América Latina siembra dudas sobre sus opciones de crecimiento

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), organismo dependiente de Naciones Unidas ha hecho público su “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe”, un en lo que supone un adelanto serio análisis que CEPAL realiza anualmente de la realidad y perspectivas de los países latinoamericanos. Sin venir a suponer un jarro de agua fría a la esperanzadora realidad que hoy supone en el contexto mundial la región, si que siembra dudas, también más que razonables, sobre el desaforado optimismo que respecto al crecimiento y desarrollo de la misma podríamos tener. Esa reedición del mito de “El Dorado” que algunos creyeron posible se está viniendo abajo a medida que tenemos los datos del pasado año y la previsión del presente 2014. Para empezar el informe destaca que en 2013 el PIB de América Latina y el Caribe creció un 2,6%, cifra inferior al 3,1% registrado en 2012. Este resultado ilustra la continua desaceleración económica regional que se manifiesta desde 2011.

No obstante, hubo diferencias importantes en los ritmos de crecimiento de los países, lo cual no hace sino demostrar la enorme heterogeneidad de una región que crece a ritmos muy diferentes. El bajo crecimiento regional en 2013 responde en parte al escaso dinamismo de las dos mayores economías de América Latina y el Caribe: Brasil (2,4%) y México (1,3%). Crecieron más del 5% elParaguayPanamá, Bolivia y Perú, mientras que ArgentinaChile, Colombia,GuyanaNicaragua y Uruguay crecieron entre el 4% y el 5%. Por subregiones, América del Sur registró un crecimiento del 3,3%, una tasa algo menor que el 3,7% registrado por el Istmo Centroamericano más Haití y la República Dominicana, mientras que persistió el bajo crecimiento (1,3%) del Caribe de habla inglesa y holandesa. El crecimiento regional estuvo impulsado principalmente por la continuación del dinamismo de la demanda interna y sobre todo del consumo, que aportó 2,8 puntos porcentuales del crecimiento del PIB, mientras que la inversión lo hizo en 0,9 puntos porcentuales y se redujo levemente el saldo negativo de las exportaciones netas (-0,8 puntos porcentuales). En 2013 la región logró una nueva, si bien muy pequeña, reducción de la tasa de desempleo, que pasó de un 6,4% en 2012 a un 6,3%, pero no fue la generación de empleo la que causó este descenso, sino la desaceleración de la oferta laboral, expresada en una reducción de la tasa global de participación. En la práctica se combinó una menor generación de empleo, como parte de un proceso de menor dinamismo de los sectores como el comercio, la construcción y los servicios comunales, sociales y personales, que más dependen del consumo y que son intensivos en el uso de mano de obra; y una menor búsqueda de trabajo de parte de los miembros de muchos hogares, en vista de oportunidades de empleo restringidas y ante la persistencia de condiciones favorables para aquellos que ya tenían trabajo después de varios años de expansión del empleo. La falta de dinamismo observada en la generación de empleo en 2013 se reflejó en un aumento del desempleo de los más jóvenes de la región, lo cual puede atribuirse a que un enfriamiento de la generación de empleo suele afectar primero a los nuevos entrantes al mercado de trabajo, donde generalmente hay una mayor proporción de jóvenes.

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A la gravedad del dato del empleo juvenil se une que durante 2013 hubo un claro deterioro del sector exterior, reflejado en un aumento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que pasó de un 1,8% en 2012 a un 2,5% del PIB en 2013, principalmente como resultado de un aumento superior de las importaciones que de las exportaciones de bienes. Sin embargo, frente al menor dinamismo del crecimiento y al deterioro del sector exterior, las metas de la política fiscal en la región se flexibilizaron, lo cual fue posible en la mayoría de los países gracias a las condiciones muy favorables de acceso a los mercados financieros, con tasas de interés históricamente bajas. En el conjunto de América Latina el déficit alcanzó 2,4 puntos del PIB y el saldo primario, corregido por el pago de intereses, ascendió a -0,6 puntos porcentuales del PIB, el dato menos favorable desde 2009. El Caribe logró en cambio una reducción del déficit, con un resultado global de -3,0 puntos porcentuales del PIB. Por su parte, respecto a la inflación de la zona, en el segundo semestre de 2013 el promedio de las tasas de inflación de los países de América Latina y del Caribe mostró un ligero incremento con relación a los meses previos, con lo que la tasa media de inflación de los países de la región se mantuvo al alza a lo largo del año. Venezuela y la Argentina fueron las dos economías de la región que mostraron las tasas de inflación más altas, seguidas de Jamaica, Bolivia y el Uruguay, pero predominaron tasas inferiores al 5% en la mayoría de los países de la región. Ante un panorama de menor inflación, de cierta desaceleración del crecimiento económico y de inestabilidad financiera, numerosos países orientaron su política monetaria a sostener la demanda interna y a enfrentar la volatilidad financiera internacional mediante la reducción de sus tasas de interés de referencia —con la excepción del Brasil en el caso de los bancos centrales con enfoque de metas de inflación— o favoreciendo un crecimiento estable de los agregados monetarios.

Si 2013 se ha cerrado en América Latina con datos como los señalados y que podemos adjetivar de muy modestos, la previsión para 2014 se ampara en un cierto mayor optimismo en la marcha de la economía mundial para augurar cierta mejoría. La reciente evolución de las economías de Estados UnidosJapón y laUnión Europea, junto con datos de la economía de China levemente mejores que las previsiones, han dado origen a un moderado optimismo sobre las expectativas para 2014. Así, se prevé que la economía mundial crezca un ritmo del 2,9% y que el crecimiento se recuperará tanto en países desarrollados como en desarrollo. En ese contexto se prevé cierta aceleración del crecimiento del PIB de América Latina y el Caribe, que alcanzaría una tasa de alrededor del 3,3%, asociada a un entorno exterior más favorable, que contribuiría a un aumento de las exportaciones. Este mayor crecimiento regional dependerá, en parte, de que continúe la recuperación en México y mejoren las cifras del Brasil, puesto que ambos países crecieron a una tasa menor que el promedio regional en 2013. Al crecimiento de la región en 2014 seguirá contribuyendo la expansión del consumo privado, aunque con aportes menores que los observados en años pasados. Esto se debe a que el ingreso disponible crecerá menos que el PIB, dado que no se producirán mejoras significativas de los términos de intercambio ni fuertes aumentos de las remesas. Asimismo, continuará la desaceleración del crédito ya observada en la región en 2013 y la expansión de la masa salarial será menor, dado que el crecimiento de la región probablemente no retomará la intensidad laboral que lo caracterizó recientemente y, por tanto, los incrementos salariales reales continuarán moderándose.

En 2014 se prevé que la reducción de la liquidez internacional se traduzca en un endurecimiento de las condiciones de financiación, lo que obligará probablemente a limitar el ritmo de crecimiento del gasto público, con lo que se iniciará, dependiendo del dinamismo de las economías, un período un poco más difícil de ajuste de la posición fiscal. Esta situación, junto con un entorno de demandas ciudadanas crecientes y bases tributarias a la baja, inducirá a las autoridades a considerar reformas tributarias para aumentar la recaudación, especialmente en un marco de cambios de gobiernos de varios países. Durante los primeros meses de 2014 también se espera que se mantenga en general la tendencia a relajar la política monetaria en la región, con el fin de estimular el crecimiento económico en un contexto de tasas de inflación bajas en la mayoría de los países. En otras palabras, ante la desaceleración del crecimiento del crédito ya observada en 2013, se espera que en 2014 la mayoría de los países continúe adoptando medidas para expandir el volumen de crédito y reducir su coste, en algunos casos mediante disminuciones de tasas de interés.

Parece evidente que el escenario de la economía mundial en 2014 plantea oportunidades y amenazas para América Latina y el Caribe. Por desgracia la principal amenaza sigue teniendo que ver con la “enfermedad holandesa”, es decir, el precio de las materias primas de las que dispone la región pero a las que no es capaz de añadir suficiente valor. Si la economía mundial no crece, no demanda las exportaciones latinoamericanas al alto precio de los últimos años y ello puede ser mortal para algunos países de la región. La falta de capacidad de las empresas latinoamericanas, especialmente las pymes, de innovar y de entrar en el círculo virtuoso de la I+D+i, sigue lastrando el desarrollo social de unos países donde el principal riesgo seguirá siendo el de las desigualdades sociales entre pobres y ricos. La carencia casi total de políticas fiscales de redistribución de la riqueza sigue impidiendo en gran medida la consolidación de clases medias y, por tanto, el neocriollismo convierte en las élites dirigentes a las familias que controlan todos los sectores económicos de un país. La típica frase que escuchas cada vez que visitas un país latinoamericano: “este país la manejan X familias”puede seguir más presente que nunca y una vez más se habrán derrochado años de bonanza para abrir más la brecha social. América Latina se juega en el 2014 mucho de la credibilidad ganada en el contexto internacional en la última década, ya no tanto por los problemas de deuda de otrora, pero si en su capacidad por desarrollar sociedades libres y estables, con clases medias asentadas donde la educación o la sanidad no se conviertan en barreras de entrada y de salida para el progreso personal. Es su reto y también el nuestro si queremos contar con el Atlántico como espacio de vanguardia mundial.

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Cumbre UE América Latina Caribe: síntomas de optimismo de dos socios estratégicos

Más de 1.100 millones de personas, más de un tercio del PIB mundial, por tanto, muchas miradas del mundo estaban puestas en la cumbre birregional CELAC – UE, celebrada entre los días 26 y 27 de enero en Santiago de Chile. Sesenta y dos jefes de Estado y de gobierno de uno y otro lado del Atlántico se reunían por primera vez como dos entidades supranacionales, por un lado la ya madura, por no decir vieja, Unión Europea y por otro la recién nacida, de apenas tres años de vida, CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). Todo grandes magnitudes bajo el lema no poco ambicioso de “Alianza para un Desarrollo Sustentable: Promoviendo Inversiones de Calidad Social y Ambiental”.La grandilocuencia alejada de la cruda realidad que millones de ciudadanos de las dos regiones aún viven por desgracia. Pero al fin, la forma de hacer política de las últimas décadas ha encontrado en esto de las cumbres una especie de bálsamo fotográfico de la relación multilateral, que consiste en que todos somos buenos y nos llevamos muy bien, sonrían ustedes y saluden que les vamos a hacer la foto. Por detrás está la trastienda de los cuchillos largos, la de la letra pequeña de los acuerdos, la de las negociaciones a cara de perro de las delegaciones diplomáticas y, en el fondo, la de las estrategias de las potencias por el control de los bloques regionales. Todo ello se ha vivido en Santiago de Chile y uno ha tenido la suerte de participar como elemento activo en virtud del trabajo para la Fundación EULAC y como enviado especial informativo de Aquí Europa y Euractiv. Y desde esa doble condición les cuento las impresiones de la cumbre y lo que puede depararnos a futuro en la relación de Europa y Latinoamérica.

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Creo que el marco de relación entre las dos regiones lo definen tres ideas fuerza:

1.- Mayor simetría de la relación: la situación provocada por la crisis económica ha dando un vuelco sustancial al tipo de relación entre ambos. Ahora la UE está en recesión mientras América Latina Caribe está creciendo. Para Europa, Latinoamérica se ha convertido en un lugar de oportunidades y como nuevos indianos buscamos mercados para nuestras empresas y nuestros productos. Por su parte, América Latina ha hecho muchos deberes tradicionalmente reclamados por el mundo ortodoxo económico en reducción de déficit, pagos de deuda internacional, saneamiento de sus sistemas financieros y, por supuesto, respeto de los derechos humanos y profundización de la democracia. Cada vez nos parecemos más y, ante todo, cada vez tenemos los mismo problemas y las mismas aspiraciones. Se habla de igual a igual.

2.- La alianza es de socios estratégicos: aquí se ha producido también un cambio radical. La UE, salvo España y algo Italia y Francia, no giraba su mirada hacia América si no era para mirar al gigante del norte. Ahora ha abierto diálogos bilaterales múltiples como los acuerdos de asociación existentes con ChileBrasilMéxico, y los recientemente firmados con Centroamérica, Colombia y Perú. Y América Latina que se ha venido debatiendo en la última década entre su vieja relación de amor odio con EE.UU., y el ensimismamiento momentáneo ante el coloso chino, se ha decantado por reencontrarse con la vieja Europa, con aquellos que un día cruzaron el Atlántico y cambiaron las vidas del planeta a descubrir para las dos regiones un nuevo mundo. Como es lógico aquel proceso de conquista, 500 años después se escribe en clave de diálogo pacífico y de confianza mutua.

3. Europa se muestra como una unidad homogénea y América Latina Caribe aún muy diversa: La UE se presenta como una entidad articulada con instituciones engrasadas que salvo en política exterior común donde aún es muy joven el SEAE, en política económica y sectoriales no hay discusiones entre Estados porque el motor de la Comisión y la coordinación del Consejo Europeo hacen el trabajo previo. Sin embargo, los miembros de la CELAC tienen que debatir cada punto y cada tema de las negociaciones. Además su alto grado de diversidad en tamaños, situación social, fuentes de recursos y planteamientos ideológicos. Si Europa tiene en los cimientos de la construcción de la Unión el eje francoalemán, América Latina adolece de un entente fuerte entre las sus dos grandes potencias, México y Brasil. Ambas compiten y se desafían. Y la existencia de los ALBA, liderados por la impronta bolivariana de Chávez y el populismo justicialista de laArgentina de Cristina Fernández, provoca un polo de continuo desazón para países estables como Chile o una Colombia empeñada en un decidido proceso de pacificación y crecimiento económico.

En este contexto, ¿qué podemos esperar de la declaración y el plan de acción 2013 – 2015 de esta cumbre? Lo cierto es que el ambiente que reinó entre los mandatarios era de moderado optimismo. Por primera vez en los últimos cinco años, jefes de gobierno salen sonrientes de un encuentro multilateral y nos hablan de un futuro prometedor. Ya no todo es la crisis. En palabras del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, “la gran conclusión de esta cumbre es que vemos a Europa saliendo de su crisis, con mejor futuro, hay luz al final del túnel y vamos por el buen camino. Lo que es bueno para Europa es bueno para América Latina y viceversa”. Y respecto a los contenidos concretos la UE se lleva de Santiago de Chile una apuesta declarada por garantizar la seguridad jurídica de las inversiones, en clara alusión a los procesos de expropiación vividos por empresas españolas e italianas en Argentina, Venezuela y Bolivia. Mucho enfoque de sostenibilidad medioambientaly de la energía; el foco se pone en la  inclusión social en las inversiones de uno a otro lado; compromiso para evitar el proteccionismo, un especial toque de atención a Brasil;  enérgica condena del terrorismo y apoyo a las conversaciones de paz del gobierno y las FARC en Colombia; se introduce la igualdad de género y la lucha contra la violencia contra la mujer y las niñas; el mayor intercambio de información en la lucha contra el narcotráfico; la redefinición de las políticas migratorias, ya que ahora los europeos también emigran y, por último, se dan cita para la próxima cumbre bianual, en Bruselas el año 2015.

No es la panacea universal, no podemos esperar que de estos encuentros surja como por generación espontánea una comunidad más estrecha de oportunidades para los ciudadanos. Pero si es cierto que a diferencia de las anteriores cumbres de Lima y Madrid, en Santiago se ha puesto de manifiesto una voluntad férrea de estar mucho más cerca, de compartir mucho más entre las dos orillas. Un espacio que ya no solo habla castellano, que incorpora al inglés, al francés, al italiano o al alemán de un lado y que no puede prescindir del portugués del otro. Un espacio muy diverso pero firmemente convencido de lo que nos une. Queremos ser más de mil millones de personas que respetan el medio ambiente, que buscan la igualdad social, que velan por las identidades culturales de sus pueblos, que se gobiernan en democracia, que fomentan las inversiones productivas y que están en contra de todo tipo de violencia. Es muy difícil encontrar un bloque birregional que pueda establecer diálogos sinceros sobre estas bases en el mundo que no sean los que hoy componen la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

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¿Y si nos plantamos?

Que la situación económica que vivimos está llegando a límites que afectan a la normal convivencia pacífica entre los ciudadanos parece obvio. Con más de cinco millones de personas en paro y más de un millón de familias con todos sus miembros sin trabajo, lo milagroso es que en España no ardan las calles. Esta crisis dura ya cuatros años, tres especialmente crudos, pero no es solo la duración lo que la hace insoportable, lo es sobre todo, la curva de caída, el tremendo vértigo del precipicio por el que nos estamos hundiendo. Estábamos acostumbrados a vivir de una determinada manera – por encima o no de nuestras posibilidades – y ahora casi sin solución de continuidad hemos perdido el suelo de ingresos. Ni siquiera se puede vivir de las rentas o de los ahorros, porque los activos de todo tipo de devalúan al no poder venderse y los depósitos pierden rentabilidad ante la situación de las entidades financieras y de los mercados bursátiles. Así las cosas, se está imponiendo la ética del “sálvese quien pueda”. En vez de recurrir a la herramienta de la solidaridad inteligente, la que prima la suma y la colaboración como mejor medio para crecer, estamos aplicando el egoísmo como fuente de desigualdades, sin tener en cuenta que la sociedad como la rueda se mueve por inercias colectivas. En nada ayudan a propiciar escenarios cooperativos las actitudes del gobierno que en vez de llamar a un esfuerzo común, con una meta y objetivo además de deseable alcanzable, lo único que reparte a golpe de sustos, son recortes y ajustes que empobrecen cada día nuestras esperanzas. Pero aún más inútiles resulta el espectáculo mediático que generan los que pretenden responder a sus políticas. El show indignado quedó reducido a vídeos en youtube y tuits en las redes sociales. Y el último fenómeno inventado, el asalto “express” a supermercados con aforado comunista como líder, tiene visos de acabar en un mal remedo de la serie Curro Jiménez – a cuyo actor Sancho Gracia, buen gallego de corazón, recuerdo en su fallecimiento -.

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Necesitamos respuestas, en la medida de lo posible si no milagrosas sí eficaces. Y es evidente que a grandes males, grandes remedios, pensar que de la grave situación que atravesamos se sale con medias verdades y medidas de medio pelo de lenta aplicación, es como pretender curar una neumonía a base de aspirinas. Por eso, ahora que la economía alemana da signos claros de parón y que quienes han impuesto el monólogo de los ajustes ven las orejas al lobo del estancamiento con inflación y peligran sus exportaciones, tal vez sea el momento de reflexionar sobre cuál seria el precio y las consecuencias de plantarnos anteMerkel y quienes nos imponen un camino ciego para salir de la crisis. En este mero ejercicio mental de plantear hipótesis por descabelladas que puedan parecer, podríamos plantearnos las siguientes cuestiones:

Suspender pagos: La presión a la que está siendo sometida la deuda española y la italiana ha llegado a tales niveles que ahogan la tesorería de las cuentas públicas. En los último dos meses ambos Estados han soportado primas de riesgo que nunca han bajado de los 400 puntos y en algunas ocasiones han rebasado los 650 puntos básicos, así como tipos de interés en el bono a diez años entre el 6,5% y el 7,5%. Sus capacidades para ser financiados en los mercados primarios se están agotando ante la mirada impasible de los responsables el Banco Central Europeo, con su presidente Mario Draghi y el gobernador del Bundesbank, Jens Weidman, a la cabeza. En esta circunstancia y teniendo en cuenta los cuantiosísimos vencimientos de deuda a los que tiene que hacer frente España en el último cuatrimestre, parece matemáticamente imposible no acudir a algún tipo de rescate e intervención europea para salvar los pagos ineludibles a los que un Estado con 10 millones de pensionistas y 5,6 millones de parados debe hacer frente. Ante tal sunami social al Gobierno le quedan solo dos caminos posibles salvo imponderable accidental: solicitar un rescate escalonado en función de las necesidades que vayan viniendo de tesorería y las durísimas condiciones de ajuste que acarrearán en su letra pequeña o plantarse y ante la imposibilidad de hacer frente a sus compromisos ponerse al frente de la manifestación de los indignados y suspender pagos poniendo al euro fecha de defunción.

Vivir para pagar intereses de la deuda.- De optar el Gobierno por el camino de la dócil sumisión al programa marcado por Bruselas, resulta fácil calcular que en un escenario de recesión como el que se atisba para el año 2013 y probablemente también para parte del 2014, a lo sumo se alcanzará a poder devolver los intereses de la deuda, sin ser capaces de pagar parte alguna del principal. Con un Estado cada vez más debilitado y sin capacidad alguna para invertir en políticas de fomento del empleo, en infraestructuras, en educación y en investigación, la realidad es que elegir este camino nos aboca al empobrecimiento paulatino y a enormes esfuerzos para pagar intereses a nuestros prestamistas. Ello en un país donde los jóvenes emigrarán en masa y quedarán como mucho 15 millones de población activa sobre un total de más de 46 millones de habitantes, hace inviable la recuperación en al menos una década.

Quita total ejemplos históricos.- Aunque pueda parecer que las quitas son un fenómeno relativamente nuevo, nada más lejos de la realidad. La primera quita de la que se tiene constancia fue realizada por Enrique III de Inglaterra en el año 1340, según los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, que en su obra “Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera” recogen un total de más de 260 casos de impago registrados para los que se dispone de información estadística e histórica. En1982 México declaró que sus reservas de divisas estaban agotadas. Tras esto, los prestamistas se negaron a renovar la financiación a este país y a otros en situación similar. Ese mismo año y en 1983 se produjo el impago de México y Brasil respectivamente. En 1998 Rusia declaró una moratoria unilateral en el pago de su deuda externa. El FMI no intervino. Probablemente, la quita argentina fue una de las más mediáticas, seguida en directo por televisión e internet durante el año 2001. Ahora es Grecia la protagonista del último episodio de una crónica anunciada, de la historia que se repite cuando se somete a un Estado a préstamos cuyos intereses y condiciones resultan para sus ciudadanos imposibles de cumplir. La contrapartida a la quita no es gratuita, todos los países que han pasado por estas crisis de insolvencia han devenido en la venta de sus principales activos públicos y privados a manos de capitales extranjeros.

Deuda alemana y tipos de interés de la deuda.- Alemania se ha ahorrado 60.000 millones de euros con la financiación de su deuda desde mediados de 2010, mientras que por el contrario, España ha visto duplicados los intereses de su deuda a diez años en el mercado secundario, pasando del 3,7% en 2010 al más del 7%. Mientras, los intereses germanos han llegado a reducirse a la mitad, marcando niveles inéditos en el 1,16%, el pasado mes de julio. Los 998.000 millones de deuda pública alemana a principios de 2010, le costaban 31.000 millones de euros en intereses. Pero los 1,3 billones de deuda externa pública de finales de 2011 solo le cuestan 25.000 millones de intereses anuales. Por el contrario, España, cuya deuda exterior gubernamental y del Banco de España ha pasado de 374.000 millones a 455.000 millones, tenía que recolectar casi 15.000 millones de euros para pagar intereses, y ahora necesita cerca de 26.000 millones para hacer frente a esos pagos de la deuda. Los intereses que tiene que pagar España por su deuda pública externa son los mismos que paga Alemania por una deuda tres veces mayor. Si el euro desapareciera, la paridad del marco se fijaría en función de ratios alemanes sobre el conjunto sin el beneficio que le presta actualmente la posición relativa en la eurozona, lo que con caso total seguridad elevaría los intereses de su deuda en al menos dos puntos, lo que desequilibraría sustancialmente sus presupuestos.

La rebelión sudista.- La suma de Italia y España, unidos a los ya rescatados Grecia y Portugal, suman más de 116 millones de habitantes, el PIB de Italia y España supera en 200.000 millones de euros al año y respresenta el 25% del de la eurozona. Tienen ambos capacidad de plantarse y poner al mundo en quiebra, de ahí la preocupación mostrada en los últimos meses por la Administración Obama y por los mandatarios chinos y rusos. Queda, por tanto, que Monti Rajoyevalúen los beneficios de uno u otro camino, elegir entre la sumisión o el plante y, muy probablemente, deberán escoger entre rebelarse ante las presiones externas y sofocar las revueltas internas que seguro acabarán produciéndose en sus Estados. El tiempo es inexorable y tras la tregua agosteña, el otoño amenaza con tempestades.

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Fuga de patriotas

El Estado español está en fuga. Una especie de pérdida de identidad y de capacidad para hacerse con el control de lo que sucede dentro de sus fronteras se está apoderando del subconsciente colectivo. Corren malo tiempos para aquellos a los que se les llena la boca hablando de la fuerza nacional española y que glosan las gestas históricas imperiales. El recurso a culpar de todos los males patrios a las opiniones diversas que se emiten desde posiciones nacionalistas de catalanes, vascos o gallegos, ante una crisis galopante como la que vivimos, suena a poco. Por supuesto que todos nuestros males provienen de ese periodo de infausto recuerdo que significó la transición democrática, cuando en una especie de locura general cedimos a la turba roja de socialistas y comunistas y los indignos deseos de los separatistas pariendo un engendro contra natura patria, como es el Estado de las Autonomías. Pero esta españolísima simplona doctrina ya no resulta suficiente cuando vemos día a día como se caen los frágiles cimientos de eso que algunos llaman grandilocuentemente España. Son demasiados los datos que confirman que la recesión económica se está llevando ese concepto ilusorio por el sumidero. Los más cinco millones y medio de parados, las más de 250.000 empresas que han cerrado, los más de 300.000 jóvenes que han emigrado o los más de 160.000 millones de euros que han salido de España, atestiguan dramáticamente que la fuga obliga a una urgente redefinición del Estado.

Fuga de capitales.- La salida neta de capitales del Estado (sin contar con las operaciones del Banco de España) alcanzó los 163.185,9 millones de euros en los cinco primeros meses del año, de los que 41.294,3 millones salieron sólo en mayo, como consecuencia de la huida de inversiones en cartera, préstamos y depósitos. En el mismo periodo de 2011 el saldo era positivo y se acumulaba una entrada neta de capital de 14.598,5 millones, de acuerdo con los datos de la balanza de pagos. La salida de capitales de España ha convertido al Banco Central Europeo en la principal fuente de financiación de las entidades financieras españolas. Los bancos españoles pidieron en mayo 287.813 millones prestados al BCE. La desconfianza y la incertidumbre han podido con la pasión patria y el dinero busca refugios olvidando los colores de su bandera.

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Fuga de cerebros.- La cifra de desempleo en España para la franja de edad 17-35 años supera el 44%. El Censo de Españoles Residentes Ausentes habla de la significativa salida de jóvenes “muy cualificados” que se van a otros países a trabajar. ¿A dónde se fueron? En Europa, los principales destinos son el Reino Unido, con 7,756; Francia, con 5,264 y Alemania, con 4,408. En América lo sonEE.UU., con 5,042; Ecuador, con 4,182; Venezuela, con 3,033, y Argentina, con 2,931. A Marruecos se fueron 1,557, y a China 987. La salida en masa de una generación de jóvenes supone un fenómeno similar al vivido por países comoMéxico o Argentina en tiempo en que la deuda exterior hacía inviable alcanzar niveles de crecimiento y, por tanto, de creación de empleo en estos países. La resultante clara de la pérdida de población formada y en el inicio de su vida laboral, no es otra que la pérdida de riqueza del Estado.

Fuga del Estado.- La pérdida de peso específico de lo público ante la crisis económica es palpable. En vez de reforzar la autoridad del poder público como garante de los ciudadanos ante la grave situación que atravesamos, los gobiernos de PSOE y PP han aceptado sumisamente el guión marcado desde Bruselas al dictado de Berlín, de ajustes y recortes de las capacidades públicas para hacer frente a la caída de actividad. Sin apenas inversión y con el empleo público reduciéndose hasta cotas dramáticas, el Estado se desvanece como agente protagonista en la sociedad. Los gobernantes disminuidos en sus decisiones aparecen ante la gente como meros peleles de los mercados, inmersos sus partidos en inútiles batallitas echándose la culpa unos a otros del caos. Mientras, Gobiernos autonómicos y Central se enfrentan encarnizadamente por la corroña del un 1% del déficit público, sin ofrecer el nuevo modelo de convivencia que precisamos.

Fuga de sueños.- Lo peor del estado de las cosas que vive España es la pérdida de un horizonte de ilusiones. No tiene nada que ofrecer al mañana, no le quedan sueños que vender a su población que se levanta cada día con la tremenda certeza de que el futuro será irremediablemente peor que el triste presente. No hay ni hoja de ruta, ni rumbo que trazar, ni navegantes que den confianza a la tripulación. La nave ha entrado en un mar de sargazos y se deja ir a la deriva de los vientos que imponen las decisiones. A estas alturas de la película todo el mundo sabe en España que lo que nos vaya a pasar, es decir, la siguiente mala noticia, no depende de nosotros, sino de lo que otros decidan que nos suceda.

Fuga de valores.- Nada es casualidad en el curso de la historia, todo se produce por una conjunción de elementos que se cuecen lentamente en la olla de nuestras relaciones sociales. La sociedad española llevaba décadas descuidando el adn básico de la convivencia cívica. Los valores democráticos se han deteriorado – si es que no se fundaron en el 78 con claras deficiencias – hasta niveles de degradación. Ejemplarizamos sobre ladrones de guante blanco, no tuvimos reparos para mirar hacia otro lado cuando se produjeron crímenes de terrorismo de Estado, sacralizamos un bipartidismo empobrecedor, anatemizamos al nacionalismo periférico y, sobre todo, derrochamos fondos en corrupción en vez de en educación. Esos individuos son los que ahora se enfrentan individualmente a la crisis, sin la fuerza de la solidaridad para salir adelante, porque aquí todo el mundo se ha echado al monte, las empresas grandes aplastan a las pequeñas y no queremos ver el rostro de nuestro vecino no vaya a ser que nos pida ayuda. Una sociedad sin valores, es una sociedad muerta y la nuestra está en la UVI con una enfermedad terminal diagnosticada.

El verano es tiempo de fuga, las temperaturas tórridas de la península suelen servir a episodios de evasiones varias. No seré yo quien evite el bálsamo del descanso y el olvido temporal de los problemas a aquellos que estén en disposición de disfrutar de sus vacaciones, pero tal vez es el momento de reconocer que ese juego de patriotas que desde los bandos nacionales se airea ya no tiene sentido. Seguramente porque siempre fue falso, llamar ahora a las filas por una España que no existe, debería llevarnos a clamar por un Estado posible, el de la suma bajo el mínimo común denominador y el respeto mútuo. Solo ese nuevo pacto social puede evitar la fuga definitiva.

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Crónica desde el protectorado español de la UE: más recortes para la venta

Reconozco que nunca pensé vivir una escena como la protagonizada la semana pasada por el presidente Mariano Rajoy en su intervención durante el pleno del Congreso de los Diputados. Comparecía mes y medio después de anunciar la solicitud de ayuda – rescate – intervención o como quieran llamarle para la banca española. Comparecía para dar cuenta de las decisiones del Consejo Europeo de finales de junio y comparecía para anunciar el nuevo paquete de medidas económicas para reducir el déficit y cumplir con las obligaciones y con las recomendaciones impuestas a los Estados por la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Y en su relato del vía crucis por el hará transitar a los ciudadanos, en un rapto de sinceridad terrorífico, exclamó ante los atónitos oídos de sus señorías: “Es que no puedo hacer otra cosa, ¡es que no tengo libertad!”. Proclamado el protectorado español en sede parlamentaria nos queda tratar de analizar las consecuencias de las medidas tomadas y la deriva que como Estado supervisado y controlado nos espera.

Subida del IVA: bajo el argumento de que los tipos impositivos indirectos son enEspaña menores que la media de la UE, el gobierno ha subido tres puntos del 18% al 21% el gravamen general, mientras que ha sacado de la lista de los superreducidos productos y servicios de las misma forma que del tipo reducido. Pretende en total recaudar este año con esta medida 2.300 millones de euros, pero tal cantidad se había calculado de entrar en vigor la subida a lo largo del mes de julio y, sin embargo, tratando de no perjudicar al sector turístico, la medida no se pondrá en marcha hasta el 1 de septiembre. A esta reducción recaudatoria habrá que restar el efecto depresor que sobre la demanda interna tendrá la mayor carga impositiva y la consecuente subida de precios. A corto, por tanto, la medida detraerá el consumo con el consiguiente efecto negativo sobre las empresas y la creación de empleo. Una previsión razonable situaría el impacto de la medida en los 1.000 millones de euros.

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Recorte de sueldo de funcionarios: en este apartado se ha optado por vía rápida y expeditiva, en vez de una reducción lineal de sueldos públicos, se les suprime temporalmente – todos sabemos lo difícil que resulta recuperar derechos cuando son conculcados – la paga extra de navidad. Calcula el Ejecutivo que esta poda le granjeará 5.000 millones de euros. Es evidente que en diciembre en las fechas y compras navideñas, al menos, 3.000 millones de esos 5.000 dejarán de estar en circulación para ser gastados en consumo. En una palabra bajará la recaudación por IVA y seguirá produciendo un efecto negativo sobre el conjunto de las empresas y el empleo. De la misma forma, como es obvio, se reducirá la lo recaudado por el Estado en impuesto de Sociedades y en cotizaciones a seguridad social, pudiendo incrementarse lo destinado a cubrir el paro de aquellos trabajadores con los que no contarán las empresas ante una campaña navideña deprimida. No resulta, pues, complicado suponer que los iniciales 5.000 millones de ingresos, sean finalmente tan solo 4.000 millones de euros.

Recorte del subsidio de desempleo: a partir del sexto mes, del 60% al 50% sobre la base reguladora, aunque se mantiene durante dos años, una medida que, según sus cálculos, le permitirá ahorrar 1.900 millones en 2012. Lo que no parece que se haya calculado es el coste social de tal medida ya que en la actual situación del mercado de trabajo en España difícilmente se convertirá como pretende el Gobierno que creamos en un incentivo para la búsqueda de empleo por parte de los parados. Más bien supondrá una vuelta de tuerca más sobre las maltrechas economías domésticas y en muchos casos el paso a situaciones de pobreza severa que deberán ser de una u otra forma atendidas. Superar, por tanto, los 1.000 millones efectivos en ahorro, sería todo un éxito.

Reducción del número de concejales: hasta un 30% por tramos de población. Si tenemos en cuenta que más del 90% de los concejales no cobran, escaso por no decir ínfimo será el ahorro que producirá una medida que lo único que viene a reducir es la democracia más cercana, la local y que solo beneficiará a los grandes partidos en detrimento de la riqueza de la pluralidad política y representativa.

Recortes en los presupuestos ministeriales: 600 millones de euros en las partidas de gastos de los ministerios. Realmente los presupuestos generales del Estado han durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio, los aprobaba el Senado a finales de junio y a los quince días han sido enmendados mediante la poco edificante fórmula de los decreto-ley. La inversión pública se ha reducido a mínimos históricos y ello también producirá el ratio depresor sobre las empresas licitadoras de concursos de la administración. Deberíamos creer que los 600 millones saldrán del gasto ministerial corriente, pero hasta la fecha no existe un plan concreto por ministerios al efecto.

El precio de la deuda: El Estado español paga diariamente 100 millones de euros por los intereses de la deuda y los tipos que los mercados nos imponen siguen subiendo rondando el 7%. España acumula una deuda total de más 700.000 millones de euros, con un gasto por su gestión, es decir, intereses y avales, de 140.000 millones de euros. Por tanto, en lo que queda de año el pago de la deuda se comerá más de 1.500 millones de euros.

El círculo vicioso: A las cuentas reseñadas debe unirse el pago del rescate a la banca, cifrada en un máximo de 100.000 millones a diez años al 3% de interés. Por si fuera poco, uno de los países opositores a la concesión de la ayuda,Finlandia, percibirá 770 millones de euros en concepto de garantía por parte de España. Vivimos para pagar nuestras deudas, no tenemos libertad ni capacidad de maniobra para generar crecimiento y con ello empleo.

La hora de la venta: en estas circunstancias, el guión de este drama solo se resuelve mediante la aplicación de quitas al deudor, ejemplos tenemos en Latinoamérica en la década de los 80 y ahora en Grecia, y sobre todo, mediante la continua devaluación de los activos del Estado públicos y privados. Los primeros – aeropuertos, puertos, autovías e incluso sanidad hospitalaria – si son valorados en función de la deuda que pesa sobre ellos, saldrán a la venta a precio de saldo y, los segundos, cada día ver caer su valor bursátil afectados por la contramarca España que los deprecia y hace vulnerables a la compra hostil de sus competidores a precios irrisorios solo hace cinco años. Si paso en Argentina oMéxico, ¿por qué hemos de pensar que nuestro proceso de intervención vaya a ser diferente a aquellos que supuso el drama del subdesarrollo y la pobreza para sus pueblos? Convertirse en un protectorado de la Unión Europea, por el momento nos ha privado de la libertad para acertar o errar en nuestro destino, ahora nos queda por comprobar el precio en cuantía y tiempo de este cautiverio.

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Cristina Fernández de Kirchner el rostro enlutado de una expropiación que le enfrenta a Europa

Tiene el populismo un rostro tan diverso como la personalidad de sus intérpretes. Según su carácter y la idiosincracia cultural del pueblo al que se dirigen se muestra más dicharacheros o melodramáticos en sus gestos, siempre a la búsqueda del aplauso fácil de su público y dispuestos a lanzar cortinas de humo sobre los verdaderos problemas que afectan a la población. En el caso de la presidenta argentina, Cristina Fernández – sobre todo de Kirchner – su fama le viene precedida por antecesores en el cargo de su propio partido el Justicialista y, de forma especial, de la esposa del presidente Juan Domingo Perón, la queridísima Evita. Ella también sabe lo que estar casada con un todopoderoso presidente, Nestor Kirchner, cuyo luto lleva impuesto desde hace año y medio. Y ahora, en su segundo mandato como presidenta sucesora trata de enderezar los múltiples problemas de política interna fruto de los enfrentamientos con los poderosos gobernadores provinciales y las corrientes de opinión opuestas en su partido y en su gobierno.

La expropiación de las acciones de Repsol en la empresa petrolera YPF por parte del gobierno argentino supone un salto cualitativo en la deriva política de pulsiones ultranacionalistas que la presidenta Fernández inició hace unos meses con motivo del aniversario de las guerra de Las Malvinas. La justificación para una decisión de tan amplio calado por parte de las autoridades argentinas se refieren a la necesidad de ”salvaguardar la soberanía hidrocarburífera de Argentina y el objetivo prioritario es el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos”. Según la presidenta, la petrolera no ha hecho las inversiones necesarias, algo que lleva meses recriminándole el gobierno austral. Es uno de los escasos países del mundo, que no maneja sus recursos naturales. Después de 17 años desde que se desnacionalizó (YPF), por primera vez ha convertido a Argentina en importador neto de gas y crudo, con un déficit de 3.029 millones de dólares en la balanza del comercio de combustibles. El año pasado Argentina importó combustibles por unos 10.397 millones de dólares, cifra que casi iguala al superávit comercial del país, que el año pasado fue de unos 10.477 millones. Según la mandataria, YPF invertió 8.813 millones de dólares entre 1999 y 2011, lapso en el que obtuvo ganancias netas por 16.450 millones de dólares, de los cuales repartió 13.246 millones entre sus accionistas. Razones y argumentos perfectamente vendibles para una población a la que se le agasaja con el objetivo de no subir los precios de la gasolina o el gas. Un hecho que repercute en la insuficiencia de recursos para realizar nuevas prospecciones en suelo argentino.

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Pero más allá de las motivaciones políticas, la realidad tiene más que ver con el control de la caja de liquidez que supone YPF en una situación muy complicada económica en Argentina. Una crisis que combina unas altas tasas de inflación con menores crecimientos que su entorno, fuerte huida de capitales y el tremendo déficit energético reseñado. Puede que el empujón definitivo a una decisión que colea desde haces meses, se deba a la evaluación que Fernández de Kirchner hace de la debilidad del gobierno español, acuciado por una crisis económica muy dura y cuando la prima de riesgo de los mercados de deuda amenaza con rumores de intervención de la Unión Europea. Y es Europa la que debería dar una respuesta coherente y medida a la expropiación, desde la defensa de un modelo de relación internacional, que debe basarse en la legalidad y los principios de seguridad jurídica. Este conflicto no debe plantearse como una batalla de políticos envueltos en sus banderas, ajenos a los verdaderos intereses de los ciudadanos afectados, los argentinos en su calidad de vida y los accionistas de Repsol en sus intereses económicos. Debe recordarse que Repsol compró el 51% de YPF pagando un alto precio por ello, realizó inversiones también cuantiosas para la mejora de su capacidad de explotación y es ahora cuando esta política empresarial le genera beneficios. Y resulta aún más clamoroso el hecho de que cuando en 1992 YPF pasó de manos públicas a privadas, era la única petrolera del mundo que perdía dinero por su mala gestión.

Este es un problema que más allá de las palabras grandilocuentes es un problema entre empresas, la de los intereses de una multinacional Repsol – hispano mexicana – y de los amigos de la presidenta que seguro que estarán detrás de esta expropiación y que copan oligopolísticamente los principales sectores de la actividad en Argentina. Pero no cabe duda que ya ha puesto en solfa las relaciones bilaterales de España y Argentina –  España es el principal inversor extranjero en Argentina por delante de EE.UU – y que se ven comprometidos los proyectos de colaboración birregional Unión Europea América Latina.  Algo que parece importar a Argentina que tiene en estos momentos más de 40 litigios en la Corte de Comercio Internacional que viene perdiendo sistemáticamente y que, sin embargo, de la misma forma no paga las sanciones impuestas. Hace tiempo que Argentina se ha puesto al margen de la seguridad jurídica aún a riesgo de las consecuencias que ello puede causarle. Ha elegido el camino del cortoplacismo y de salvar el día a día, sin pensar en lo que puede pasar mañana.

La reciente Cumbre de las Américas ha puesto de manifiesto la pérdida de peso específico tanto en Estados como en planteamientos ideológicos del Grupo Alba. El proyecto bolivariano promovido por un enfermo Hugo Chávez, que ni siquiera pudo estar presente en la cita de Cartagena de Indias, está en sus horas más bajas. BoliviaNicaraguaEcuador y Cuba a su manera son los reductos de sus postulados estatistas, y aunque la presidenta Fernández  ha hecho mención expresa a que el proyecto nacionalizador de YPF nada tiene que ver con esta senda, la realidad es que su medida representa por su magnitud el mascarón de proa de las posiciones más radicales del continente latinoamericano en el ámbito de la propiedad de los recursos naturales. Si no fuera porque Argentina en esta guerra va por libre, podría pensarse que ha cambiado de bando y desequilibra las posiciones en la región. Pero no llevemos tan lejos nuestras reflexiones porque el populismo no suele desbordar fronteras y la expropiación se agota en sus objetivos de consumo interno. Las posibilidades, pues, de un efecto contagio en la región son mínimas. Conviene recordar que Pemex la petrolera mexicana es accionista en un 20% de Repsol y que la chilena Enap y la brasileña Petrobrasestán presentes en Argentina y en algún caso comparten la explotación de campos con Repsol. Además, países como BrasilMéxicoColombiaChile oPerú son destinos hoy por hoy seguros para las inversiones dado que sus gobiernos han hecho una firme y decidida apuesta por el desarrollo de sus economías con un modelo de cooperación internacional y atracción de negocios hacia sus territorios.

No conocemos aún la reacción española y, presumiblemente, europea a la expropiación de Cristina Fernández. Convendría que la sensatez imperara y que el populismo no se convierta en una pandemia a este lado del Atlántico. Nos jugamos demasiado en no desaprovechar las oportunidades entre las dos orillas. Si convertimos este conflicto en una suerte de guerra comercial contra Argentina, se verá comprometida la ya compleja negociación de la Ronda Mercosur y habremos perdido una nueva opción de poner las primeras base de una relación birregional de intercambio desde la equidad sin proteccionismos. Al populismo pseudodemocrático se le combate con la defensa de la legalidad desde las instituciones europeas que nos hemos dado. Empezando por defender a los ciudadanos que han depositado sus ahorros en Repsol y que ahora verán valoradas sus acciones por el Tribunal de Tasación argentino que decidirá cuánto debe pagar el gobierno argentino por la compañía. Sus derechos deben ser salvaguardados, más allá de los argumentos y razones que ha expuesto la inquilina de la Casa Rosada. Y el otro interés principal a rescatar es el del pueblo argentino que no tiene porqué sufrir el enfrentamiento de la retórica política y de los gestos trasnochados de mandatarios enlutados.

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Construyendo puentes: Unión Europea – América Latina Caribe

Se ha celebrado esta semana en Bruselas el seminario organizado por el diarioAquí Europa bajo el título “Construyendo puentes, Europa, América Latina, Caribe”. Los ponentes – dirigentes del ParlamentoComisión y Consejo europeos,Eurochambres, embajadores ante la UE de MéxicoBrasilChile y Colombia,Fundación EULAC y compañías globales como Microsot Telefónica – han puesto encima de la mesa los distintos temas que a lo largo del año 2012 van a centrar la agenda de relación entre las dos regiones. A saber, objetivos y temario de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno UE-ALC – América Latina Caribe – de Santiago de Chile en enero de 2013; la ratificación de los acuerdos comerciales de la UE con Colombia, Perú y Centroamérica; la negociación de la Ronda Mercosur; el arranque de la Fundación EULAC y el inicio de conversaciones para un tratado comercial preferente con EcuadorBolivia.

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A modo de pinceladas gruesas, impresionistas, del termómetro de la relación UE-ALC les dejo a continuación escritas frases y datos de los cualificados ponentes del seminario:

“Es necesario impulsar el concepto de diplomacia económica con cinco vectores básicos: 1) transparencia de negocio creando un Registro Mercantil común; 2) dotar de confianza legal con órganos de arbitraje UE-ALC; 3) clima de negocio gracias a la formación en común empresarial; 4) movilidad empresarial mediante un Erasmus para empresarios de los dos lados y 5) innovación promovida desde clusters UE-ALC”.

“La relación debe dejar de ser retórica para pasar a la acción y debe cambiar el lenguaje de la cooperación para el desarrollo por el de la colaboración económica”.

“La cumbre de Santiago será la primera que producirá entre dos organismos supranacionales, la UE y CELAC – Comunidad de Estados Latinomericanos y Caribeños – lo que demuestra un alto grado de madurez en procesos integradores”.

Brasil es el cuarto inversor mundial en la UE con 80.000 millones de € al año y ésta invierte en América Latina más que ChinaRusiaIndia juntos. América Latina podría exportar ya un 30% más a la UE. Europa exporta a ALC bienes de alta gama y calidad que son complementarios y no competitivos como los chinos de los productos latinoamericanos. La evolución de las exportaciones mundiales a ALC en la última década muestra un fuerte descenso de EE.UU. aprovechado por China mientras la UE ha sido capaz de mantener niveles similares en estos años”.

“La Unión Europea y América Latina componen el mayor espacio de paz y democracia del mundo hoy: 60 Estados y 1.100 millones de habitantes”.

“La crisis en la UE es mutante como la piel de una serpiente, primero fue financiera, después de la deuda soberana, luego de crecimiento y ahora de empleo, por eso llegamos siempre tarde para resolverla, nos lleva con la lengua fuera. Seguramente porque el viejo continente se está convirtiendo en un continente de viejos, mientras que el nuevo mundo latinoamericano está gestando un mundo nuevo. Por eso la crisis es una llamada a la humildad y a la oportunidad de una relación más madura de igual a igual”.

Más allá de lo expuesto en Bruselas, la realidad cruda es que Europa vive inmersa en un proceso de reducción de déficits públicos y de reestructuración de la deuda soberana de algunos de sus Estados, en pleno escenario de crisis, con bajos niveles de crecimiento económico, inflación al alza y destrucción de empleo. Un panorama que caracterizó en la década de los 80 y de los 90 a las grandes economías latinoamericanas, en casos tan paradigmáticos como el de Argentina, México o Brasil. Fueron años de intervención del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, de “corralitos” monetarios, de dolarización y mercados negros, de insolvencia de sus entidades financieras y de impagos de compromisos internacionales en la Región. La credibilidad de Latinoamérica estaba por los suelos y sus sistemas políticos alternaban etapas de democracia sumida en la corrupción, con periodos de caudillismos, populismos o dictaduras sin reparos en la vulneración de los derechos humanos. Desde entonces el camino recorrido por gobiernos, pero sobre todo por la ciudadanía del otro lado del Atlántico, ha transformado profundamente los indicadores de la Región. Con todos los riesgos que se le quieran poner, el continente crece, crea empleo, controla sus déficits y se siente joven para acometer los complejos retos de futuro en una economía globalizada.

Los tiempos han cambiado tanto, que ahora es en Europa donde interviene el Fondo Monetario Internacional, pero por otro lado, las inversiones directas de empresas alemanas en Latinoamérica y el Caribe se han duplicado en los últimos 10 años. La presencia española en sectores como el financiero y el de las telecomunicaciones en cuantiosa. Y FIAT es más grande en Brasil que en Italia. En Europa, en las actuales circunstancias, crece el interés por América Latina. No hay mejor terreno para retomar el crecimiento ante los límites de sus maduras y traumadas economías. Por ello un tema clave es  descifrar hasta qué punto la comprometida situación financiera y fiscal de la Euro Zona sustraerá liquidez para sostener el ritmo de inversión extranjera europea en la región latinoamericana. Así las cosas, Latinoamérica tiene una posición muy privilegiada para consolidar cadenas de valor apoyadas en la asociación con capitales europeos.

Pero no nos engañemos, para que la realidad de una necesaria cooperación europea prospere, primero tenemos que conocernos, no podemos seguir ignorándonos. Del conocimiento mutuo entre nuestras heterogéneas opiniones públicas surgirá el encuentro necesario. La oportunidad que supone la cumbre de enero en Santiago de Chile debe ser aprovechada con el trabajo a lo largo de este año. Si no nos conocemos, no nos entenderemos y si no nos entendemos no cooperaremos. Socios globales: ese es el estatus de relación birregional al que debemos aspirar dos áreas de civilizaciones comunes. Tenemos mucho que aprender los unos de los otros, pero más que hacer el retórico repertorio de oportunidades, toca trabajar en serio por ellas.

Si tenemos que mirar hacia adelante para explorar las enormes posibilidades que nos brinda la colaboración birregional convendría recordar las palabras que nos han dejado escrito dos grandes humanistas de nuestro espacio intelectual universal. El mexicano Carlos Fuentes nos advirtió de que “tenemos un pasado que debemos recordar, pero que sobre todo tenemos un porvenir que podemos desear”. Y unos cuantos años antes, el español Miguel de Unamuno nos recomendó que “procuremos más ser padres de nuestro porvenir, que hijos de nuestro pasado”. Extraordinario reto el de europeos y latinoamericanos de labrarnos un provenir común. Dialoguemos y trabajemos por él.

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