Algunas alertas de fraudes en las elecciones europeas

La mentira siempre es un mal negocio, sobre todo, porque su durabilidad es escasa. El tiempo siempre pone a cada uno en su sitio y la realidad de las cosas acaba imponiéndose. Pero si hay algo que puede resultar ridículo es el autoengaño, hacerse trampas en el solitario es una de las expresiones más patéticas del ser humano. Pues eso es lo que algunos dirigentes europeos están haciendo desde el 25 de mayo, desde que descubrieron que los resultados de la noche electoral de los comicios europeos, no les ayudaban a componer su particular solitario. Entonces empezaron una especie de ejercicio de simulación basado en la negación de todo aquello que puede alterar sus planes aunque ello signifique una verdadero fraude de lo expresado en la urnas. Y no han sido pocos los tentados en esta suerte de ejercicio de ciencia ficción, empezando por la canciller Ángela Merkel, pasando por los dos grandes partidos europeos, el popular y el socialista, otros de mucho menos volumen como UPyD o Ciudadanosy terminando por la propia Monarquía parlamentaria española urgida a una sucesión express en la Corona. Y ese análisis que por cercano resulta más fácil en casa propia es bastante extrapolable a muchos de los Estados de la Unión. Resumen del resumen, Europa acentúa su principal problema, la dicotomía entre la Europa real y la Europa oficial.

Empecemos por el más flagrante caso de intento de fraude electoral. El Tratado de Lisboa, pese a lo que los jefes de Gobierno tratan ahora de filtrar a la opinión pública, deja pocas dudas sobre el procedimiento de elección del próximo presidente de la Comisión Europea. Así lo decidieron ellos cuando urgidos por el no francés a la Constitución europea les puso al borde del precipicio del proyecto común. El presidente de la Comisión lo propone el Consejo Europeo – ellos . pero lo aprueba el Parlamento Europeo. De ahí que por lógica, la misma que ahora quieren negar, que los grupos políticos con opciones de conformar mayorías nominaran previamente a sus candidatos para que los electores europeos pudiéramos decidir sobre el personaje idóneo para capitanear la nave ejecutiva de la UE. JunkerSchulzVerhofstadt, Keller o Tsipras se presentaron ante los europeos con su idea de Europa, dando la cara en debates y mítines, haciendo campaña para lograr el voto como candidatos a presidir la Comisión. Los jefes de Gobierno lo avalaron, pues, unos y otros son líderes de sus respectivos partidos en sus Estados. Merkel en la CDU o Rajoy en el PP, dieron su apoyo a Junker en la cumbre del Partido Popular Europeo en la cumbre de Dublín. Por ello, es bochornoso espectáculo ofrecido por la canciller germana titubeando su apoyo al candidato del centro derecha europeo, solo puede calificarse de fraude a los electores. Resulta tan obvio que lo único que está haciendo Merkel es poner trabas a reforzar los poderes del Parlamento Europeo y, por ende, de la Comisión para seguir controlando a su antojo un todopoderoso Consejo, que hasta el propio Junker, nada peligroso revolucionario, ha clamado públicamente por la falta de decoro de la situación vivida. Poniendo un pelele al frente de la Comisión, saltándose la voluntad de los ciudadanos y hurtando la decisión al Parlamento o sometiéndole a la verticalidad de la decisión de los partidos nacionales, Merkel logra un doble objetivo: reeditar las dúctiles comisiones Barroso y convencer a todos los europeos de que el Parlamento no sirve para nada y que el poder lo tiene ella y su país. Tontos no somos y eso, repito. es un fraude.

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Ante esta situación los dos grandes bloques políticos en la eurocámara, populares y socialistas, andan reuniéndose por los pasillos a escondidas tratando de buscar soluciones. A hurtadillas sin los focos de los medios de comunicación y mucho menos sin el rigor del debate de la luz y los taquígrafos, tratan de cambiar cromos suficientes para dar la apariencia de un elección a lo que es una componenda para dejar tranquilos a los jefes de Gobierno y especialmente a una de ellos. La izquierda y la derecha centrada europea parece no haberse enterado del tsunami que le ha rodeado en estas elecciones. Parece no querer entender el clamor de llamada de atención que supone el crecimiento del populismo ultra en Francia, la eurofobia recalcitrante en el Reino Unido o la irrupción inesperada de Podemos en España. En vez de coger su granero de votos y tratar de conformar mayorías con otras fuerzas minoritarias, lo que supondría aceptar parte de sus programas, que es lo democráticamente correcto, para después presentar el candidato a presidente de la Comisión y que éste defendiera ante los 751 eurodiputados su programa de Gobierno, lo previsible es que monten una “grossen coalitionen” de la que gustan a Merkel con todo atado y bien atado para que nada pueda cambiar. Se repartirán los cargos entre Junker y Schulz y todos contentos, pero no creo que aquellos votantes que creyeron en uno o en otro, en sus planteamientos de construir una nueva Europa se sientan agradecidos por este ejercicio de birlibirloque, por el cual, lo que ayer era rojo hoy es azul y lo que fue azul es ya rojo. Fraude y más fraude.

A menor escala, pero en la mayoría de las fuerzas minoritarias nacionales que no están integradas en grandes coaliciones europeas, se ha producido un esperpéntico cambio de papeles para lograr encajarse en los grupos parlamentarios de la eurocámara. Probablemente casi ningún votante sabía del sistema de funcionamiento de los grupos políticos en el parlamento de Estrasburgo/Bruselas. No formar parte de un grupo parlamentario supone pasar a los no inscritos, que algo así como el limbo de los parias, sin derecho a prácticamente nada. Pasar cinco años en blanco, sin pena ni gloria, salvo la honra gloriosa de una foto en la tribuna con una camiseta de protesta por cualquier tema originalmente marginal. Eso y no participar en las comisiones con lo que supone de suculentos ingresos personales y para el partido. De ahí que a la carrera se hayan conformado los grupos de cara a la sesión constitutiva del próximo 1 de julio. Si damos un repaso a los partidos que concurrieron en el Estado español y dónde han aposentado sus escaños, nos llevamos sorpresas incluso desagradables para muchos de sus votantes. Del PP y el PSOE poco que decir, pues, tienen sus grupos popular europeo y socialistas y demócratas.Convergencia y el PNV desde hace varias legislaturas, concretamente desde queAznar logró que les dieran puerta en el grupo popular, han encontrado acomodo entre los liberales – ALDE -, lo cual no puede sorprender a sus votantes, pues, así lo manifestaron y movieron a su candidato, el belga Guy Verhofstadt por sus caladeros de votos. Podemos se ha integrado en el grupo de la Izquierda Europea, donde confluye con Izquierda Unida, su teórica competencia, por lo que los votantes de ambas formaciones tendrán una voz idéntica en la cámara. Pero los que rayan el surrealismo son UPyD y Ciudadanos, formaciones que van a integrarse en el grupo de los liberales compartiendo asiento con Convergencia y PNV, enemigos acérrimos en España. Y para más inri, ALDE les ha obligado para ingresar reconocer el derecho a decidir de las naciones europeas sin Estado. Algo que niegan con contundencia y griterío en el Congreso de los Diputados o el Parlament de Cataluña, sus líderes Rosa Díez y Albert Rivera. Inexplicable fraude.

Pero el tsunami desbocado en fraude no solo ha afectado a dirigentes y formaciones políticas, también ha afectado por contagio a las más altas instituciones. La apresurada abdicación del Rey, consiguiente coronación deFelipe VI y aforamiento del rey abdicado, supone un ejercicio de precipitación desmedida solo explicable por el temor a las consecuencias de las elecciones del 25 de mayo. Vale que hace 40 años cuando Juan Carlos I fue coronado por designación de las Cortes franquistas no era momento de someter a referéndum su entronización y vale que la Constitución de 1978 le daba cierta legitimidad, aunque habrá que recordar que se votaba un todo y no las partes, por lo que el Sí se dio a la fundamental que no otra cosa, pero de vital transcendencia como las libertades y la democracia en España. De medio tapadillo se aceptó la Monarquía como forma de Jefatura del Estado. Pero pasadas tres décadas, en pleno siglo XXI, lo mínimo es que los españoles pudieran ser consultados y expresar su opinión al respecto. La mayoría de edad de aquella democracia naciente debiera permitirnos hoy pasar por las urnas cualquier aspecto de nuestra convivencia y no ser gobernados por instituciones que viven en el permanente miedo a lo que opinemos como si de niños se tratara que pudieran equivocarse. Estamos ante un fraude de legitimidad del nuevo monarca, que no de legalidad por supuesto. El problema es que cuando las urnas se sigan manifestando en tantos otros aspectos y pueda consolidarse una mayoría republicana, será ya innecesario el referéndum. Si así ocurre se optará por el cambio de modelo de Estado.

Permitid una última reflexión. Si la era de Internet ya supera los 20 años, si sus fases de desarrollo hasta las actuales aplicativas con soportes de telecomunicaciones cada día más cercanos y accesibles avanza a velocidad ilimitada en nuestras sociedades, si el acceso a la información es cada vez más universal, en suma, si la última revolución tecnológica que hemos vivido está plenamente implantada, es absurdo pensar que ello no va a conllevar revoluciones sociales y cambios de estructuras de poder. La historia de las civilizaciones se escribe con los cambios tecnológicos como motor fundamental. Ello cambia la forma de vida del ser humano. La observación de esos fenómenos desde una articulación filosófica compone el pensamiento de cada era. La plasmación estética del cambio social en forma de arte, es decir, los distintos movimientos artísticos, son siempre la antesala del liderazgo político de la nueva era. Analizar dónde nos encontramos en estos momentos, pero os aseguro que estamos más cerca de esto último que de los albores del uso de la Red en los años 90. La vieja aristocracia volverá a dejar paso a una nueva burguesía ocupará el espacio. O tal vez hoy, en esta simulación de modelos que vivimos de comunismo capitalista, todo parezca que es de todos, pero lo único cierto es que el cambio está ya aquí y nada ni nadie quedará al margen de él. La foto de hace 5 años de líderes o lideresas, tendrá nuevos rostros en breve, en menos plazo del que muchos piensan. Póngase guapos los llamados al nuevo retrato y traten de poner a buen recaudo sus cuellos los que salen del viejo lienzo.

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El impeachment de Rajoy

El 1 de agosto es tradicional fecha vacacional para los españoles, de ahí que la comparecencia extraordinaria del presidente del Gobierno Mariano Rajoy ante los diputados resulte formalmente a contratiempo. Para cúmulo de circunstancias extrañas ni el escenario era el propio para esta cita, pues, al encontrarse el Congreso de los Diputados en obras, la sesión se celebró en el plenario del Senado, esa especie de limbo de los políticos patrios. Todo un acto del esperpento nacional a la altura de la convocatoria del pleno: Comparecencia, a petición propia, del Presidente del Gobierno, ante el Pleno del Congreso de los Diputados, para informar sobre la situación económica y política de España. Claro que tras la insistencia del resto de grupos: Comparecencia del Presidente del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, solicitada por los Grupos Parlamentarios Mixto y de IU, ICV-EUiA, CHA: La Izquierda Plural, para que ofrezca explicaciones sobre su relación en el “Caso Bárcenas”, para que aclare todos los interrogantes que pesan sobre la situación del Presidente del Ejecutivo y para que informe de manera transparente a la ciudadanía ante la gravedad de las informaciones conocidas. Y por parte de los grupos nacionalistas: Comparecencia del Presidente del Gobierno ante el Pleno de la Cámara, solicitada por los Grupos Parlamentarios Catalán (Convergència i Unió) y Vasco (EAJ-PNV), a fin de dar cuenta sobre su posición y actuaciones en relación al denominado caso Bárcenas.

Bárcenas en fin, ha obligado al presidente del Gobierno a dar explicaciones de su relación con el ex gerente y ex tesorero del Partido Popular durante más de 20 años. Un culebrón, parte desglosada del caso Gürtel, que acompaña a Rajoy desde su nombramiento como presidente del PP y que propiamente en el caso Bárcenas lleva la friolera de 4 años de instrucción judicial. Todo un espectáculo bochornoso, mediático primero y después en perfecta sintonía de retroalimentación con los autos judiciales, que persigue la gestión de Mariano Rajoy como impagable herencia de sus antecesores en el cargo de la calle Génova. Esos usos y costumbres que parecen haber dado forma a la financiación del PP desde su fundación, flotan y reflotan en forma de portadas de prensa a medida que los desesperantes tiempos judiciales pueden complicar la vida de los protagonistas políticos de este entuerto. Y empeñado como está Rajoy en convencernos de que la recuperación ya se roza con la punta de los dedos, decide su tesorero Luis aplicar la famosa técnica del chantaje para tratar de que también a él se le apliquen los beneficios de un futuro prometedor lejos de los barrotes de la cárcel que a fecha de hoy habita.

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La palabra bochorno viene del latín vulturnus, el viento del Este caliente y molesto que se levanta en el estío. Tal vez ese clima sofocante provocó el otro sentido de la acepción referido al sentimiento que puede producir una situación de desazón o sofocamiento producido por algo que ofende, molesta o avergüenza. No cabe duda que si algo provoca el episodio de ver a un presidente del Gobierno dando explicaciones en el Congreso de los Diputados por las acusaciones formuladas por el ex tesorero de su partido es bochorno. Y esa es también la palabra que dio origen a una de las prácticas democráticas más antiguas del parlamentarismo anglosajón. El impeachment es una figura del Derecho anglosajón, específicamente en Estados Unidos y Gran Bretaña, mediante el cual se puede procesar a un alto cargo público. El parlamento o congreso debe aprobar el procesamiento y posteriormente encargarse del juicio del acusado (normalmente en la Cámara Alta, nuestro Senado). Una vez que un individuo ha sido objeto de un impeachment tiene que hacer frente a la posibilidad de ser condenado por una votación del órgano legislativo, lo cual ocasiona su destitución e inhabilitación para funciones similares. El término impeachment literalmente significa “bochorno”, y tiene su origen en la Edad Media, cuando el parlamento inglés lanzó acusaciones contra el rey y sus colaboradores por derrochar caudales públicos, avergonzándolos.

Históricamente en En Estados Unidos, de catorce procesos de impeachmentiniciados a nivel federal, sólo cuatro acabaron con una resolución condenatoria. Sólo dos presidentes han sido juzgados mediante este procedimiento, Bill Clinton(1998-1999)por el caso Levinsky y Andrew Johnson (1868) por negar los derechos a los negros varones y los dos fueron absueltos. Richard Nixoninterrumpió el proceso al dimitir de su cargo en 1974 tras la aprobación de su impeachment por el caso Watergate. Sin encaje en el ordenamiento constitucional actual español, sin embargo, el impeachment se ha convertido en una fórmula simbólica de enfrentar a un dirigente político con la verdad en sede parlamentaria. Y en la sesión del 1 de agosto de 2013 en presencia de diputados y senadores, Rajoy ha empeñado su palabra después de reconocer como error la confianza de la presunción de inocencia en Luis Bárcenas al que ha calificado de presunto culpable. Así se lo han hecho ver varios portavoces parlamentarios que habrán pedido copia taquigráfica de la sesión a la espera de si nuevas portadas de periódico añaden pruebas reales de que el presidente del Gobierno les ha mentido. Al órdago a la chica de Bárcenas con papeles manuscritos de contabilidad ilegal del Partido Popular y mensajes sms cruzados con Rajoy, el presidente ha lanzado con una imagen que trataba de transmitir tranquilidad de hombre seguro, un órdago a la grande en forma de impeachment: “todo lo que dice sobre mi es falso y basado en falsedades”.

Un presidente del Gobierno cuenta con todas las herramientas posibles, incluidas fiscalía y cloacas de la inteligencia de la razón de Estado. La información debería ser su materia prima y más aún, él mejor que nadie sabe lo que Bárcenas puede tener para chantajearle, porque  nadie mejor que él para ser testamentario de su pasado. Sin embargo, a veces el problema no es conocer la verdad, sino la percepción que de la verdad puede realizarse. Rajoy se enfrenta a un maestro en esta materia, pues, Bárcenas ha elegido al diario El Mundo y su director Pedro J.Ramírez como francotirador oficial. Su fuerza es la del afamado cazador de piezas políticas durante más de 30 años de democracia de baja calidad. En el Congreso tiene como estilete el verbo fácil de Rosa Díez, la líder de UPyD, que abandera el “patriotismo constitucional”, esa suerte de populismo cañí con actor Cantó incluido. Ella junto al comunista Cayo Lara se han convertido en los verdaderos líderes de la oposición y han protagonizado los discursos más exigentes y duros en la crítica al presidente del Gobierno. Ambos han pedido a Rajoy que dimita y que convoque elecciones. Una tiene al medio de comunicación de los escándalos y el otro cree tener la calle a su favor. En tierra de nadie, intentando sacar cabeza desde su abismo interno y de sus propios bochornos de corrupción, el líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba asistía a una sesión en la que no tenía nada que ganar y todo que perder al quedar en evidencia su debilidad en articular una moción de censura abocada al fracaso aritmético y programático.

España se va de vacaciones atormentada por la crisis económica, inmersa en escándalos de corrupción y dolida por un trágico accidente ferroviario que se ha llevado 79 vidas. Todos trataremos de descansar, incluso de la triste política del bipartidismo oficial, que es incapaz ya de ofrecer un proyecto de Estado ilusionante. Y Rajoy se va vivo, con su órdago a cuestas y dispuesto a fumarse un puro a la espera del siguiente movimiento de su enemigo. Bárcenas mientras tendrá que hacer frente al bochorno estival madrileño en la serrana prisión de Soto del Real, pensando si lo que sabe y tiene es suficiente para tumbar las estructuras del Estado. Y el periodista en discordia, pasará unos días en su chalet de Baleares, aquel en que un diputado de Esquerra Republicana protagonizó un tan inocente como ridículo gesto en bañador y dni en boca, tramando al sol su siguiente acoso regeneracionista mientras las deudas multimillonarias ponen en cuestión a su grupo mediático. En fin, que el bochorno de estío es general aunque la gente no lo merezca, al menos la gente anónima como mis heróicos compatriotas gallegos de Angrois que acudieron desesperados a las vías de terror para tratar de salvar vidas en medio de la tragedia. Ellos y muchos otros ciudadanos anónimos que como dejó escrito Machado son buenas gentes que viven, laboran, pasan y sueñan, y en un día como tantos descansan bajo la tierra. Ellos merecen algo más que este país hoy nos ofrece.

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