eurozona se ha convertido en un chollo sin riesgo para sus inversores. Invierten en valores que saben seguros porque Europa acudirá al rescate a cualquier precio de sus partes en peligro, pero para aumentar sus intereses tienen que sumir a los Estados en una campaña de desprestigio y descrédito que encarezca su salvación.

4.- El origen de esta broma perversa en que se está convirtiendo la crisis no es otro que la especulación financiera y sus principales causantes las entidades financieras privadas, esto es, la banca. Para sarcasmo general son los bancos los más beneficiados con la situación de la deuda soberana de países con siglos y siglos a sus espaldas. Ellos van saneando sus chapuzas en balance, las que nos llevaron hasta aquí y el que paga no es otro que el ciudadano que ve recortados tras realizar cuantiosas aportaciones a los fondos de rescate de la banca, sus derechos de prestaciones sociales – educación, sanidad, pensiones… -, incrementados sus impuestos para pagar intereses de la deuda y, finalmente, mermado su poder adquisitivo y su nivel de vida.

5.- En la línea de posibles soluciones a la trampa en la que nos hallamos sumidos solo habría que tener valor suficiente o de otra forma dicho, perder el miedo al miedo y ser capaz de poner en marcha tres mecanismos que depende tan solo, pero nada más y nada menos, que de la decisión de nuestros políticos:

  • Creación de una agencia pública europea de rating como organismo calificador oficial utilizado por el Banco Central Europeo.
  • Creación de entidades públicas de créditos en los países de la eurozona para fomentar la inversión en la economía productiva, la consiguiente creación de empleo y fomento de la innovación europea. El BCE prestaría a estas entidades al 0,01% y estas al mercado al 0,1% para financiar deuda y posteriormente a tipos del 3% muy inferiores a los 6% y 9% con que los Estados están colocando su deuda.
  • Puesta en marcha de la tasa o impuesto sobre transacciones financieras de base especulativa, tal y como proponen varios países de la UE con Francia a la cabeza. Algo que no es otra cosa que la resurrección y puesta al día de la vieja tasa Tobin.

Quizá si una mañana nuestros mandatarios se levantaran como si hubiera acabado la pesadilla, se miraran al espejo y se dieran cuenta que fuera en la calle está su gente, la que está esperando que decidan por ellos, por sus derechos y por sus libertades, se verían con fuerza para encarar el futuro y mandar a las agencias de rating exactamente al lugar que se merecen …

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